En plena plaza San Martín del Centro Histórico de Lima, el colectivo de jóvenes Ciudadanos de Segunda Categoría organizó un particular discurso presidencial de su personaje “La Rataza”, que esta vez acompañada de sus “ministros”, se dirigió a la población en general para hacer un recuento de los logros de su Gobierno.
La acción del colectivo, válidamente replicable para Chile, fue llevada a cabo hacia fines de julio y terminó con una fuerte represión policial en las afueras del palacio de gobierno.
Tras un recorrido que esperaba llegar hasta Palacio de Gobierno, el Colectivo consideró que la gente debía conocer no sólo las cifras maquilladas que se escucharían desde el Congreso de la República con el discurso de García Pérez, ni compromisos que no piensa asumir, sino también un análisis crítico y divertido de lo que este grupo de jóvenes piensa acerca de la segunda gestión aprista y del quehacer nacional.
Ciudadanos de Segunda Categoría realiza desde hace varios meses, distintas representaciones artísticas de protesta por la corrupción generalizada que nace desde el Gobierno e igualmente ha participado en las movilizaciones en defensa de los derechos de las comunidades, del medio ambiente, en contra de la discriminación y en defensa del gas para los peruanos.
En el aniversario por el año de los lamentables sucesos en Bagua, el grupo tiñó las piletas palaciegas de tinta roja, para recordarle al poder político y económico que sus decisiones llevaron a la muerte a hermanos nativos y policías.
El Ciudadano
DISCURSO DE LA RATA PRESIDENTE
Señor Presidente del Congreso
Señoras y señores congresistas
Compatriotas de todos los hogares del Perú
Y especialmente a mis queridas ratas
Al terminar el 4to año de mi gobierno cumplo con el mandato constitucional de entregar el informe sobre la situación de mi República.
Quiero empezar diciéndoles a todas las ratas que me han acompañado en mi segundo gobierno, que deben estar felices por los faenones de estos años. Debemos celebrar todas juntas, compañeras, por todo lo que nos hemos robado con impunidad. Agradecer a todos mis estimados aceiteros, testaferros y cajeros que han contribuido a levantarse el país en peso.
Además, desde que nos eligieron como supuesto “mal menor”, hemos reclutado ratas de excelente calidad, corruptas y arribistas de primera categoría, para tomar las mejores decisiones antinacionales, que sólo ratas como nosotros podemos elaborar, contra esos “perros del hortelano” y “ciudadanos de segunda categoría” que habitan en el Perú.
Para empezar el recuento de nuestros grandes faenones quiero decir, con orgullo, que hemos logrado exportar el gas de Camisea sin tener asegurado nuestro mercado interno, favoreciendo a empresas extranjeras. Y hemos logrado reprimir y balear sin asco a los indígenas amazónicos, esa gente de segunda que abunda por ahí y pretende oponerse al desarrollo y progreso de nuestras queridas “ratas democráticas”.
Aunque se hayan perdido vidas de policías en este camino de lucro y corrupción, debemos entender que es el costo del crecimiento y la entrada de inversiones forestales, petroleras y otras formas de vender nuestros inmensos recursos. Las negociaciones en las más lujosas suites limeñas y las jugosas aceitadas millonarias, valen más que cualquier ecosistema o que la vida de esos nativos y policías de segunda. Sus derechos se acaban cuando yo lo digo.
Del mismo modo, estimadas ratas, hemos logrado un aumento imparable de las concesiones mineras sin consulta previa, abarcando nuevos territorios, desplazando a la agricultura y a esos campesinos improductivos y tercos, contaminando las principales cuencas como nos da la gana, ¡y es que vendiendo el país, nadie nos para!.
Hemos dejado, además, que las grandes empresas mineras se lleven más de 14 mil millones de soles de utilidad solo en el 2007, sin pagar impuesto a las sobre ganancias. Pero, por supuesto, de manera enérgica hemos garantizado el cumplimiento irrestricto de nuestro principio orientador fundamental “Y cómo es la mía”, y es que queremos tenerlas contentas a todas ustedes mis queridas ratas, bien aceitadas y fieles. Felizmente y para nuestra tranquilidad, ya logramos esconder bien los audios en los que negociamos la limosna minera para el pueblo peruano a cambio de nuestra buena tajada.
Igualmente, hemos privatizado carreteras, rematado puertos, vendido aeropuertos para convertirlos en oscuros negocios particulares, como el faenón del puerto de Paita, que a pesar que daba utilidades al estado, logramos regalarlo a una empresa chauchilla. Y, en fin, pudimos promover la inversión en obras de gran envergadura, definidas como nos gusta, de manera autoritaria e improvisada, sin criterios de prioridad y cronogramas creíbles, sin mecanismos de control que garanticen el correcto uso de los recursos, aprobados sin concursos públicos o a través de procedimientos amañados, garantizando total impunidad. Nos hemos opuesto a esos ideologizados perros del hortelano que creen que esto es ir contra el país.
Aunque no podemos menospreciar la labor de las ratas menores, esas que anhelan ser como Rómulo, Fortunato o el mismo Tío George, esas ratitas que han podido vender terrenos, edificios y bienes públicos, a precios de beneficio a grandes grupos inmobiliarios, y a través del Cofopri a traficantes de tierras vinculados a nuestro gran partido.
Demás está decir que hemos exonerado de impuestos a grandes empresas con el pretexto de “estimular la inversión” y ni hablar de revisar contratos lesivos firmados por gobiernos anteriores, pues nos encantan las empresas corruptas como aliados.
Y si no fuera por nuestra rata de defensa, no hubiéramos podido comprar de manera dolosa tanques y misiles fallados.
Debo agradecer también a nuestras ratas en el congreso que nos ha permitido utilizar el presupuesto público para nombrar más ratas relacionadas con nosotros y nuestro partido.
Pero lo mejor es que a pesar que todo el Perú ha sido testigo de los contenidos de los petroaudios, como ayer de los vladivideos, hemos logrado mantener el poder porque estamos aliados a tremendas ratazas con mucho poder económico.
Muchas gracias a todos los peruanos y peruanas que se dejan robar con impunidad.
¡VIVAN LAS RATAS DEL GOBIERNO!