El ex presidente de Enersis, Jorge Ronseblut, declara hoy ante la Fiscalía Nacional en el marco de la investigación que impulsa el Ministerio Público por la llamada arista SQM del caso Penta.
Los persecutores liderados por Sabas Chahúan pusieron su mira sobre él tras los testimonios entregados por el geógrafo y recaudador de fondos de las campañas del oficialismo, Giorgio Martelli, quien señaló en declaraciones ante la fiscalía que «Jorge Rosenblut me llamó para pedirme que me incorporara a trabajar en el financiamiento de varios profesionales que requerían mayor estabilidad financiera personal para dedicar tiempo a preparar información, análisis, documentos, etcétera, para una nueva opción de gobierno de la Concertación».
Rosenblut es sindicado por Martelli como gestor de la creación de la empresa Asesorías y Negocios S.A. junto al ex ministro del Interior, Rodrigo Peñailillo.
Rosenblut, reconoció haberse reunido con el ex gerente general de SQM, Patricio Contesse, para pedir financiamiento para la campaña presidencial de Michelle Bachelet en 2013 y afirmó que esa gestión forma parte de actividades que, a su juicio, son “legitimas y bien intencionadas” con el propósito de “aunar apoyos para la política en una causa en la que uno cree y que tiene una dimensión país, sea del sector que sea”.
“No realicé ese contacto. Como he dicho, mi aproximación a la candidatura de Michelle Bachelet era en el marco de mi adhesión al proyecto inclusivo, de igualdad de oportunidades y de desarrollo social que representaría su eventual candidatura. Esto lo expresé en algunas reuniones y foros de los ámbitos empresariales y sociales en los que me tocó participar de forma habitual, tal y como lo hacían -legítimamente- otros empresarios de distintos colores, que promovían el apoyo a sus respectivos proyectos de país. A eso se limitó mi aporte”, dijo.
Uno de esos encuentro, sostiene, fue con el ejecutivo de Soquimich. “Yo, normalmente, por mis actividades, me reúno con diversos empresarios y, entre ellos, también me reuní en una oportunidad con el gerente general de SQM, cuya única finalidad fue promover un apoyo económico a lo que sería una eventual candidatura presidencial de la Nueva Mayoría. Y no hay nada irregular en eso ni hubo otro encuentro”.
Rosenblut dijo que las informaciones de prensa que lo vinculan al caso SQM dan cuenta de “un intento por desvirtuar una actividad que es perfectamente legítima, necesaria y bien intencionada, como es la de aunar apoyos para la política en una causa en la que uno cree y que tiene una dimensión país, sea del sector que sea”.