La palabra «Anarquismo» en Chile está siendo cargada simbólicamente como si fuera un sinónimo de bomba. Los medios de comunicación no dejan de hacer eco de cada «aviso de bomba» para mencionar soslayadamente la palabra anarquismo, igual como en Estados Unidos se decía «Comunismo» y estamos a un paso de que se realice un llamado público a cazar anarquistas porque ponen bombas, así como los comunistas se comen las guaguas.
Pero el anarquismo es una filosofía política y social que aspira a una sociedad futura en la que no exista «ni amo ni soberano» (en palabras de Pierre-Joseph Proudhon) y es que los amos y soberanos, históricamente, ya sabemos todo lo que han hecho con sus respectivos pueblos y a quienes han favorecido.
Es importante que comencemos a interiorizarnos en el anarquismo para no caer en la estupidez de validar lo que dicen los medios y de no cometer el error de satanizar un pensamiento, únicamente porque es distinto de lo que plantea la oficialidad. Ya sucedió en Chile la cacería de brujas y por el cariz que está tomando nuestra contingencia, todo indica que nos dirigimos hacia ese lugar en el que hay sujetos perseguidos porque El Mercurio dice que son malos.
Cuando se publicó el libro Anarchism; from theory to practice (Anarquismo: de la Teoría a la Práctica) de Daniel Guérin (Nueva York-1970), este incluía un ensayo introductorio del lingüista y profesor estadounidense, Noam Chomsky (1928), titulado Apuntes sobre el anarquismo.
Este activista político, estudió en la Universidad de Pensilvania, bajo la dirección de Zellig Harris, donde se doctoró en Lingüística en 1955. Ese mismo año se incorporó como profesor de francés y alemán al Massachusetts Institute of Technology (MIT) y en 1976 pasó a ser catedrático de Lingüística de la mencionada institución.
Destacan sus obras: Sintaxis Structures (1957), resumen de The logical structure of linguistic theory(1955) y Aspects of the theory of syntax (1965), que suele considerarse como la primera modificación importante en el campo de la gramática transformacional. También destacan sus escritos políticos: La responsabilidad de los intelectuales y otros ensayos históricos y políticos (1969); El nuevo orden mundial (1994) y Poder y terror (2003).
Creemos que es una voz, más que autorizada, para ayudarnos a entender qué es el anarquismo.
Su pensamiento político se sintetiza en estas palabras: “Lo que intento hacer es, simplemente, ofrecer a los movimientos populares disidentes y a individuos que están desperdigados por ahí, el tipo de servicios que debería ofrecerles cualquier persona que tenga los recursos, los privilegios y la preparación para hacerlo. Ni más ni menos”.