«El Chapo fue capturado aquí la otra vez por un operativo que yo personalmente dirigí», declaró Pérez Molina, el expresidente guatemalteco, de 64 años, que este jueves compareció ante un tribunal por delitos de corrupción después de renunciar a su cargo, informa Reuters.
«Lo quiero traer a colación porque usted se imagina lo que hizo El Chapo en el momento que lo capturamos: lo primero que hizo fue negociar», agregó el general retirado. «El ofrecimiento que tuvimos en la captura podía subir 10 o 15 veces más de lo que ahora me señalan a mí y no lo hice porque va contra mis principios», dijo el exmandatario guatemalteco.
Durante el segundo día de la primera audiencia, después de haber pasado una noche en la cárcel, Pérez Molina se abstuvo de contestar a las preguntas de la fiscalía «por recomendación del abogado». Sin embargo, recordó a los presentes que él fue el firmante de los acuerdos de paz de 1996 en Guatemala y, además, el único funcionario que logró encarcelar al narcotraficante mexicano, considerado uno de los criminales más poderosos del mundo.
«Lo primero que quiero negar es que pertenezco a La Línea. No reconozco sino niego lo que empezó a decir el representante del Ministerio Público», afirmó este jueves el expresidente. «No voy a poner mi dignidad, mi trabajo, ni el esfuerzo que he hecho por Guatemala por 800.000 dólares», apostilló.
La Fiscalía imputa a Pérez Molina los delitos de asociación ilícita, caso especial de defraudación tributaria y cohecho pasivo. El político «tuvo conocimiento y colaboró con la organización y recibió un porcentaje de los sobornos», afirmó el organismo público. Los tres delitos que se le imputan a Pérez Molina son los mismos por los que el Ministerio Público acusó a la exvicepresidenta Roxana Baldetti, en prisión preventiva desde la semana pasada.