Si bien el mundo conoce por qué el gobierno popular duró sólo mil días -un Golpe de Estado efectuado por las tres ramas de las Fuerzas Armadas más las de Orden, Carabineros, que actuaron bajo el pretexto de una fatal crisis económica- lo cierto es que las reformas que Allende realizó en ese tiempo, todavía son válidas para algunos expertos en la actualidad. Revisaremos algunas de ellas que contextualicen las razones que se esgrimen para no olvidar.
Hoy (jueves 4) se cumplen cuatro décadas del día en que Salvador Allende Gossens asumió la presidencia del país. Ese momento, cambió la historia interna y del mundo. Por primera vez en Chile, sectores pobres, trabajadores y estudiantiles se organizaban y confiaban masivamente en políticas izquierdistas para mejorar su calidad de vida; por primera vez en el Globo, un proyecto socialista llegaba de manera no violenta a comandar un Gobierno.
“La revolución no implica destruir, sino construir; no implica arrasar, sino edificar. Y el pueblo chileno está preparado para esa gran tarea en esta hora trascendente de nuestra vida”, arengó Allende frente a un multitudinaria Federación de Estudiantes, al día siguiente de conocer su victoria electoral. Exactamente dos meses después -4 de noviembre- el político del Partido Socialista (PS) entraba a La Moneda como Presidente de la República, constituyéndose Chile como el primer país, en todo el mundo, en contar con un proceso revolucionario pacífico y democrático.
Fue así como se dio inicio a la llamada “vía chilena al socialismo”, según decía Allende, la cual contaba con una fuerte participación del Estado en medidas sociales, económicas y políticas, que tenían como finalidad ejercer la transición del capitalismo al socialismo.
Para ello, se realizaron una serie de modificaciones entre las que destacan la estatización de las áreas clave de la economía, la nacionalización del Cobre, la aceleración de la Reforma Agraria (impulsada originariamente por el Partido Demócrata Cristiano en los ’60), aumento de los salarios de los trabajadores y modificación de la Constitución.
LAS 40 PROPUESTAS DE LA UNIDAD POPULAR (UP)
El conglomerado de partidos y movimientos de izquierda que representaba Salvador Allende -la Unidad Popular (UP)- se propuso 40 medidas para realizar el primer mes del Gobierno. Algunas de ellas, como el medio litro de leche para todos los niños que asistían a la escuela (N°15), son las más populares y se mantienen en la memoria de quienes vivieron la época.
Por otra parte, en ese tiempo ya existían los conglomerados que acaparaban el mercado de la medicina. Para esto, la propuesta número 20, señalaba claramente: “No más estafa en los precios de los remedios”, por lo que el Gobierno regulaba muy de cerca los precios que las farmacias ponían a los medicamentos. Asimismo, se entregaba -de acuerdo a la medida número 26- medicina -y atención- gratuita en todos los hospitales.
En el lado más político, cómo regla número 1, la UP obligaba a suprimir sueldos fabulosos. De esta manera, se recortaron los ingresos de los grandes empresarios y políticos. Asimismo, se exigían “no más autos fiscales en diversiones”, asunto que actualmente es una práctica concurrente en cuanto a denuncias contra políticos, basta recordar que hace unas semanas se descubrió que el actual jefe del Sename, Francisco Estrada (destituido por ello), utilizaba su vehículo fiscal para ir a buscar a sus hijos al colegio.
CONFLICTO CHILENO-MAPUCHE
Lo más destacado que Allende realizó en este tema fue la Ley Indígena, que fue mandada al Parlamento en mayo de 1971 y fue promulgada en septiembre del ’72. Planteaba restituir tierras indígenas, promover un sistema cooperativo de tenencia y explotación de la tierra y promover el desarrollo integral del pueblo mapuche, en el plano económico, social y educacional.
Según publica el sitio Web mapuche Azkintuwe, fue en la Unidad Popular donde por primera vez se define la condición de indígena, más allá de su relación con la tierra, recurriendo a parámetros culturales: Idioma, sistemas de vida, costumbres, religión”, según rememora Arauco Chihuailaf, doctor en Historia y académico de la Universidad La Sorbonne de París, en su trabajo «Los Mapuches y el Gobierno de Salvador Allende (1970-1973)».
“Hemos triunfado para derrocar definitivamente la explotación imperialista, para terminar con los monopolios, para hacer una profunda reforma agraria, para controlar el comercio de exportación e importación, para nacionalizar (…) pilares todos que harán factible el progreso de Chile, creando el capital social que impulsará nuestro desarrollo”. “Gracias, gracias, compañeras. Gracias, gracias, compañeros. Lo mejor que tengo, me lo dio mi partido, la unidad de los trabajadores y la Unidad Popular”.
Por su parte, José Bengoa, académico experto en el tema mapuche, asegura que “la cuestión mapuche adquirió en esos años presencia nacional (…) La ley de Allende es la primera que rompe con las anteriores que solamente trataban de lograr la plena integración / asimilación de las comunidades. En esa ley se incorporan además las comunidades a la Reforma Agraria, lo que era una demanda central del movimiento mapuche, por entonces fundamentalmente agrarista”, asegura.
NACIONALIZACIÓN DEL COBRE
Este fue uno de los puntos más importantes del Gobierno de Allende. El 11 de julio de 1971 se aprobó la reforma constitucional sobre la “Nacionalización del Cobre”, por la unanimidad de los Diputados y Senadores reunidos en el Congreso Nacional en Pleno.
Allende, ese día en su discurso al país declaró lo que: “Las administraciones extranjeras promovían una amplia división y segmentación en el trabajo y en la vida en los campamentos entre los ejecutivos, los supervisores y los trabajadores”.
De acuerdo a las cifras, el cobre produjo más que antes de la nacionalización. Al cumplirse un año, el gerente general de Chuquicamata, David Silberman, respondió en El Mercurio a críticas afirmando que los aumentos de producción eran insuficientes: “La conclusión es una sola: Cifras más, cifras menos, problemas más, problemas menos, los chilenos se la han podido. La nacionalización es un éxito, pese a quien pese”.
Actualmente, y de acuerdo al informe del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) del 2010, Chile se encuentra en el quinto lugar de los países con peor distribución de la riqueza. Para Hugo Fazio, este problema se solucionaría inmediatamente mediante la nacionalización del cobre. Los ingresos que el cobre recauda en Chile llegan a los 8.800 millones de dólares. Esto, considerando que “Codelco representa sólo el 30% de la minería de cobre en nuestro país”, sería una cifra inestimable en el supuesto de que el 100% fuera nacional.
Por Mijaíla Brkovic Leighton
El Ciudadano