Nicolas Sarkozy, en su empeño por volver a la primera fila de la política francesa, no ha dudado en sumarse a la ola de homofobia que recorre Francia y que parece haber arraigado con fuerza entre los sectores más conservadores. En un acto de Sens commun, movimiento político vinculado a la UMP y nacido al calor de las movilizaciones contra el matrimonio igualitario, Sarkozy ha prometido derogar la ley que lo hace posible si llega de nuevo al poder. Lo cierto es que la declaración de Sarkozy parece sobre todo un movimiento táctico para hacerse con el favor del sector más conservador de su partido frente a su gran rival interno, Alain Juppé, que se ha posicionado en favor del matrimonio igualitario y de la adopción homoparental.
En el acto participaban los tres candidatos a la presidencia de la UMP, el principal partido de la derecha francesa: el propio Sarkozy, Hervé Mariton y Bruno Le Maire. Como era de esperar, los seguidores de Sens commun, movimiento político vinculado a la UMP que comparte ADN con la Manif pour tous, el conocido lobby homófobo francés, reclamaron a los tres candidatos que se posicionaran frente al matrimonio igualitario. Fue entonces cuando Sarkozy, que comenzaba su intervención proponiendo modificar “de cabo a rabo” la ley que permite en Francia el matrimonio entre personas del mismo sexo, acababa prometiendo lisa y llanamente su derogación. “He dicho que la ley debe ser reescrita de cabo a rabo, pero si preferís digo que lo hay que hacer es derogarla para hacer una nueva, en francés es lo mismo. Si así os parece mejor, eso cuesta poco”, declaraba el expresidente entre los vítores de un público entregado.
Sarkozy vinculó su rechazo al matrimonio igualitario con su rechazo a la homoparentalidad. “No sirve de nada decir que se está en contra de la reproducción asistida [para las mujeres lesbianas] o de la gestación subrogada si uno no se compromete a abolir la ley Taubira. Con el matrimonio para todos, la separación entre el matrimonio y la filiación es imposible”, añadió. conviene recordar, en este punto, que no solo la UMP, sino el propio gobierno socialista de Manuel Valls rechazan tanto la apertura de la reproducción asistida a las mujeres lesbianas (que deben viajar para ello a países vecinos, como Bélgica o España, y que solo muy recientemente han visto parcialmente confirmada por la justicia francesasu derecho a verse reconocidas como madres de los hijos así concebidos) como la gestación subrogada.
Lucha de poder en la derecha francesa: Sarkozy frente a Juppé
El posicionamiento de Sarkozy era secundado por Hervé Mariton -nada sorprendente, teniendo en cuenta que se trata de un conocido opositor a la ley de matrimonio igualitario- pero no por Bruno Le Maire, el más joven y moderado de los tres candidatos a presidir la UMP, que reafirmaba -entre abucheos, eso sí- su ya conocida posición de no tocar la ley si el partido llega de nuevo al gobierno.
En cualquier caso, a pocos observadores de la política francesa se les escapa que el verdadero destinatario de la jugada era el principal rival político de Sarkozy, Alain Juppé, que aunque no se presenta a dirigir la UMP sí tiene intención de presentarse a las primarias para ser el candidato presidencial en 2017 (la que en definitiva es también la gran ambición política de Sarkozy). Juppé, que además de sempiterno alcalde de Burdeos ha ocupado varias carteras ministeriales y ha sido primer ministro, está considerado el político más popular de su partido y las encuestas le dan como el actual favorito de los electores del centro-derecha frente a Sarkozy.
Y es que Juppé, que parece deseoso de romper el cordón umbilical entre la UMP y la Manif por tous, se ha mostrado abiertamente favorable al matrimonio igualitario y a la adopción homoparental. Juppé comenzó su “proceso” publicando en octubre de 2012 una entrada en su propio blogen la que contaba que después de reunirse con activistas LGTB comprendía sus puntos de vista, añadiendo que aunque él hubiera preferido una ley de unión civil no se oponía al matrimonio igualitario. Entonces decía oponerse, sin embargo, a la adopción homoparental. Hace dos meses afirmaba ya con claridad que el matrimonio igualitario estaba integrado en la sociedad francesa y se mostraba opuesto a la reescritura de la ley, para finalmente, este 12 de noviembre, declararse favorable a la adopción homoparental después de un proceso de “madura reflexión”.
Críticas en su propio partido
De hecho, las declaraciones de Sarkozy han recibido críticas de varios compañeros de su propio partido, instalado en una situación de permanente esquizofrenia por lo que al matrimonio igualitario se refiere. Es el caso de la antigua portavoz de Sarkozy y excandidata de la UMP a la alcaldía de París, Nathalie Kosciusko-Morizet, que en su momento se abstuvo en la Asamblea Nacional cuando se votó la ley de matrimonio igualitario (y que ya hace más de un año advirtió de que no se puede engañar a los electores prometiendo una marcha atrás que no es viable), de la exministra de Familia Nadine Morano o del senador conservador y abiertamente gay Roger Karoutchi, todos ellos reconocidos “sarkozystas”.
Karoutchi, que ha opinado incluso que la derogación de la ley sería inconstitucional, se ha mostrado favorable sin embargo a una reforma legal que cierre definitivamente las puertas al acceso de las mujeres lesbianas a la reproducción asistida o de cualquier pareja a la gestación subrogada. Un nuevo y lamentable ejemplo de que se puede ser abiertamente gay y contrario a los derechos LGTB…