Seymour Hersh, periodista ganador de un premio Pulitzer, afirma que la versión oficial que Barack Obama y su administración dieron en 2011 sobre la muerte de Osama Bin Laden es completamente falsa.
La versión oficial dada por la Casa Blanca asegura que el terrorista que había sido buscado durante años estaba refugiado en Pakistán en el momento en el que la inteligencia estadounidense lo localizó y lanzó un operativo para capturarle. Washington defiende que Osama bin Laden murió durante ese combate, versión que fue ampliamente cuestionada por sus incongruencias.
Seymour Hersh, en un artículo publicado en la revista ‘London Review of Books’, defiende que «cuando los efectivos estadounidenses descubrieron a Bin Laden, este no se encontraba refugiado en Pakistán, sino que la Dirección de Inteligencia Inter-Services -servicio de inteligencia pakistaní- lo tenía prisionero«. Al perecer, según defiende el periodista, la inteligencia de Pakistán tuvo preso a Bin Laden desde el 2006 para «usarlo como palanca ontra las actividades de los talibanes y Al Qaeda«.
La información que Hersh usó para elaborar esta versión no oficial de la muerte de Bin Laden la consiguió gracias a un alto cargo anónimo de la inteligencia estadounidense, a dos consejeros que formaron parte del Comando de Operaciones Especiales de EEUU, y a distintas fuentes dentro de Pakistán.
Según relata el periodista, un alto cargo de la inteligencia pakistaní vendió a Estados Unidos la información sobre el paradero del terrorista más buscado a cambio de recibir una compensación de 25 millones de dólares. La versión no oficial descarta también que Bin Laden muriera a consecuencia de un combate, ya que cuando las fuerzas estadounidenses entraron al recinto donde se encontraba el prisionero, los guardias de la inteligencia pakistaní no estaban.