¿Por qué un grupo de aliados de EE.UU. se abstiene de sancionar a Rusia?

Un grupo de países directamente dependientes tanto política como económicamente de Estados Unidos y la Unión Europea no apoya a las sanciones contra Moscú, nota el diario ruso 'Vzgliad', que analizar las causas de esta postura.

¿Por qué un grupo de aliados de EE.UU. se abstiene de sancionar a Rusia?

Autor: Arturo Ledezma

obama putinTurquía

Uno de los países que se abstiene de sancionar a Rusia es Turquía, a pesar de ser un Estado miembro de la OTAN y aliado tradicional de EE.UU. en Oriente Próximo.

Turquía es el segundo comprador más grande del mundo de gas natural ruso tras Alemania. Especialistas rusos están coordinando los preparativos para la edificación en Turquía de la central nuclear de Akkuyu, en la provincia meridional de Mersin. El comercio bilateral entre los dos países puede triplicarse y alcanzar un volumen de 100.000 millones de dólares anuales, calculó el presidente ruso, Vladímir Putin, en una entrevista a la agencia de noticias turca Anadolu en víspera de su visita al país. Sin embargo, analizando los motivos detrás del rechazo de Turquía a apoyar las iniciativas antirrusas de Washington, el analista del diario ‘Vzgliad‘ Félix Krestovski no da prioridad a las razones económicas.

«La posición geopolítica y la estructura interior llevan a Turquía a enfrentarse a amenazas que requieren una reacción inmediata y no convencional, muy a menudo fuera del contexto de los intereses comunes de la OTAN», destaca Krestovski. Ankara no oculta que los intentos de Washington de influir en su política exterior le molestan. «No resolveremos nuestros problemas con la ayuda de una ‘mente superior’, sino con la ayuda de nuestro propio pueblo», comunicó el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, tras concluirse la visita al país del vicepresidente de EE.UU., Joe Biden. Como un ejemplo, Erdogan condena la política de Washington hacia Siria y califica su operación contra el Estado Islámico como un «espectáculo de conciencia», negándose a conceder para ella su base militar de Incirlik, tal y como lo pide la Administración de Barack Obama.

Israel

Israel tampoco apoya las sanciones contra Rusia, «a pesar de las importantes donaciones financieras que lo vinculan históricamente con EE.UU.», acentúa el analista. Desde su punto de vista, en la postura de Tel Aviv influyen varios factores. Por una parte, a Israel en cierta manera le desagrada la presión que la Administración de Obama ejerce sobre él en cuestiones que el país considera claves para su seguridad. Por otra parte, la sociedad israelí percibe el motivo de las sanciones —la crisis ucraniana— desde otro ángulo: la preocupación acerca del auge de los movimientos neonazis en Ucrania, un país donde vive una extensa comunidad judía, la acerca a Rusia, que siempre ha advertido sobre este peligro y lo ha condenado, puntualiza Krestovski.

Serbia

«Nadie puede decirle a Serbia cómo debe comportarse. Serbia actúa según dictan los intereses de su propio pueblo», insistió el primer ministro del país, Aleksandar Vucic, siguiendo la declaración del presidente Tomislav Nikolic de que Belgrado, a pesar de ser un candidato a unirse a la UE, no se adherirá al plan europeo de sanciones contra Moscú. Esta decisión no ha sido nada fácil, destaca Krestovski. «En Serbia el ‘lobby’ prooccidental tiene bastante fuerza, y se apoya en un sector de la juventud que aspira a recibir educación y trabajo en Europa occidental. Además, recibe abiertamente presión externa por parte de los funcionarios de la UE. Pero en el caso de Serbia, los vínculos humanitarios e históricos con Rusia pesaron más que el pragmatismo e incluso el instinto de conservación política», puntualiza el analista.

BRICS

Los socios de Moscú dentro del bloque BRICS —Brasil, la India, China y Sudáfrica— calificaron las sanciones antirrusas de «intervención que viola el derecho internacional», subraya Krestovski. Desde el punto de vista del analista, los motivos para ello son bastante «obvios». «No quieren involucrarse en juegos geopolíticos ajenos, arriesgando perder su aliado natural, Moscú, en una situación en la que no ven muy claro el papel de Washington como socio. Además, las economías en vías de desarrollo gozan de una creciente influencia política y no quieren aceptar la presión de EE.UU.», opina el politólogo.

Corea del Sur    

Corea del Sur es otro país que ignora la iniciativa de Washington. En numerosas ocasiones, los astilleros surcoreanos han confirmado su disposición de seguir colaborando con Rusia, acentúa Krestovski. «La postura de Seúl no solo se debe a los estrechos vínculos económicos que tiene con Moscú. Necesita a Rusia como un instrumento de presión sobre Corea del Norte, que últimamente se orienta más y más hacia Moscú que a su aliado tradicional, China», opina el politólogo.

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