James Petras, sobre bases norteamericanas en Colombia: «Es una guerra sicológica contra toda América Latina»

Contrario al discurso oficial del régimen colombiano, que presenta las bases militares norteamericanas como la continuación de viejos acuerdos militares -donde el gobierno nacional tendrá control sobre lo que ocurra en las mismas-, la realidad es que esas bases serán parte de la extensión de la influencia estadounidense en América Latina; en ellas se suspenderá […]


Autor: Director

Contrario al discurso oficial del régimen colombiano, que presenta las bases militares norteamericanas como la continuación de viejos acuerdos militares -donde el gobierno nacional tendrá control sobre lo que ocurra en las mismas-, la realidad es que esas bases serán parte de la extensión de la influencia estadounidense en América Latina; en ellas se suspenderá la soberanía nacional y los soldados colombianos terminarán limpiándole las botas a los marines.

He escogido el tema de las bases militares en Colombia, considerando que el tema es importante por las dimensiones históricas y políticas tanto para Colombia como para América Latina.

En una primera instancia voy abordar como antecedente histórico la intervención de los Estados unidos en la política latinoamericana, la cual, ha estado instalada en proyectos políticos y militares como eje central de su política internacional…para citar algunos casos, conocemos históricamente: las intervenciones en el derrocamiento de Arbenz en Guatemala, en el mandato de Salvador Allende en Chile, el respaldo a la dictaduras de Pinochet, Videla, Strössner en Paraguay y Somoza en Nicaragua…, esto por citar solo unos ejemplos.

¿Cuál cree usted que es la dinámica impulsora de la política norteamericana en America Latina?

Como tú tocaste en parte la historia, quiero continuar esta línea de discusión. Porque a partir del final de los años 90`s los avances del imperialismo norteamericano empezaron a perder terreno significativo. En este caso, podríamos citar el ascenso del Presidente Chávez, desplazando los dos partidos pro-norteamericanos: los Adecos y Copeyanos, después tenemos las insurrecciones en Bolivia, Argentina y Ecuador que tumbaron gobiernos pro-norteamericanos, Sánchez de Losada en Bolivia, de la Rua y tres otros desconocidos en Argentina, Noboa y Gutiérrez en Ecuador; junto con eso algunos gobiernos de centro izquierda subieran el poder, como en Uruguay, Lugo en Paraguay, incluso Bachelet en Chile. A partir de estos avances en las grandes movilizaciones populares de muchas partes de América Latina, la influencia del imperialismo norteamericano eran muy deterioradas y como consecuencia del Plan de Clinton y después de Bush, de avanzar el ALCA el tratado de libre comercio ( TLC ) estaba derrotado.

Después tenemos surgimiento el ALBA, Plan de Integración encaminado por Chávez, es bien importante anotar esto, porque cuando sube el poder Obama, se trata de revertir estas grandes derrotas y este deterioro. Para hacerlo combinó un discurso diplomático más moderado, amable, mientras avanza en la práctica con una política más militarista, sigue la flota en aguas latinoamericanas, la confrontación con Venezuela y también el rechazo de todos los países de América Latina sobre el fin del embargo con Cuba y, con eso, también aumenta la militarización en México con el gobierno derechista de Calderón y busca un comercio bilateral con García del Perú y con Álvaro Uribe Vélez de Colombia.

Esta política neo-militarista de Obama recientemente tenia su expresión en el golpe de Estado en Honduras, para destruir o por lo menos derrocar la cabeza de la gran movilización popular en este país y más que nada el ejemplo de una política independiente en Centro América que tradicionalmente era considerado como el patio norteamericano, en otros países como Antigua, Dominica y otros países en el Caribe para acercar al ALBA. Junto con eso, la elección o reelección de vuelta de los sandinistas que no son exactamente revolucionarios, pero por lo menos independientes de la política norteamericana, y en la política externa, muy amistosos con el gobierno de Chávez. En este contexto Honduras es para Washington la primera expresión de su política de revertir este proceso de deterioro…

¿Cómo entender este golpe de Estado en Honduras?

Primero, es la integración del ejército hondureño dentro del sistema militar de Estados Unidos, digo eso, no por una expresión ideológica, sino por una expresión de observación y investigacion empírica de muchos años. Toda la capa oficial de generales hasta tenientes en Honduras está entrenada en Estados Unidos, bajo el tutelaje de los oficiales norteamericanos. Los militares norteamericanos operan a partir del ministerio de Defensa en Honduras. Hay consultas no siempre diarias, pero cada hora se consulta sobre cualquier proyecto militar, político de los Estados Unidos en Centroamérica y del Caribe.

Es absolutamente falso de que lo militares actúan por su cuenta . Tampoco que los oficiales norteamericanos simplemente “sabian” de la preparación del golpe, como algunos rumores o reportajes dicen. Es saber, consultar, planificar y analizar las consecuencias. Por esa razón cuando ocurre el golpe, que después hay la gran reacción unánime de América Latina y los países en el exterior, la señora Clinton inmediatamente trata de poner distancia, pero no toma la posición congruente con los demás que era denunciar el golpe. Ella inventó la frase “gobierno interino” como si era otro gobierno de transición. Eso, es la mejor indicación de que Washington frente a la gran oposición, incluso de sus aliados mas sometidos denunciando el golpe, tenía que elaborar una política de dos carriles: uno era lo publico y era la crítica del golpe, pero al mismo tiempo, poniendo distancia en la práctica con el retorno de Zelaya. La política operativa era ver cómo se puede prolongar cualquier proceso de negociación en un espacio menos desfavorable, porque la OEA es un terreno desfavorable… Estados Unidos tenía que proteger su cliente en Honduras entre gobernantes hostiles. Entonces, se inventó otro espacio con el señor Arias, un notario que apoya a Washington y el TLC en Costa Rica y que ha hecho mérito en Estados Unidos por sus críticas a Chávez… Clinton consigue desplazar el lugar, creando una marginación de la OEA y, al mismo tiempo, fortaleciendo el apoyo del gobierno títere. Ahora, Clinton no tiene compromisos de principio con Michelleti, el gobierno golpista. está dispuesto a sacrificarlo, si viene otro, un recambio, menos que Zelaya. Esta táctica de prolongar las negociaciones es parte de la política de Washington. Ahora, un punto final, alguna gente mal informada en América Latina dice que la política golpista de Washington es producto de oficiales, lo que llaman la ultra- derecha, como Otto Reich, como Negroponte. Esto es absolutamente falso, es una fabricación de sus fantasías. Ellos no hacen la política actualmente en Estados Unidos, no tienen mando sobre las fuerzas militares. Es Clinton, es Obama, es el Pentágono, el Departamento de Estado, la Casa Blanca, la que hace la política. Estos críticos inventando una “ultra –derecha” como autores de la política quieren absolver a Obama. No quieren entender o son ignorantes de que cómo la política norteamericana funciona en este período. Actualmente Obama practica una política del doble discurso: un discurso amable, simpático, con la práctica agresiva y violenta.

MILITARIZACIÓN EN COLOMBIA

Dentro de su análisis podría uno pensar que hay un proyecto de Estados Unidos con Colombia para reforzar una política de intromisión militar a los pueblos de América Latina

Sí, es una política de reforzamiento, de revertir los avances, por eso la exacerbación del militarismo en Colombia. No hay que olvidar que los Estados Unidos, desde mucho antes del Plan Colombia, estaba estacionando muchos oficiales en Colombia. Con la escalada de Obama, la instalación de las siete bases militares: naval, aérea, terrestre, es parte de la política de militarización que mencionó… Esta tiene dos funciones: una intimidación, una guerra sicológica contra toda América latina, para extraer concesiones y debilitar la relaciones con Venezuela. Todos entienden las bases militares norteamericanas como una táctica para enfrentar, invadir y atacar a Venezuela, o por lo menos crear un incidente que aumente las tensiones. Hay que entender que Ecuador también está amenazada, porque al eliminarse la base de Manta, está en la lista de países indicados para el chantaje y las presiones. Entonces, las bases tienen dos funciones: uno, crear el trampolín para lanzar tropas y, el otro, es simplemente que el aumento de la presencia norte americana está dirigida hacia Venezuela.

También, es una escalada para terminar con la resistencia popular en Colombia. No sólo para la guerrilla, sino otros sectores populares que han aumentado sus actividades en los últimos meses. Esta política imperialista de Obama hay que ubicarla en un contexto mundial: han duplicado las tropas en Afganistán, han lanzado una enorme ofensiva en Afganistán, han extendido la guerra en Pakistán -diariamente hay operaciones aéreas en territorio de Pakistán, matando a cientos de civiles. También hay amenazas de intervenir en Somalia. Hay el apoyo de Israel a pesar de las críticas; los judíos siguen construyendo colonias sin ninguna represalia por los norteamericanas. Como decíamos anteriormente, Obama opera con un doble discurso: con propuestas populares y con prácticas agresivas militaristas. La gente no entiende esto y repite muchas veces como papagayos que es “progresista”.

Toda la política exterior está controlada desde el Consejo de Seguridad Nacional. Está presente Obama, la CIA y el Pentágono. Esta política de militarización en Colombia es para revertir el progreso en América Latina, para reprimir los movimientos sociales, particularmente con la crisis económica. El pronóstico de Washington es que la crisis va a provocar otra ola de movilizaciones, como hace 10 años. Por eso, ahora tienen las tropas para apoyar cualquier gobierno que las enfrente. La crisis podría radicalizar el proceso político. Las bases militares no están simplemente para controlar la situación en Colombia, no es simplemente amenazar a Venezuela y controlar el Caribe y Centro América.

Pero, también es una fuerza de intervención rápida, en cualquier parte de América Latina donde haya un resurgimiento de los movimientos radicales del año 2001 -2002. Esto me parece, estratégicamente, es lo que está en la agenda ultra-reaccionaria de Obama, que ha tomado medidas militaristas que superan por mucho la política de Bush. Fíjate, Bush nunca emplazó siete bases en Colombia, no intervino en el proceso de Honduras, no duplicó las tropas en Afganistán. Todo el mundo reconoce que Bush era un reaccionario, pero no quieren reconocer que Obama ha superado al señor Bush, porque es negro, porque es esto y lo otro… Es la más grande superficialidad e ignorancia que circula entre diarios como el periódico La Jornada en México y Página 12 en Argentina, no hacen un análisis de profundidad.

Acorde con esa reflexión de la política internacional por parte de Obama en lo que usted denomina discurso de doble moral: Lo más preocupante es cómo la soberanía y la autonomía de los pueblos está inmersa en una ofensiva de guerra por parte de Estados Unidos. En Colombia, el presidente Álvaro Uribe Vélez se ha prestado para seguir un proyecto geo–estratégico de EUA hacia América Latina.

Deberíamos ampliar la discusión de las bases militares y no la simple operación de los norteamericanos, porque coincidiendo con este proceso hay un lanzamiento de grupos y de organizaciones y movimientos sociales de la derecha. Por ejemplo, en Argentina los grandes dueños de plantaciones han organizado toda una serie de grandes movilizaciones, atacando el gobierno de la presidenta Fernández. En Bolivia, hay grupos de ultraderecha en Santa cruz que reciben el apoyo de ONG’s financiadas por los Estados Unidos. Hay un resurgimiento de los pinochetistas en Chile, y, en Brasil podríamos ver el resurgimiento de la derecha, incluso en el último tiempo parece que está ganando fuerza electoral. La ultraderecha ha seguido operando con respaldo de las burguesías y las pequeñas burguesías en Venezuela. Junto con esto, tenemos un fenómeno que mucha gente no ha comentado: las organizaciones y los “movimientos de la ultraderecha lumpen”. Con la crisis económicas y la politica del libre comercio han creado una enorme masa de pobres, en México, en Centro América y en Colombia, que, como no encuentran un camino en movimientos progresistas, se enganchan al reclutamiento de los narcotraficantes, y de otras actividades ilegales, como tráficos de personas. Estos movimientos tenemos que llamarlos “movimientos y organizaciones lumpen de la ultraderecha”. Tienen un papel simbiótico con la derecha como tal. Tenemos el caso clásico en Colombia, donde el Lumpen-Narco ha tenido relaciones íntimas, carnales, con Álvaro Uribe Vélez, el presidente y sus principales apoyos en el congreso. Esto es muy documentado mundialmente.Todos lo hemos reconocido; ningún académico o experto no ha dejado de anotar eso. Pero en Centro América, también, “las organizaciones lumpen” tienen una relación cercana con los gobernantes de la derecha y utilizan los fondos de este comercio para financiar y apoyar los candidatos de la derecha.

En toda América Latina: en Bolivia, en Brasil y otras partes esta crisis económica que hemos visto y el libre comercio han desplazado millones de personas; si no encuentran una salida por la izquierda o el progresismo, son un terreno fértil para la ultraderecha lumpen y no -lumpen.

RESISTENCIAS Y LUCHAS

Dentro del análisis crítico que usted hace, ¿cómo hacer una resistencia frente a la vinculación de organizaciones de movimientos de ultraderecha y la militarización de nuestros pueblos, cuando existen medios de comunicación que prolongan toda una política de guerra que incide en la organización de estos movimientos de ultra-derecha como usted bien lo ha ilustrado?

Bueno, podremos citar muchos ejemplos actuales. Por ejemplo, en Honduras, a pesar del golpe, las movilizaciones populares siguen mas de 50 días de lucha. Han establecido hegemonía en enormes sectores populares que antes eran poco activos o por lo menos pasivos frente a los procesos políticos. Se han creado situaciones que siguen presionando a la opinión internacional y a los gobernantes para que sigan actuando. Si no existieran movilizaciones, confrontaciones, cortes de caminos , las gestiones de Zelaya caen en un desierto. En Bolivia, por ejemplo, los golpista en septiembre pasado trataron de tumbar el gobierno y las organizaciones sociales, los campesinos, los indígenas, los mineros, bajaron a las ciudades confrontando la derecha. Y, por fin, el señor Morales pudo sobrevivir afirmando su mando, neutralizando los golpistas, racistas, los llamados “la media luna ”; esto por citar solamente dos ejemplos recientes. Solamente las movilizaciones populares en gran escala en una función concreta paran a la derecha. Es un paso para politizar la gente. Si uno piensa en el camino electoral, las elecciones ganadas por la izquierda siempre son producto de sus grandes movilizaciones, porque activan y crean conciencia. Esta conciencia es esencial para elegir y seleccionar candidatos de izquierda. Cuando hay candidatos electorales de izquierda sin ninguna anterior movilización y lucha de clases, siempre pierden o están en una posición débil si ganan las elecciones.

La actual lucha de masas es uno de los factores principales para politizar y poner sobre la mesa las reivindicaciones populares. Algunos gobiernos de izquierda mejoran la vida, en algunos casos, pero no han cambiando la estructura de poder. Por ejemplo, hoy hay 50 compañías petroleras, mineras en Bolivia todavía, los grandes latifundios siguen en manos de la derecha latifundista y Morales manda los campesinos a la selva para cultivar sin medios (por eso todos abandonan el proyecto). Lo mismo con Kirchner/Fernández -no hay ningún desafío a las compañías petroleras en Argentina. Lula es un gran abogado del libre comercio. Entonces, la centro izquierda está en crisis económica, porque no cambió la estructura y hay un desafío desde la derecha. Los movimientos están un poco paralizados, porque apoyan estos gobiernos y ahora faltan alternativas. Apartir de las movilizaciones, hay que crear alternativas políticas frente a las debilitades de estos gobiernos de centro izquierda.

Finalmente, como lo indica, tiene que decir si los golpes como en Honduras cierran caminos electorales y si la lucha de masa no violenta se encuentra en un callejón donde están terminados los caminos legales. Hay otras formas de lucha, como hemos visto históricamente tanto en norteamérica, como en otras partes. O por la razón o por la fuerza -eslogan de Chile- históricamente es el sentido. Muchos pueblos dicen: si podremos cambiar con menos costos las condiciones intolerables, mejor… pero si es necesario tomar las armas porque nos prohíben cambiar las cosas, hay que tomar esa decisión y no someterse a injusticias.

Este trazo que usted propone sobre los movimientos de resistencia, sobre el derecho a rebelarse, el derecho a constituir que los pueblos tengan la defensa de la soberanía, la autonomía, es viable bajo la óptica de resistencias… Colombia está pasando por momentos de crisis y sobretodo “la venta y privatización de nuestro territorio” por parte del presidente Álvaro Uribe Vélez a Estados Unidos… no hay una propuesta popular, organizada, contra las bases militares…

Es comprensible cuando hay deterioración económica, lo podemos ver en Estados Unidos, la primer preocupación de la gente es las causas económicas y sociales que afectan a la gente. La lucha contra las bases militares en Colombia sólo va a avanzar una vez que esté vinculada con las luchas reivindicativas de los campesinos, indígenas y los trabajadores. En este momento la gente está en la lucha sobre la desocupación, los bajos salarios, las privatizaciones, que tienen como consecuencia los despidos y eso es común. Normalmente la gente no actúa con relaciones externas, es una lástima, pero es comprensible. La lucha contra las bases tiene que vincularse con las luchas cotidianas…

Eso es una propuesta que se debe desarrollar bajo la cotidianidad, bajo el contexto… Las organizaciones deben trascender en una postura política de lo que está ocurriendo… El común de la gente no sabe verdaderamente lo que está pasando. Pero insisto, es preocupante las estructuras de izquierda en Colombia que no generan una verdadera propuesta organizativa contra la intromisión de la soberanía y la instalación de las bases norteamericanas.

Si, efectivamente me sorprende…

Es una militarización de nuestros territorios, es una militarización de la sociedad…

No es el fin. Primero hay asesores, luego bases y con eso un trampolín a extender la influencia en la administración civil y mas allá de tomar control de la política. La colonización estilo colombiano es un proceso en aumento, la colonización a la Colombia es paso por paso…

Muy bien la reflexión emprendida aquí, nos da elementos sobre lo que está ocurriendo en Colombia y otros países. Estoy muy agradecida con esta entrevista, que pienso no debe terminar en este tema, sino prolongarse hacia otras reflexiones…

Quiero que sigas en esta línea verdadera de dar información, en una visión crítica sobre esta “colonización en etapas de Colombia”, y quiero darte un fuerte abrazo. Gracias…

por Sara Leukos

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