Rodeada de consignas instaladas por los empresarios, la derecha y sus voceros en los medios de comunicación, la Reforma Laboral del gobierno inicia – la primera semana de julio – su andar en el Senado, bajo la atenta mirada de las organizaciones de trabajadores que presionan por no perder el terreno recorrido en la cámara de Diputados y por quienes piden profundizar el proyecto para que realmente proteja los derechos laborales.
Desde el gobierno se han emitido diferentes señales, pero todas se relacionan con revisar y llegar a acuerdos respecto del proyecto. Mientras la ministra del Trabajo, Ximena Rincón, ha señalado que “El mandato que tenemos de la Presidenta de la República es garantizar que salga adelante esta reforma, lograr equilibrios y que el país genere oportunidades para todos. El crecimiento es un desafío del gobierno, pero también lo es la equidad. Y esos dos objetivos tenemos que ser capaces de impulsar”; el ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, ha sido claro en señalar que «queda todo un proceso completo en el Senado y ahí habrá indicaciones, habrá una discusión, habrá más diálogo. Este es un proceso, no es una cosa que se termine en una vuelta en el Congreso. Los senadores tendrán mucho que aportar, habrá discusión y, por lo tanto, dentro de ese proceso insistiremos en eso».
Mientras desde la SOFOFA mantienen la presión para morigerar aun más la reforma planteada porque “en el empresariado hay mucha inquietud sobre la reforma y hasta el momento no hay ninguna señal de apertura por parte del gobierno”.
Apuntala esta posición el senador RN, Andrés Allamand, quién en declaraciones a diversos medios, señaló que “perseverar en el proyecto aprobado en la Cámara puede significar para el gobierno generar la tormenta perfecta en materia económica. La reforma tributaria, pese a las modificaciones que le introdujimos en el Senado, ha generado muchos problemas y requiere ajustes. La inversión está derrumbada y eso afecta las posibilidades de crecimiento y la generación de empleo. Una reforma laboral cuyo énfasis no es la generación de empleo, es técnicamente incorrecta. Espero que el gobierno se dé cuenta y corrija cuando aún es tiempo”.
A su vez, y a la salida de la reunión de la dirigencia DC con el ministro Valdés, el presidente de la comisión de Hacienda y dueño de la cocina en la tramitación de la reforma tributaria, Andrés Zaldívar, advirtió que «se aprobaron las líneas que había planteado el gobierno. Ahora, todos los proyectos hay que revisarlos y ver si se pueden perfeccionar o no. El Senado no es un buzón»
En conversación con El Ciudadano la presidenta de la CUT, Bárbara Figueroa, da cuenta que existe un piso mínimo sobre el cual iniciar el debate en el Senado e indica que “iniciamos el debate en el Senado con un piso mínimo, que esperamos se mantengan y profundizar en aquellas materias que nos parezcan que aun requieren el perfeccionamiento, como la redacción de los servicios mínimos – donde nos acercamos a los estándares OIT – de tal forma que no se puede vulnerar el derecho a huelga”.
“Cualquier análisis o proyección del proyecto no debe ser sino en base a lo que ya se avanzó, partimos de estos pisos mínimos y no por llegar a consensos se deba retroceder en lo avanzado” agrega Figueroa.
Al mismo tiempo, el presidente de la Confederación de Trabajadores Metalúrgicos, Horacio Fuentes, expresa preocupación con lo que pueda suceder en el Senado pues “se contaría con la correlación de fuerzas necesarias para profundizar las reformas, pero algunos sectores han anunciado la revisión de lo ya avanzado en la Cámara”.
El jefe de los senadores PS Carlos Montes en contacto con El Ciudadano expresó que “Yo creo que el piso lo dio la cámara de Diputados, pero hay temas que se deben perfeccionar. No va a ser fácil pero creo que hay condiciones para eso”.
A la vez la integrante de la comisión de Trabajo del Senado Adriana Muñoz (PPD) apuntó que “mi posición no es retroceder de lo entregado por la Cámara de Diputados. Para mí no sería cómodo que en el Senado se instale una cocina para retroceder en lo avanzado en la Cámara, para eso yo no estoy disponible”.
Sobre la rudeza del debate Muñoz ratificó al El Ciudadano que “yo creo que va a ser un debate fuerte, ya que los empresarios están muy en desacuerdo con la reforma”.
De esta forma, y a días de iniciar el debate en el Senado, la Reforma Laboral se apresta a un tira y afloja del que depende el resguardo de los derechos de los trabajadores o la defensa de los intereses de los gremios empresariales.