¿Por qué Cristián Riquelme sigue todavía en La Moneda?

Se encuentra en el ojo de la tormenta por su rol en la administración de recursos de la campaña presidencial de Bachelet y en el caso Caval, pero aún se mantiene, contra viento y marea como director administrativo de Palacio. La decisión es de exclusiva pertinencia de la Presidenta.

¿Por qué Cristián Riquelme sigue todavía en La Moneda?

Autor: Jose Robredo

riquelme

 

El nombre de Cristián Riquelme se ha repetido permanentemente en las últimas semanas, incomodando de sobremanera a los inquilinos de La Moneda, que trata de salir del embrollo con explicaciones blandas o simplemente cobijándose en el silencio, e incentivando la presión de todos los sectores políticos que piden la salida del cuestionado administrador de Palacio.

Pero, ¿quién Cristián Riquelme? ¿Dónde se sostiene el poder que lo mantiene con vida en la casa de gobierno? ¿De dónde sale este funcionario que según su declaración de patrimonio ostenta 564 millones a su haber?

Es ingeniero industrial, ingresó al PPD y ahí formó parte del grupo liderado por el ex ministro del Interior Rodrigo Peñailillo, los “G 90”. En el año 2000, durante el gobierno de Ricardo Lagos, fue asesor de la Subsecretaría de Desarrollo Regional (SUBDERE) – cuando ésta estaba a cargo de Francisco Vidal -, y fue director administrativo de La Moneda en el primer gobierno de Michelle Bachelet (2006 – 2010) y durante su segunda administración ocupa el mismo cargo.

Pero su capital reside en ser el lugarteniente de Rodrigo Peñailillo, ex delfín de la presidenta Bachelet, y ser parte del equipo operativo en Chile que allanó el camino de Bachelet para la campaña de 2013 mientras ella ejercía como Secretaria General de ONU Mujer.

De hecho, durante la última campaña presidencial, Riquelme estuvo a cargo de la administración de los recursos a través de la empresa SOMAE, creada para tales propósitos, y que habría recibido los aportes de diferentes entidades privadas a la cruzada electoral que terminó con la Nueva Mayoría en La Moneda.

Dichos aportes se encuentran como parte de la investigación que lleva adelante el Ministerio Público en el denominado caso SQM, y que tiene para esta arista a Giorgio Martelli, recaudador histórico de las campañas concertacionistas, como único imputado.

Al mismo tiempo, se vio envuelto en el caso Caval al recibir en sus oficinas en La Moneda a Juan Díaz, militante UDI y socio en esta operación de especulación inmobiliaria encabezada por Sebastián Dávalos y Natalia Compagnon, que hoy se encuentra imputado por su participación en esta causa. Además Riquelme fue quien dio la orden de formatear el computador que Dávalos utilizaba mientras ocupaba el cargo de director Sociocultural de la Presidencia.

Claramente sabe mucho. Quizás demasiado como para no tratarlo con pinzas y aguantar la presión del oficialismo, oposición, los medios y la opinión pública que castiga la gestión presidencial por este asunto.

Además queda clara la diferencia de tratos para casos similares. Por ejemplo, al ex ex subsecretario de gobierno, Rodolfo Baier, se le pidió rápidamente la renuncia por emitir facturas a SQM a través de su empresa de comunicaciones Pekado Capital ¿Por qué? ¿Había pruebas de delito en un caso y en otro no? ¿La toma de decisiones es diferente según el área de La Moneda?.

En este sentido desde la Nueva Mayoría las señales de molestia han sido permanentes. El diputado Osvaldo Andrade (PS) y miembro de las comisiones CAVAL del Parlamento ha señalado que «Algo tenemos que hacer con lo que ya sucedió y que no merece necesariamente reproche penal. El señor Riquelme en la Comisión no contó la verdad. He insistido en que se haga un sumario administrativo».

Mientras que para el senador Alejandro navarro (MAS) «(Riquelme) debió hace rato haber dado un paso al costado o haberse tomado medidas administrativas. Esperemos que no tengamos que dar explicaciones todos los días».

Ante este silencio presidencial, que es de quien depende que siga en su cargo o no, las autoridades de gobierno ya han mostrado sus cartas, las que claramente no ayudan a ganar en esta pasada. El ministro del Interior, Jorge Burgos, expresó que “no depende de mí la decisión que siga” y en tanto el ministro (s) secretario general de gobierno Osvaldo Soto señaló que “la decisión respecto de la continuidad o no de un determinado funcionario de La Moneda corresponde a una determinada orgánica, evidentemente para mantenerse en un cargo es porque se está siendo bien evaluado”.

Seguro que esta historia continuará, hasta que alguien se decida o cometa un nuevo error.


Reels

Ver Más »
Busca en El Ciudadano