La Comisión de Constitución de la Cámara de los Diputados abrió este martes el debate sobre la aclamada Asamblea Constituyente. Uno de los principales puntos a tratar es una reforma constitucional que permita a la Presidenta de la República convocar -por sí misma o con respaldo del Congreso- un plebiscito sobre la necesidad de una nueva constitución.
Fernando Atria, profesor de Derecho de la Universidad de Chile, en conversación con este medio defendió que el plebiscito sería «una manera de entender el proceso constituyente entendido como una demanda ciudadana, lo que le haría dar un salto considerable en cuanto a su magnitud«. El profesor afirma que «lo razonable es hacer lo posible para que se reforme la Constitución» para permitir llevar a cabo el plebiscito y así, «darle a la ciudadanía la posibilidad de expresarse en el contexto de una constitución que la neutraliza«.
La actual Constitución de 1980 condiciona la toma de decisiones legales y constitucionales para asegurar que las decisiones tomadas no puedan alterar ningún punto importante de la Carta Fundamental. Ésto sucede porque el gobierno dictatorial de Pinochet redactó una constitución hermética que neutraliza cualquier intento de cambio importante y trascendental, por lo que es necesario llevar a cabo un proceso democrático que permita tomar decisiones constituyentes «que no se sometan a las reglas constitucionales sobre cómo decidir«, esto es lo que el profesor Fernando Atria entiende como Asamblea Constituyente.
Así, este intento de alterar democráticamente la desfasada Constitución para permitir celebrar un plebiscito sobre la necesidad de una nueva Carta Magna, daría paso al proceso constituyente anunciado por Bachelet el pasado 28 de abril sobre el cual la mandataria no precisó los mecanismos que lo llevarán a cabo.
¿Qué es un proceso constituyente?
El profesor Fernando Atria lo define como «un proceso a través del cual se va desarrollando una demanda ciudadana para la nueva constitución, y esa demanda ciudadana es la que va creando las condiciones de posibilidad, es decir, que cosas que antes parecían imposibles hoy sean posibles«.
Como ejemplo de la importancia de llevar a cabo un proceso constituyente cuidadoso que permita la evolución y maduración de los mecanismos, Fernando Atria pone el ejemplo lo ocurrido en el Senado con el sistema binominal. En enero de 2014 el sistema binominal fue eliminado en la mitad del Senado, siendo calificado por Patricio Walker como «medida maximalista» la eliminación del sistema en su totalidad.
En enero de 2015, un año después de esas palabras, se dictó la ley que lo eliminó. Por ello, recuerda Fernando Atria, «las cosas que en un momento parecen maximalistas en otro momento pueden parecer realistas«.
El profesor de Derecho subraya que la derecha se ha posicionado a favor de una ratificación plebiscitaria posterior a la redacción de la Nueva Carta Magna, algo que «si se hubiera planteado hace cinco año habría parecido completamente maximalista«. Por ello, Fernando Atria plantea: «¿Cuánto falta para que la derecha también se vea en la necesidad de estar de acuerdo con una ratificación plebiscitaria anterior? Eso va a depender de cómo evolucione el proceso constituyente» que se inicia en septiembre.
Ante la posibilidad planteada por el equipo de asesores constitucionales del gobierno de discutir el proyecto de la nueva constitución en el seno de una comisión bicameral, el profesor Atria defiende que «pensar que el problema constitucional se puede solucionar mediante una negociación parlamentaia no es realista«.
El proceso constituyente al que se enfrenta el país con el objetivo claro de conseguir una nueva constitución que no neutralice a las ciudadanía, necesita de «un nivel de legitimación pública y ciudadana mayor que una mera reforma constitucional (…) hay necesidad de algo adicional a lo puramente parlamentario«, afirma Fernando Atria.
En cuanto a la duración de este proceso constituyente, el profesor de Derecho de la Universidad de Chile califica de «error» pretender apresurar el ritmo del procedimiento porque «si uno se apresura quiere decir que usa criterios de realismo y maximalismo que son los que existen hoy, por lo que se cierra a la posibilidad de que esos criterios cambien mañana«.
Fernando Atria llama a la calma y a «tener el ojo puesto en el desarrollo de la demanda ciudadana por una nueva constitución, más que en la numeración y especificación de los mecanismos» pues, afirma, «mientras más pronto sea esa especificación, más limitadas van a ser las opciones«.
«A mi me importa mucho menos cuánto va a durar el proceso, que el hecho de que sea un proceso constituyente a través del cual se pueda tomar una nueva decisión auténticamente constituyente«, sentencia Fernano Atria.