Un sondeo elaborado por el Centro Palestino para la Política y la Investigación, con sede en la localidad palestina de Ramala (Cisjordania) y publicado la semana pasada indicaba que el 65% de los encuestados quería que el presidente palestino, Mahmud Abás, dimitiera.
El hartazgo de ver siempre las mismas caras al frente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) y la poca credibilidad que provocan hace que la popularidad de Abás esté en sus horas más bajas.
Pero el discurso que pronunció ante la Asamblea General de la ONU podría ayudarle a recuperar algo de popularidad. En su intervención, Abás anunció que los palestinos ya no pueden «seguir obligados legalmente» por los acuerdos de paz de Oslo, firmados en 1993 entre palestinos e israelíes, por las «continuas violaciones» por parte de los israelíes.
«Creo que ha sido un paso en la dirección correcta, no bastante contundente, pero correcto», comentó a Sputnik Nóvosti Tamer Kandah, ingeniero civil de 32 años, nacido en Ramala.
«Pensaba que el gran anuncio que iba a hacer Abás era su dimisión, que le iba a entregar las llaves de la ANP a (el primer ministro israelí, Benjamín) Netanyahu», indicó Kandah, que considera a Abás «un hombre adecuado para su puesto, pero frágil, no puede hacer nada» frente a Israel.
Kandah, como la inmensa mayoría de los palestinos, está harto de oír como los israelíes dicen que «hay que negociar sin condiciones previas», palabras que usó Netanyahu al criticar el discurso de Abás en la ONU. «Este tipo de negociaciones no nos han llevado a ningún sitio», aseguró el joven ingeniero.
Kandah cree que «los gobiernos han olvidado a Palestina, pero los ciudadanos no, están con nosotros».
Kandah escuchó el discurso de Abás, igual que otros muchos ciudadanos que lo han oído en sus casas o en las radios de sus coches mientras se desplazaban.
Unos pocos centenares se congregaron en la plaza de Yaser Arafat, en el centro de Ramala, para seguir desde allí la intervención del rais palestino en la ONU. Al término del discurso hubo fuertes aplausos.
Pero unos metros más allá de la plaza, decenas de palestinos seguían con su quehacer cotidiano y no prestaban atención al discurso de Abás. «Total, ¿para qué escucharlo si no va a decir nada nuevo?», indicó un joven dependiente de una tienda de ropa.
«Estamos hartos ya, y Abás no hará nada, habla mucho pero actúa poco. Ya veremos en qué consiste esto de no seguir respetando los acuerdos de Oslo», apuntó Ahmad, de 30 años, en la entrada de un bar de moda de Ramala donde decenas de jóvenes se tomaban una cerveza ajenos a las palabras de su presidente.
via Sputnik