La policía turca detuvo a 11 extranjeros sospechosos de pertenecer a una célula del Estado Islámico ligada a los recientes ataques en el principal aeropuerto de Estambul, según informan los medios del país.
El martes, 44 personas fueron asesinadas en un atentado con bombas y disparos en uno de los aeropuertos más concurridos el mundo. Los tres supuestos atacantes resultaron ser ciudadanos de Rusia, Uzbekistán y Kirguistán, informó una autoridad del gobierno turco.
El diario Yenisafak dijo que el organizador del ataque parecía ser un hombre de origen checheno llamado Akhmed Chatayev.
Chatayev está identificado en una lista de las Naciones Unidas como líder de ISIS, responsable de entrenar militares de habla rusa. Fue arrestado en Bulgaria hace cinco años en una petición de extradición de Rusia, pero liberado por tener estatus de refugiado en Austria, de acuerdo a lo que dijo un juez búlgaro. Un año más tarde herido y capturado en Georgia y nuevamente liberado.
Los arrestos que hizo la policía el viernes en el lado europeo de Estambul, elevaron a 24 el número de personas detenidas en la investigación, informó la agencia Anadolu. Pero el reporte no ha sido confirmado por la policía.
Más allá de confirmar las nacionalidades de los sospechosos, las autoridades turcas no han dado muchos detalles y han dicho previamente que los equipos forenses han estado luchando por identificar a los atacantes suicidas entre los escasos restos de sus cuerpos.
Yenisafak publica que el atacante ruso venía desde Dagestán, que limita con Chechenia donde Moscú ha librado dos guerras contra los separatistas e islamistas desde que cayó la Unión Soviética en 1991.
El diario turco Hürriyet lo nombró como Osman Vadinov, y dijo que había llegado desde Al Raqa, el corazón del territorio controlado por ISIS en Siria. El ministro de interior ruso dijo que se estaba verificando la información acerca de Vadinov.
En 2012, autoridades de Georgia dijeron que Chatayev había sido herido en un operativo de fuerzas especiales en contra de un grupo no identificado en el remoto valle de Lopota, cerca de la frontera con Dagestán. Se creía que el grupo estaba formado por islamistas rusos insurgentes que peleaban contra la supremacía de Moscú en el norte del Cáucaso.
Chatayev, a quien más atrde le amputaron un pie por causa de las heridas, fue arrestado bajo cargos de posesión de armas. Él negó los cargos y dijo que había sido enviado al valle en calidad de negociador, a petición de las autoridades de Georgia.
Más tarde, en enero de 2013, fue liberado de todos los cargos por las órdenes de una corte georgiana. «Fue liberado dentro de la ley, fuera no no un error», dijo este año el ex ministro del interior georgiano, Vakhtang Gomelauri.
En 2011, la policía búlgara detuvo a Chatayev en la frontera con Turquía, puesto que Rusia lo buscaba por «participar, reclutar personas y financiar grupos armados», como dijo el viernesun juez búlgaro a la radio nacional del mismo país.
Sin embrago, la corte búlgara no lo extraditó, argumentando que su estatus de refugiado, garantizado en Austria en 2003, seguía siendo válido en todos los países adheridos a la Convención de Ginebra, que incluye a Bulgaria.
Fuente, The Guardian
El Ciudadano