Otto Pérez Molina, general especializado en contrainsurgencia, acusado de genocidio por organizaciones de derechos humanos y fundador del Partido Patriota, ganó este domingo por amplio margen las elecciones presidenciales en Guatemala, tras una campaña en la que prometió una «guerra abierta» y «mano dura» contra el crimen y la pobreza, en un viraje a la derecha para el país que, además, marca el retorno de un militar al poder después de 25 años de gobiernos civiles.
«A todos los guatemaltecos les digo que no los voy a defraudar. Haré mi mejor esfuerzo. La seguridad y la justicia serán la prioridad de mi gobierno», declaró Pérez Molina al llegar al centro de cómputo la noche de este domingo, donde fue recibido por miles de seguidores.
María Eugenia Villagrán, presidenta del Tribunal Supremo Electoral, dio a conocer los resultados preliminares: «Declaramos ganador al Partido Patriota». Precisó que Pérez Molina obtuvo 54.27 por ciento de los votos, mientras su rival, el empresario Manuel Baldizón, fundador del también derechista Partido Libertad Democrática, reunió 45.52 por ciento de los sufragios con más de 90 por ciento de mesas electorales escrutadas en esta segunda vuelta comicial.
El presidente electo, quien remplazará al actual mandatario de centroizquierda, Álvaro Colom, dijo que la «seguridad y la justicia» serán los ejes primordiales de su administración, ya que su objetivo es «disminuir los índices de violencia» y crear «oportunidades de trabajo», ya que Guatemala es uno de los países de América con la mayor tasa de homicidios, con 41 casos por cada 100 mil habitantes.
En conferencia, el militar retirado insistió en que era hora de «dejar de lado los colores partidarios», pidió «una oposición responsable, que trabaje», y prometió dedicarse «incansablemente» a resolver los problemas de los guatemaltecos. «Me emociona y me motiva el triunfo, pero reconozco la responsabilidad. No los voy a defraudar», opinó.
Pero el vencedor hereda un Estado camino a la bancarrota, en parte responsabilidad también de esos mismos candidatos que hoy definen la presidencial, quienes bloquearon año tras año en el Congreso los intentos de una reforma fiscal.
Próximo gobierno
Con respecto a planes iniciales, manifestó que este 14 de septiembre sostendrá un encuentro con el actual gobernante de Guatemala, Álvaro Colom, a fin de preparar los equipos para la transición del mandato.
También dijo que esta semana espera dará conocer los nombres de los ministros que conformarán su Gabinete y anunció que también tiene planes para negociar con congresistas a fin de poder materializar el plan de gobierno del PP.
Guatemala, donde la recaudación llega apenas al 10 por ciento del PIB y la evasión por parte de empresas y sectores no asalariados es gigantesca, cerrará 2011 con un déficit fiscal de 3 por ciento. El presidente Colom aconsejó ayer a quien se convierta en su sucesor que trabaje por aprobar una reforma fiscal, si es que tiene la intención de cumplir con las promesas de mayor seguridad ciudadana y menos pobreza.
El militar
Pérez Molina, militar de 60 años, quiere fortalecer el ejército con 2 mil 500 nuevos efectivos, y las fuerzas civiles con 10 mil hombres más, a fin de combatir la delincuencia agravada con la creciente presencia de cárteles mexicanos como los Zetas.
La figura del general despierta temores en amplios sectores de la población, sobre todo en el indígena, que lo vinculan con las matanzas atribuidas al ejército a principios de la década de los 80, la época más cruenta de la guerra civil de 36 años que dejó cerca de 250 mil muertos, aunque el candidato presidencial niega las acusaciones.
El general, quien se retiró de la carrera de las armas en 2000 y en 2003 fue electo diputado, se presentó por segunda vez consecutiva como candidato presidencial.
La victoria de Pérez Molina marcará el retorno de un militar al poder después de 25 años de gobiernos civiles, tras la firma, el 29 de diciembre de 1996, de los acuerdos de paz que dieron fin a la guerra civil en la nación centroamericana que en ese entonces era gobernada por Álvaro Arzú.
Además, marca el fin de la primera experiencia socialdemócrata en más de medio siglo, la del presidente Colom, quien pese a los múltiples planes sociales y a las reiteradas ofensivas contra los cárteles de la droga apenas pudo conseguir magros resultados, indicaron algunos analistas.
El Ciudadano
Con información de TeleSur, Jornada y Página 12