Sebastián Piñera durante su visita a Temuco comunicó que ha decidido cambiar la ubicación del inescrupuloso proyecto Termoeléctrico Barrancones, de la empresa franco-belga “Suez Energy”. En la ocasión no se refirió a la huelga de hambre de los presos políticos mapuches, que hoy cumplió 45 días.
La decisión que se veía venir, dada las pruebas de grabaciones radiales en que él mismo se comprometía a no aprobar proyectos termoeléctricos que impliquen daños mediambientales, en conversación sostenida con el conductor del noticiero central de TVN Amaro Gómez Pablo, le pusieron contra la pared.
Y así fue, hoy los confirmó en Temuco, donde agregó «puedo decir a todos los amantes de la naturaleza, que como Presidente me siento feliz de poder preservar un santuario de la naturaleza que he podido disfrutar con mis propios ojos”.
En su paso por la ciudad y en el marco del lanzamiento del Plan Araucanía, se refirió al tema, obviando la situación de los presos políticos mapuche en huelga de hambre. En la oportunidad, agregó: «vamos a invertir recursos de todos los chilenos y en alianza con el sector privado, para desarrollar y acelerar el desarrollo de planes pilotos y experimentales en materia de energía termica del Sol, eólica del viento, geotérmica de los volcanes, energía de nuestras mareas y tambien la bioenergía».
El problema sin embargo radica en que todas estas buenas intenciones, son como él lo expresa, «planes pilotos», pues lamentablemente el planeamiento de abastecimiento de la matriz energética está centrado en termoeléctricas, daño que viene dado desde la Concertación, excusa que de seguro también ocupará para justificar la instalación de otras tantas generadoras de energía a base de carbón, petcoke y otros derivados altamente contaminantes.
La ex ministra de medioambiente, Ana Lya Uriarte y quien dejó mucho que desear en su gestión (Pascua Lama, Central San Pedro y otros), dijo que «no se trata de cambiar la ubicación de la central por cualquier otro… lo que queremos es que todo proyecto de inversión sea sometido al sistema de evaluación de impacto ambiental».
Por su parte la ONG ambientalista Terram, señaló que «el anuncio presidencial implica un claro y contundente triunfo de la ciudadanía que, indignada frente a la inminente y clara amenaza a un ecosistema prístino y de alto valor, reaccionó organizándose y saliendo masivamente a las calles a protestar por la decisión de la Corema de Coquimbo».
La organización llamó la atención de que la reubicación «especial relevancia ya que una nueva localización implica un nuevo proyecto que, en consecuencia, deberá ser nuevamente ingresado al Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental, iniciándose la tramitación ambiental desde cero, de acuerdo a la ley Nº 20.417, y no bajo la antigua ley 19.300.»
El gesto esperado de Piñera, es valorable y ahora a que cumpla la palabra empeñada. No obstante según trascendidos en la prensa mercurial la empresa Suez Energy manifestó que por un lado respeta la decisión de las autoridades y que analizará otras alternativas mejores. Pero que la reubicación no les iría nada de bien pues ello implica nuevos estudios de impacto ambiental y hasta 4 ó 5 años por lo que se estarían abortando el proyecto.
Si se van, un segundo triunfo de la ciudadanía organizada por la defensa al derecho de vivir en un medioambiente limpio que aún tiene muchos otros proyectos contaminantes a los que hacer frente.
En desarrollo…
El Ciudadano