Lento avance de proyecto de despenalización del aborto en 3 causales en Comisión del Senado

“Si no tienen los votos, no los tienen no más. No intentemos desviar la atención e intentar traspasarle el rol de los jueces o de los abogados a los médicos”, fue la tajante aseveración de la senadora Jacqueline Van Rysselberghe (UDI) durante el lento debate sobre las indicaciones del proyecto y  ante la mirada atónita de la ministra de Salud, Carmen Castillo Taucher, y la ministra de la Mujer, Claudia Pascual Grau.

Las secretarias de Estado asistieron junto a sus asesoras a la Comisión de Salud del Senado este martes para responder las dudas respecto a las indicaciones surgidas tras el debate en sala del proyecto de ley que regula la despenalización de la interrupción voluntaria del embarazo en tres causales.

Bajo la conducción del senador Guido Girardi (PPD), el debate se generó en torno a las concepciones de vida y persona humana, polarizándose a tal punto que la ministra Castillo pidió respeto al senador Chahuán para poder continuar con su alocución en torno a las cifras relativas a la maternidad, que arrojan datos de enorme importancia. En ese sentido, mencionó que de 250 mil partos sucedidos en un año, 54 provocan la muerte de la madre y, al menos, 200 son fruto de una violación.

Sin embargo, estos datos fueron rebatidos por la senadora UDI, quien afirmó que las cifras eran erróneas ya que “no habían mujeres que fallecieran por falta de atención médica por causa de un embarazo”, sino a raíz de “patologías concomitantes que llevaban al fallecimiento de una mujer, independiente si estaba embarazada”.

Posteriormente, la senadora Van Rysselberghe aclaró que, a su juicio, lo que se intenta posicionar es el poder abortar fruto de un embarazo no deseado, con un feto sano, producto de una relación no violenta, configurando el supuesto asesinato de la vida del que está por nacer.

Por su parte, el senador Francisco Chahuán (RN) explicó que la intención de compatibilizar la protección de la mujer, la maternidad y el ser dentro del vientre materno debía ser con rigor y técnica legislativa, denostando la posibilidad de que una niña menor de 14 años pudiese acceder a la interrupción de su embarazo; peor aún, si éste si intentaba desarrollar sin el consentimiento de sus padres.

Ante ello, la asesora del Ministerio de la Mujer, Claudia Sarmiento, intentó explicar que ante situaciones excepcionales -como una violación, en que el victimario incluso se encontraba dentro del núcleo familiar- el procedimiento debía contemplar un espacio de acogida y el acompañamiento físico y psicológico. No obstante, el senador Chahuán replicó que, con esta posibilidad, se daba manga ancha a la inexistencia de responsabilidades médicas, penales y civiles ante supuestas secuelas que pudiese sufrir la niña. Por tanto, de aprobarse dicha norma, él recurriría a la reserva constitucional.

De esta forma, los sinceros esfuerzos por dar respuesta a una situación que aqueja a miles de niñas, adolescentes y mujeres, continúa en suspenso. Transparentadas las contradictorias posiciones, el estatus y dignidad de las personas además de la capacidad de cada mujer para tomar sus propias decisiones, sigue en pie de duda. Al parecer, Chile seguirá en el triste grupo, al igual que  El Salvador, Malta ,Nicaragua, Honduras, República Dominicana y Sudán, como los únicos países donde se prohíbe la interrupción del embarazo bajo cualquier circunstancia y tipifican penas de cárcel para toda mujer y persona que lo realice.