Uno de las promesas más importantes que nombró la presidenta Bachelet cuando asumió su segundo gobierno, era que impulsaría una reforma laboral que daría mayor dignidad a los trabajadores, recuperando derechos perdidos producto de la imposición a sangre y fuego del modelo neoliberal durante la dictadura y que se acortarían las brechas salariales entre los que ganaban el sueldo mínimo y los sueldos estratosféricos que ganan los gerentes en Chile. El proyecto de ley ya lleva un año en el Congreso, fue aprobado por la Cámara de Diputados, con el pulgar arriba por parte del Partido Comunista y luego en el Senado. Luego de hacer múltiples correcciones e interpretaciones y aceptar nuevas indicaciones por parte del gobierno, se discutirá por última vez para en tercer trámite final ser llevado a comisión mixta y ser aprobado. A finales de enero y marzo incluido, este proyecto debería ser anunciado con bombos y platillos, mientras la derecha declara su ilegalidad y lo lleva al Tribunal Constitucional.
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CUT Y NUEVA MAYORÍA, JUNTOS COMO HERMANOS
La última semana de diciembre la Dirección Nacional de la CUT se reunió con los senadores y diputados de la Nueva Mayoría para propiciar el avance final de este proyecto en el Congreso. Si bien se rumoreaba que no existía conformidad por parte de la CUT, con las modificaciones realizadas al proyecto, tanto dirigentes como parlamentarios a la salida de la reunión declararon que esta reforma era un impulso al siglo XXI respecto a condiciones laborales y que se ajustaba a las sugerencias de la línea de pensamiento de la Organización Internacional del Trabajo. Además esta reforma debería ser defendida contra la derecha en el Tribunal Constitucional en el plano de la acción política.
LOS TRABAJADORES. ESOS CONVIDADOS DE PIEDRA DE LAS REFORMAS
Un par de meses antes, la presidenta de la Central Unitaria participaba en un seminario organizado por el Senado respecto a esta reforma laboral. Una vez en el estrado, Bárbara Figueroa empezó a recibir pifias e insultos como si hubiera contado un chiste fome. Los que la abucheaban eran la “Agrupación de Trabajadores por una Mejor Reforma Laboral”, que integran cerca de cincuenta organizaciones sindicales, y la Unión Portuaria de Chile. La presidenta de la CUT, quien según los mismos que la pifiaban tiene serias pretensiones de ser candidata a Diputada por el oficialismo, les contestó: “Yo pediría un poquitito de respeto, de verdad, con cariño. Estamos en un seminario que lo que busca es construir, que podamos enfrentar y confrontar miradas de un tema que de verdad costó unos pocos años instalar en el debate nacional, más de 25 años”. Luego subió el senador Letelier al podio, presidente de la Comisión del Trabajo y recibió más pifias que Figueroa. Todo esto bajo la mirada de la Ministra del Trabajo, Ximena Rincón, quien observaba como esta ley se fraguaba a fuego lento.
¿Pero porqué los trabajadores están tan descontentos con el trámite y la elaboración de la Reforma Laboral?
Por lo mismo de siempre: No fueron tomados en cuenta, las decisiones fueron tomadas entre cuatro paredes y la CUT, quien debía velar por aunar criterios y opiniones entre los gremios, tuvo una lógica de pragmatismo político en la cual se transformó en partner del gobierno, quien una vez más llevó al extremo su “realismo sin renuncia” y pactó con los empresarios los lineamientos de lo que sería esta futura reforma laboral. No hay que olvidar que en octubre, la presidenta Bachelet se reunión con la CEP y sus compinches financiadores de campañas políticas, Eliodoro Matte a la cabeza, donde se planificó el futuro de esta reforma. Un mes después, el presidente de la CMPC era descubierto en plena colusión con el papel confort.
Volvamos a los trabajadores: Según las organizaciones sindicales el proyecto de ley incorpora retrocesos para los derechos de los trabajadores: “Hemos visto cómo este proyecto empeora día a día. Las indicaciones del gobierno del 12 de septiembre sólo agravan un lo que en su origen ya era malo. Los avances que contenía se anulan con graves daños como el aumento de la jornada diaria a 12 horas, 7 días corridos, la eliminación del tope diario de horas extra”, señalan.
De acuerdo a Carmen Miranda, del Sindicato ENTEL, “el proyecto no resuelve las justas demandas y reivindicaciones de los trabajadores: no dice nada de la negociación ramal, del despido por necesidades de la empresa, el pago de gratificaciones, el subcontrato, el reajuste mínimo por IPC, entre otras”.
Carmen Miranda también detalló que se preocuparon por elaborar indicaciones técnicas en beneficio de los trabajadores. Sin embargo, acusó que no han sido considerados, tanto desde los Ministerio del Trabajo y Hacienda como de la CUT. Incluso, por parlamentarios que no los recibieron y que terminan por postergar los encuentros programados.
FORTALECIENDO EL MOVIMIENTO Y SEPARANDO AGUAS
La Agrupación de Trabajadores y la Unión Portuaria de Chile se dieron cita hoy en el frontis del ministerio del Trabajo para rechazar el proyecto. Si bien ya tienen asumido que la lucha por esta reforma ya se perdió, esperan con este tipo de acciones seguir agrupando fuerzas para futuras luchas. “Queremos fortalecernos para tener una participación más activa en las mesas de negociación”, señalan los dirigentes que como autocrítica reconocen que si bien esta reforma tiene un carácter técnico, el planteamiento político y el lobby con los parlamentarios y el ejecutivo es su talón de Aquiles.
De todas maneras, al final de la acción de protesta frente al ministerio, un dirigente señaló: “Tenemos claro que con la CUT no podemos contar. Estoy esperando que Bárbara Figueroa se presente como candidata a diputada, porque seré la primera persona, y no iré como dirigente, que en pleno lanzamiento de su campaña le recuerde como pactó con el gobierno y como perjudicó a los trabajadores chilenos con esta reforma que es una estafa”.