Otto Lührs, candidato a CORE por Valdivia: Cerrando campaña, abriendo temores y sueños

Se nos dice frecuentemente que nuestra sociedad, la chilena, no lee, y si lee no comprende

Otto Lührs, candidato a CORE por Valdivia: Cerrando campaña, abriendo temores y sueños

Autor: mauriciomorales

otto luhrs

Se nos dice frecuentemente que nuestra sociedad, la chilena, no lee, y si lee no comprende. Y parece que la política que tenemos asume esto como realidad y por tanto nos llena de textos breves, reduccionistas, simples y vacíos, clichés con poco y nada diferenciador entre l@s divers@s candidat@s. Si recibes este mensaje, es porque creo, o quiero creer lo contrario, que SI hay población lectora y comprensiva, espero no incomodar ni menos latear. Lo siento si no va resumido, pero por 1ª y única vez en esta campaña, me doy un espacio para escribir sin la celda de cumplir con X n° de palabras para un folleto o columna de opinión al diario. Claramente escribo como candidato a CORE, Provincia de Valdivia, Partido Ecologista Verde H-127. Sin embargo, en este texto no va una pretensión de ganar votos, incluso asumo que tal vez pierda debido a estas ideas, pero por sobre la suma y resta de votos, deseo aprovechar la efervescencia eleccionaria del país para compartir y tal vez provocar, el reflexionar y re-mirar.

¿Qué significa el que me declare ni de izquierda, ni de derecha, ni de centro ni amarillista, y que es la ecología mi marco de pensamiento?

En sencillo. Adam Smith y Karl Marx, fundadores teóricos de derecha(s) e izquierda(s) respectivamente, se diferenciaron en cómo generar y repartir riqueza y el nivel de involucramiento del estado en esta cuestión. Sin embargo, escribieron en una época en que el impacto de la humanidad en el planeta no era tema, no había cuestionamiento o reflexión a lo que ahora nos resulta evidente e insoslayable: TODO ACTO HUMANO, TAMBIÉN LA ECONOMÍA, OCURRE DENTRO DE LA BIÓSFERA. Y por tanto, cultura, deporte, salud, comercio, educación, política, urbanismo y todo lo que c/u quiera agregar, son manifestaciones de una especie (la humana) que habita ecosistémicamente en el gran ecosistema planetario.

Una vez esto identificado y asumido, cambia el lugar desde el cual mirar. Lo primero que pasa, o al menos a mí, es necesitar una noción de desarrollo que derroque al Producto Interno Bruto (PIB) como referente de mejora de país o región. Es increíble el daño que esto nos ha hecho. Más autos en las calles, más enfermos en los hospitales, más armas en las casas, más rejas y alarmas de seguridad en los barrios, más consumo de fármacos, la tala de bosque nativo y plantaciones de exótico, entre otras aberraciones, todo esto aumenta el PIB y el gobierno y buena parte de la ciudadanía lo celebra. Si Piñera dice “hemos crecido en un 4.2”, en ese número incluye destrucción, pérdida de salud, es un autoengaño maldito, perverso. Cambiarlo por la estimación de la Felicidad Interna Bruta (FIB) ya no es poesía utópica, es posible, real, depende de nosotres. Ser estudiante de la primera generación del Magister en Desarrollo a Escala Humana y Economía Ecológica de la UACh ha sido gravitante para abrirme la comprensión en este sentido. Y desde acá dejo un mensaje fundamental: un candidato a la presidencia economista y ecologista y con una fortaleza espiritual íntegra y extenso conocimiento experiencial sobre política mundial, como Alfredo Sfeir, entrega una gran oportunidad de avanzar en esta transformación.

Así que, en vez de entender al mundo entre derechistas, izquierdistas, de centro o desencantados antisistema, yo identifico a:

– QUIENES ESTÁN DESESPERANZADOS DE LA HUMANIDAD: están consientes de que los recursos son finitos, algún día se acabarán y entonces padeceremos enormes crisis; ello es inevitable, el espíritu humano es incapaz de desviarse del rumbo hacia el precipicio, pero mientras tanto, lo inteligente es retrasar ese momento, nada más.

– QUIENES CREEN EN LOS RECURSOS INFINITOS: energía, minerales, comida, madera, atmósfera, espacio público para los autos, nunca se acabarán, siempre habrán fórmulas tecnológicas para incrementarlas o recuperarlas; la carencia siempre tendrá soluciones técnicas, como por ejemplo el bombardear nubes ante la sequía.

– QUIENES NO SE INQUIETAN POR SI LOS RECURSOS SON FINITOS O INFINITOS, menos aún por si la humanidad de verdad necesita determinado nivel de consumo de recursos; lo relevante es si se puede aumentar el consumo, si este aumento es manipulable y qué tan grande es la tajada del beneficio financiero que este juego les vaya a dejar. El conjunto industria minera + mega centrales eléctricas, o industria del automóvil + combustibles fósiles, es un buen caso de esta postura, son minoría, pero muy influyente.

– QUIENES, YA SEA POR IGNORANCIA O INDIFERENCIA, NO CREEN QUE ESTOS ASUNTOS SEAN RELEVANTES, no toman postura, simplemente se dejan llevar, les gusta después de cada elección, decir “yo voté por el/la que ganó”; si la despensa tiene comida a fin de mes o la tarjeta de crédito cupo para endeudarse, el resto es secundario. Son los que permiten que los anteriores a pesar de ser minoría, dominen.

– QUIENES CREEN EN LOS RECURSOS FINITOS Y LA FELICIDAD NO SE MIDE CON EL PIB: la posibilidad de extraer o multiplicar los recursos tiene un límite, se acaban, y mientras más nos concentramos en fórmulas tecnológicas, más atrofiaremos la capacidad de generar soluciones mediante cambios de comportamientos y valores; la carencia es una mezcla de sensación y realidad, muchas veces provocada, y por tanto siempre puede tener soluciones pedagógicas (con este grupo me identifico, desde este convencimiento ofrezco mis planteamientos).

– LOS NADIE, sería paradójico ignorarlos, son los más vulnerables y silenciosos, su tiempo ya no se mide en mes y sueldo, con suerte viven el día a día, no se dan el lujo de plantearse ante el futuro. No me atrevo a describirlos, pues Eduardo Galeano ya lo ha hecho y no creo poder hacerlo mejor.

¿Entre quienes estás? ¿Y l@s candidat@s que votarás este domingo?

Desde todo lo anterior, surge lo que expreso en el folleto de mi campaña que un poco ha podido circular:

Como principios de acción: (1) ecología como marco de pensamiento, (2) felicidad es la finalidad de política y economía, (3) superar polaridad izquierda-derecha, (4) problemas de la naturaleza y  sociales son dimensiones de un mismo asunto: la vida, (5) autodeterminación + autorrealización colectiva, (6) representación de la diversidad humana en toda gestión, (7) doble aprobación para decisiones públicas: social y legal, (8) acción empresarial al servicio de las personas presentes y futuras (9) pedagogía urbana y (10) fortalecer vínculo ciudadanía – universidades regionales. Y transformaciones que me motivan: (1) recuperar la movilidad no motorizada, no sólo ciclista; (2) generación de empleo liberador, (3) autosustentación domiciliaria (energía, agua, residuos –desinventar la basura-, alimentaria, autoconstrucción) y (4) proteger ecosistemas habitados por el ser humano.

¿Y lo típico de discursos, panfletos o reparto cartesiano de la gestión pública? ¿Educación, trabajo, salud, vivienda? Está, se los aseguro, transversal o implícito, pero está.

Sabemos que sólo con nuevas preguntas encontraremos nuevas respuestas. Hay una, que resume la re-mirada que proponemos (digo proponemos pues somos muchos, nos cuesta que se nos oiga o lea, pero somos varios y hace ya bastante tiempo, seguro alguno de ustedes dice “yo también!!”):

¿Seguiremos tratando los efectos de nuestros problemas o atacaremos las causas?. O dicho de otra manera, ¿seguiremos concentrando esfuerzos en el incremento de la disponibilidad de bienes y servicios o trataremos la disminución de la demanda, consumo?. Acá l@s lectores formateados por la economía clásica (unos más otros menos, pero en el fondo tod@s nosotr@s) seguro ya tiritan, reclaman o abandonan la lectura, si es que han logrado llegar hasta acá. Allá ell@s, el mundo es grande y libre, aunque no infinito.

Esta pregunta general, se traduce en específicas del tipo…

¿Falta espacio para la movilidad en la ciudad o hay una minoría ciudadana que consume demasiado espacio para circular y estacionar en sus autos privados?

¿Hay que mejorar los servicios reparatorios de la salud o debemos disminuir la generación de enfermedad?

¿Requerimos más plantas generadoras de energía eléctrica o debemos frenar el incremento del consumo energético? (no coincido con el slogan vacío de sentido “más energía, más desarrollo, más felicidad”)

¿Falta alimento o falta recuperar la capacidad de generación alimentaria comunitaria?

¿Te falta dinero y debes incrementar como sea su generación o endeudamiento o te has llenado de gastos superfluos innecesarios?

Lo que hoy tenemos como sistema económico, fabrica necesidad y escasez, para someternos al cautiverio del mito del consumo material como fórmula de una felicidad que nunca llega y que en el proceso arrasa con todo, natural y social. La escasez, premisa fundante de la economía clásica, es una falacia que resulta de pensar y organizar el mundo desde el darwinismo social de la competencia y la codicia. Reemplazas estos dis-valores por la colaboración y el bien común, y descubres que este mundo puede ser abundancia, incluso y por sobre todo, la felicidad. La austeridad te hace libre, ya lo han dicho, de diferentes maneras, San Agustín, Facundo Cabral, Pepe Mujica.

Para concluir mis reflexiones, risa y llanto. La risa, la provoca el recuerdo de la célebre y absurda frase de Pinochet “Ayer estábamos al borde del abismo, hoy hemos dado un paso hacia adelante» (1973). Chistoso, a nivel con el inigualable Murci Rojas cuando nos dijo “no tengo por qué estar de acuerdo con lo que pienso”. Y el llanto, porque 40 años después de esa estúpida frase, estamos más cerca del abismo, y ya no damos pasos, sino saltos hacia él.

Y CON toooodo esto, ¿se puede re-hacer la política? ¡Pero si la gente necesita soluciones a sus problemas cotidianos, no palabrería teórica! Se oye por ahí entre los de siempre.

No sé, no lo sabemos, es especulación y para algun@ utopía fanática, pero vale la pena intentarlo.

Lo que si sabemos, es lo que sucede cuando se hace política SIN esto, está a la vista, es el mundo que tenemos y que muchos a estas alturas, no queremos.

Gracias por haber llegado hasta el final. Deseando que el 18 de noviembre el mundo, al menos nuestro país, sea mejor, te saludo cordialmente.

 

Por Otto Lührs Middleton

Terrícola, Profesor de Educación Física, no sólo activista de la bicicleta. Candidato a CORE H-127 Provincia de Valdivia, Partido Ecologista Verde

 


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