Tras una maratón de negociaciones entre las partes de las conversaciones de paz para el conflicto ucraniano, el presidente ruso, Vladimir Putin, anunció que los participantes han firmado un tratado para implementar una serie de acciones acordadas entre Ucrania y Rusia. Después de unas 16 horas de debate en la capital bielorrusa de Minsk, donde participaron los líderes de Rusia, Ucrania, Alemania y Francia, se ha llegado a un consenso sobre 13 puntos vitales para la paz en la región de Donbass al este de Ucrania.
“El Grupo de Contacto [Rusia, Ucrania y OSCE] acaba de firmar un documento titulado ‘Sobre las medidas encaminadas a la implementación de los acuerdos de Minsk’,” destacó Putin, de acuerdo al diario ruso, Sputnik.
De acuerdo al tratado, Ucrania realizará una reforma constitucional para la descentralización del poder político, tomando en cuenta especialmente la situación al este del país y las demandas presentadas por los separatistas en la región de Donbass. Estas zonas celebrarán elecciones locales, con la supervisión de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), no obstante, el proceso electoral se acordará previamente con los líderes de las repúblicas autoproclamadas de Lugansk y Donetsk. Los debates sobre las elecciones, se llevarán a cabo dentro del marco llamado “Grupo de Contacto” donde se integran Rusia, Ucrania y la organización de seguridad regional. Los primeros puntos del tratado destacan el alto al fuego, el retiro de armas pesadas y la creación de una zona de seguridad desmilitarizada.
El nuevo acuerdo tiene muchas similaridades con el Protocolo de Minsk, un tratado firmado en septiembre del año pasado. Sin embargo, en muchos de los puntos destacados del dicho documento no se ha logrado la implementación, parcialmente debido a la continuación de las hostilidades (donde se ve el alto al fuego como un requisito previo para seguir adelante) y por las tensiones políticas intensificadas por las dos partes del conflicto. A modo de ejemplo, en el protocolo del año pasado se destacó que Ucrania debería realizar una descentralización del poder político, algo que el presidente ucraniano, Petro Poroshenko, presentó al congreso como una propuesta de autonomía temporal en las regiones disputadas, posteriormente el líder de Ucrania retiró la iniciativa, supuestamente debido a la continuada violencia.
Además de una reforma constitucional, el acuerdo señala que para fines de este año, se debe restablecer el control de la zona fronteriza entre Rusia y Ucrania, no obstante, esto depende de la realización de la descentralización del poder. De acuerdo a este punto, el control de la frontera se busca establecer por parte del gobierno ucraniano. El acuerdo también destaca que se debe implementar legislación de amnistía para los combatientes del conflicto y que se facilitará la liberación de los prisioneros de guerra de los dos lados.
El presidente francés, Francois Hollande, destacó que el acuerdo es un paso importante que constituye esperanza en las negociaciones. Igualmente, el representante de la autoproclamada República de Lugansk, Igor Plotnitsky, señaló que es una meta de alto significado: “Es un logro importante” lo cual “Ayudará a que Ucrania se transforme […] de una manera civilizada y a parar de matar a su propia gente”.
De acuerdo al diario La Jornada, tras la reunión los líderes de Rusia y Ucrania todavía mostraban algunos desacuerdos, principalmente sobre la localidad de Debáltaseve, una ciudad que ha sufrido mucha violencia durante las últimas semanas y actualmente se encuentra bajo el control ucraniano. También se vio desacuerdos sobre la reforma de la constitución ucraniana, y el nivel de la sugerida autonomía para las regiones orientales.
A pesar de que se ha logrado un consenso entre Rusia y Ucrania, EEUU se ve ausente en la mesa de discusiones, lo cual podría resultar en dificultades para la implementación del acuerdo actual, como el país sigue involucrándose en el conflicto bélico y ha señalado la posibilidad de facilitar suministro de armas al lado ucraniano.