Este jueves 25 de enero, en el cementerio general de Santiago, en la comuna de Recoleta, quedó al descubierto una nueva vandalización del memorial que honra la figura y legado de la histórica dirigenta del Partido Comunista de Chile (PC), Gladys Marín Millie.
En el lugar, desconocidos procedieron a rayar con cruces la placa donde cada año se reúne la militancia y adherentes para relevar la figura de dirigenta comunista y líder de izquierda. Espacio que como sitio de memoria es visitado por miles de personas durante todo el año.
«El espacio, que rememora la figura de quien fuera candidata presidencial y cuyo funeral recuerda una las más masivas movilizaciones y expresiones de pesar que recuerde la capital y el país, sufrió el accionar de quienes profesan la intolerancia», señalaron desde el PC, a través de un comunicado.
También expresaron su solidaridad con la familia de Salvador Allende y de Tucapel Jiménez, cuyos memoriales también fueron vandalizados.
En el texto, el Partido Comunista, planteó que hechos como este, «demuestran la importancia que en Chile el debate en la política no se haga con caricaturas y expresiones de odio que en este caso atentan contra figuras de nuestro partido, pero que finalmente dañan las bases mismas de la convivencia democrática».
Gladys Marín y su lucha contra la tiranía
Gladys Marín fue profesora, dirigenta, militante, presidenta, secretaria general del Partido Comunista y diputada. Trabajó por los Derechos Humanos en Chile en tiempos de dictadura -y post- y se ocupó en hacer justicia por las violaciones cometidas.
Nació en 1941 en Curepto, Región del Maule. Hija de Heraclio Marín, campesino, y Adriana Millie, profesora primaria, también de origen campesino.
En la Escuela Normal, Gladys se formó como profesora primaria con especialidad en Educación Diferencial.
El contacto con el mundo del profesorado, su historia de vida y las diferencias de clase que experimentó, influyeron a Marín en su acercamiento a la política y el comunismo. Participó activamente en movimientos juveniles cristianos, llegando a ser activa integrante de la Acción Católica de Talagante. Fue dirigenta de la Federación de Estudiantes Normalistas y en 1957, presidenta de dicha agrupación.
En 1965 fue elegida secretaria general de las Juventudes Comunistas (JJCC) y ese mismo año dejó la pedagogía para dedicarse por completo a la vida política. Entonces apoyó la candidatura de Allende, fue candidata y electa diputada y permaneció en el Congreso hasta el golpe militar en 1973.
Desde el 11 de septiembre del 73 Gladys se mantuvo en clandestinidad y cambió de casa-escondite para que los militares no la atraparan. El 74 la Embajada de Holanda le concedió la salida para el exilio, dejando en Chile a sus dos hijos y su marido, Jorge Muñoz, quien fue detenido y desaparecido.
Gladys Marín luchó contra la dictadura e hizo visibles las aberraciones vividas en el país. En 1978 regresó clandestinamente a Chile y encabezó el trabajo de dirección del partido; seis años después asumió como subsecretaria del mismo y el 99 se convirtió en la primera chilena en postularse a la presidencia. Murió en marzo de 2005, a los 66 años, a raíz de un cáncer fulminante. Ocasión en que se declaró Duelo Oficial y tuvo una multitudinaria despedida.
La Ley N° 20.852, publicada el 24 de julio de 2015, autorizó a erigir un monumento en su memoria.
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