A través de la organización Familia, los obispos: Felipe Bacarreza, de Los Ángeles; Jorge Vega, de Illapel; Francisco Javier Stegmeier, de Villarrica; Carlos Pellegrin, de Chillán y Guillermo Vera, de Iquique, realizaron un inserto, correspondiente a una misiva dirigida a parlamentarios católicos de sus diócesis en torno al proyecto que pretende legislar en torno al aborto en tres causales (inviabilidad fetal, riesgo vital de la madre y violación) que debe resolverse este martes 4 de agosto.
Entre los puntos abordados por la misiva se encuentra el siguiente:
El proyecto propuesto por el Poder Ejecutivo pone en estado de indefensión jurídica a todos los no nacidos menores de 12 semanas de gestación y, en la práctica, abrirá camino a una forma de legalización del aborto libre.
Si ya resulta incómodo que la iglesia -siendo Chile un Estado laico hace ya bastante tiempo- realice declaraciones de esta envergadura respecto de la función del poder ejecutivo (que debe legislar para todos, incluídos los no católicos), lo que más impresiona es que además se haga un emplazamiento directo a personeros del poder legislativo, tratando de imponer un paradigma ideológico y moral, señalando que para un parlamentario católico, no existe el derecho moral de aprobar esta iniciativa legal.
Por ocasión de las próximas elecciones, recordaremos a los fieles la prohibición moral de dar el voto a favor de un candidato que haya apoyado el proyecto de aborto», señalaron los obispos. Y resulta indignante que se haga un llamado político ya que se está cooptando impúnemente, un derecho ciudadano a través de la fe. Y la carta sigue:
Nos dirigimos a ustedes, honorables parlamentarios, que representan en el Congreso a los fieles de nuestras diócesis, en especial a aquellos que se reconocen como católicos, para exhortarlos a que se opongan a esta iniciativa.
Es muy lamentable que esta interpelación se haya realizado directamente a los “parlamentarios católicos” ya que, claramente, es un llamado de atención a la Democracia Cristiana; partido que, desde la implementación de las reformas de la presidenta Michelle Bachelet, se ha mostrado más reticente a los cambios de fondo y ha polemizado, sistemáticamente con el Partido Comunista, generando ruido al interior de la coalición de la Nueva Mayoría. Sin embargo, Ricardo Rincón, jefe de los diputados de la DC, se mostró bastante crítico ante este llamamiento, señalando que los obispos o están muy desinformados, o no comprenden la naturaleza y funciones del poder legislativo, o lo que sería peor, pretenden influir a través de declaraciones que no se ajustan a la verdad.
En lo que respecta a la Democracia Cristiana, nuestra bancada se ha preocupado de sostener innumerables encuentros con todos los interesados en la materia, sin excluir ni vetar a nadie, procurando el más amplio y respetuoso debate; y, tercero, una de las causales en debate existió con absoluta legalidad en Chile, por más de 50 años y la Iglesia Católica nunca dijo nada.
Cabe mencionar que la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados, que fijó la votación en general del proyecto que despenaliza el aborto, será votado mañana, luego de que fuera postergado durante 29 días, luego de que la directiva de la Democracia Cristiana pidiera al poder Ejecutivo más tiempo para conocer en detalle el programa de gobierno. Esto, luego de que se realizó el consejo nacional de la DC en donde fue elaborado un documento partidario “A favor de la vida”.
Es de esperar que, con el tiempo extra que tuvo la Democracia Cristiana para darse por enterada del plan de gobierno, que fue parte de la campaña presidencial, plus, la desafortunada intervención de la iglesia, que deja en evidencia lo injusto y descabellado de imponer una ley a razón de una doctrina que no es común y que no afecta a toda la población.