Hace 74 años, el 12 de agosto de 1936, nació en Santiago del Estero Mario Roberto Santucho, quien fuera máximo dirigente del Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT) y de su brazo armado, el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), la organización guerrillera marxista más grande de la historia de Argentina.
Era hijo de Francisco Santucho, procurador judicial y militante radical, y de Manuela Juárez, quien era católica practicante y que destacó luego por su incansable actividad junto a las abuelas y madres de Plaza de Mayo, en la eterna lucha por saber el destino de sus hijos desaparecidos.
Su partido, el PRT, fue fundado el 25 de mayo de 1965, el mismo año de la fundación del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) chileno y fue precisamente junto al MIR y a la organización uruguaya “Tupamaros” que conformaron la Junta Coordinadora Revolucionaria (JCR) en un intento de coordinar a la izquierda revolucionaria continental.
La muerte de Mario Roberto o “Robi” como era conocido entre sus compañeros, el 19 de julio de 1976 horas antes de reunirse con Mario Firmenich, dirigente de la organización guerrillera peronista “Montoneros”, ha levantado suspicacias respecto a la responsabilidad que le habría cabido a la dirigencia de Montoneros en la emboscada en la que falleció.
SUS ORÍGENES
Pero los orígenes familiares y políticos de Santucho se encuentran mucho más atrás de los años en los que destacó como dirigente del más influyente partido marxista del país. Durante su juventud en los años 40 y 50 fue muy influido por la diversidad ideológica que existía en el seno de su familia, donde además de sus padres tenía un hermano comunista, otro nacionalista, uno indoamericano, otro peronista e incluso uno que quería ser cura.
Fue su hermano mayor, Francisco, quien originalmente participó de los grupos de choque de peronistas y que luego viró hacia un ideario marxista e indigenista, quien más lo influyó en sus inicios. Según cuenta otro de sus hermanos, Julio Santucho en su libro Los últimos guevaristas, Francisco Santucho, el “Negro”, llegó al marxismo pasando por una etapa de nacionalismo antiimperialista gracias a sus lecturas del peruano Haya de la Torre, dirigente histórico de la Alianza Popular Revolucionaria Americana (Apra) y de Mariátegui, lo que le dio una especial sensibilidad frente a la problemática indígena, tan presente en el norte argentino.
A partir de ese bagaje político en 1961 el “Negro” conformó junto a diversos sectores el Frente Revolucionario Indoamericano Popular (Frip) en Santiago del Estero, organización que editaba un periódico revolucionario llamado “Norte Revolucionario” y una versión en quechua titulada “Canchaj”. Ese mismo año Mario Roberto viajó a Cuba poco después de la proclamación del socialismo en la isla y la derrota de la invasión de playa Girón, cooperando a su regreso en la evolución de la organización hacia el marxismo.
ACERCAMIENTO AL MARXISMO Y NACIMIENTO DEL PRT
Inspirado en esa teoría revolucionaria y recién casado con Ana María Villarreal, se trasladó a la provincia de Tucumán para insertarse entre los obreros de la industria del azúcar, donde entra en contacto con dirigentes obreros del trotskista Partido Obrero (PO), conocido más por su publicación “Palabra Obrera”, ya que funcionaba de manera clandestina como una tendencia al interior de las organizaciones sindicales peronistas.
Este partido, que sería fundamental en la posterior fundación del PRT, se había fundado años atrás gracias al impulso de un grupo de militantes trotskistas que se encontraban reunidos alrededor de Hugo Bressano, más conocido como Nahuel Moreno, quien impulsaba en el PO la implementación del “entrismo”, en la Confederación General de Trabajadores (CGT) controlada por los peronistas. En otras palabras, buscaban infiltrarse entre la dirigencia sindical peronista mimetizados con el “peronismo combativo” para radicalizar a la dirigencia de la CGT y transformarla en un partido obrero.
De la mano de los encuentros entre el FRIP y el PO, en especial en el espacio de trabajo sindical, el año 1963 se decidió formar un Frente Único FRIP-PO, levantado principalmente alrededor del rechazo al foquismo y la generación de un partido que levantara la lucha amada como una línea de masas, fundándose el PRT dos años después.
Sin embargo, las diferencias entre algunos sectores trotskistas y la línea marxista leninista levantada por Mario Roberto y la mayoría del PRT se agudizaron con el tiempo, retirándose Moreno del partido en 1968 debido a que su posición, opuesta a la lucha armada y centrada en el trabajo sindical, fue derrotada en el Comité Central. El PRT decidió realizar acciones de agitación armada en apoyo de las luchas de los obreros tucumanos y en su V Congreso, en el año 1970, se fundó el ERP como su brazo armado, en un contexto en el que las guerrillas peronistas y marxistas se desarrollaban en la lucha contra la dictadura de Onganía, con el objetivo de desorganizar a las Fuerzas Armadas y abrirle el camino a insurrección del pueblo.
El desarrollo del PRT y del ERP no impidió que el Robi cayera detenido en el mes de agosto de 1971, siendo trasladado a la cárcel de Villa Devoto y trasladado al penal de Rawson, del que se fugó en 1972 hacia Chile en un operativo que incluyó el secuestro de un avión comercial. En la fuga murieron asesinados por las fuerzas de seguridad argentinas 16 militantes del PRT, Montoneros y las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), incluyendo a la esposa de Santucho, Ana María. El gobierno de Salvador Allende envió a Santucho y a sus compañeros fugados a Cuba, regresando a Argentina en 1972.
Al terminar la dictadura y llegar al gobierno Héctor Cámpora con el beneplácito de Perón, que estaba en el exilio, el PRT, a diferencia de Montoneros, decidió brindarle una tregua al nuevo gobierno pero continuar con la lucha en contra de las Fuerzas Armadas y los responsables de la represión y las políticas antipopulares.
El regreso de Perón al poder en el año 1973, su respaldo a la dirigencia burocrática de la CGT su posterior enfrentamiento con la guerrilla peronista de izquierda de Montoneros marcaron un cambio en la realidad política de Argentina. El gobierno peronista apoyó al grupo paramilitar Alianza Anticomunista Argentina, más conocido como la triple A, en contra de la izquierda asesinando indiscriminadamente a dirigentes sindicales y políticos, y se enfrentó públicamente con las organizaciones peronistas ligadas a Montoneros, entre los que se encontraba la Juventud Peronista, la organización con mayor capacidad de convocatoria popular en ese momento en el país.
Ya que el PRT había decidido continuar con las operaciones militares, el ERP decidió asaltar al Batallón “Depósito de Arsenales” ubicado en el pueblo de Monte Chingolo, cerca de Buenos Aires, con el objetivo de apoderarse de las armas guardadas en ese lugar el 23 de diciembre de 1975. El ataque fue un fracaso y significó la última gran acción del ERP, muriendo 62 guerrilleros, aunque según fuentes ligadas a los derechos humanos, 49 de ellos fueron fusilados luego de capturados.
La muerte de Perón en 1974 y el derrocamiento de su esposa, María Estela Martínez por un golpe militar, en 1976, dieron inicio a la última dictadura argentina. En ese momento la represión ya había desarticulado en mayor o menor medida a las diferentes guerrillas, que se habían aislado de las masas debido tanto a la fijación del PRT por continuar las acciones armadas, como por el terror que ya desde el gobierno peronista, se iba imponiendo mediante el asesinato de militantes de izquierda.
Mario Roberto Santucho muere el 19 de julio de 1976 en Villa Martelli cuando un grupo de militares encabezado por el capitán Juan Carlos Leonetti asaltó el lugar. Según Luis Mattini, último secretario general del PRT, Santucho estaba negociando con la dirigencia de Montoneros la unificación de ambas guerrillas y el partido estaba preparando la salida del país de Robi y su pareja, programada para pocos días después. Precisamente Santucho tenía fijada una reunión clandestina con Mario Firmenich, máximo dirigente de Montoneros, para el mismo día, lo que ha levantado sospechas entre quienes creen que la cúpula de la organización peronista tuvo que ver en la emboscada que le realizaron. Su cuerpo nunca ha sido recuperado.
Por Felipe Ramírez Sánchez
El Ciudadano