Los votantes han hecho historia en Filipinas eligiendo a su su primer político transgénero para que los represente en como diputada.
La candidata del Partido Liberal, Geraldine Roman, derrotó a su rival más cercano por el distrito de Bataan, ganando el 62% del conteo de votos no oficiales en el 99% de los precintos.
Este es un hito importante para la comunidad LGBT en las Filipinas, pues es un país dominado por la fe católica donde los gays, lesbianas y transexuales han sido ridiculizados públicamente por algunos políticos y figuras públicas.
A principios de este año, el ocho veces campeón mundial de boxeo, Manny Pacquiao, fue foco de condena en todo el mundo y de indignación en las Filipinas por decir que las personas homosexuales son «peor que los animales».
Más tarde se disculpó por el insulto, el cual se produjo durante su candidatura para un puesto en el Senado.
Muchos de los mismos grupos que condenan públicamente a Pacquiao ahora están felices por el logro de la candidata Roman.
De cuarenta y nueve años de edad, Geraldine Roman, ha estado viviendo como una mujer por las últimas dos décadas y tiene una pareja masculina.
Pese a que defiende abiertamente los derechos LGBT, Roman restó importancia a la idea de que ella era ‘un candidato novedad’ mientras hacía campaña en su distrito al norte de Filipinas. Su popularidad, insistió, tenía más que ver sus políticas que con su género.
Siendo hija de padres políticos, se postuló para ganar un escaño en el Congreso siguiendo los pasos de su madre y se comprometió a continuar la vocación de su familia con el servicio público.