El próximo 17 de junio será crucial para el pueblo colombiano, fecha en la que estará en juego la elección de su nuevo presidente, con dos opciones: un candidato que representa a la oligarquía que ha gobernado siempre, Iván Duque, y otro que se erige en paladín de una sociedad cansada de la violencia y desigualdad, el exponente del movimiento Colombia Humana y de la Coalición por la Paz, Gustavo Petro.
“La opción que tienen los más pobres, los trabajadores, los explotados, los dominados, es la de Gustavo Petro”, así lo aseveró el politólogo y profesor universitario Miguel Herrera a El Ciudadano, quien agregó que “la razón por la que debe ser respaldada esa opción el domingo es porque el candidato de centroizquierda ha dado muestras, en su experiencia como gobernante en la ciudad de Bogotá (capital), de que tiene esa sensibilidad y esa disposición para identificarse con los grupos y bases subalternas”.
La elección del medio siglo
“Colombia ha vivido la experiencia del tránsito de la guerra a la paz con el el grupo de las FARC (que ahora se identifica como partido político), pero esa negociación de paz está plasmada en 6 puntos, de los cuales ninguno se ha cumplido. La única garantía para que esos puntos tengan un desarrollo cabal está en la mira de la ciudadanía colombiana, porque si el 17 de junio resultara ganador Ivan Duque, ese proceso retrocede y el gran drama de los 100 años de soledad de Colombia abre una nueva perspectiva tenebrosa”, explicó Herrera, profesor de ciencias políticas.
El politólogo agregó que “si la opción es, por el contrario, el apoyo a Gustavo Petro, pero con una proporción al menos de 8 millones de votos, las avenidas de una paz democrática se abren, porque se lograría por fin que se cumpla el artículo 13 de la Constitución colombiana: ‘que el Estado promueva las condiciones para la igualdad real y efectiva en Colombia y que haya un trato diferencial y positivo para las minorías’, nada de esto ha pasado hasta el momento”.
¿Podríamos tener un presidente de izquierda?
Pese a la campaña orquestada por las grandes cadenas de medios, por primera vez en la historia colombiana un candidato de la centroizquierda pasa a una segunda vuelta en disputa de la silla presidencial.
“Jóvenes, campesinos, afros, indígenas y trabajadores se expresaron contra el peor mal que aqueja a Colombia, la desigualdad social”, fue la opinión del candidato de centroizquierda, con respecto a los 5 millones de votos que obtuvo en la primera vuelta.
El hecho de haber logrado desbordar las plazas públicas, en un país donde los intereses políticos y económicos son dirigidos por las más altas esferas oligárquicas, es un avasallador aliciente para el exguerrillero.
“Ojalá que la sensatez, la inteligencia y el recuerdo de tantas desgracias por más de 50 años de guerra social initerrumpida persuadan a los votantes y la figura de la derecha y los liberales contaminados con la dinámica de estos años de frustración popular no sea la que triunfe”, concluyó, por su parte, Miguel Hernández, especialista en Ciencias Políticas.