En el contexto de la movilización ciudadana contra las AFPs, el senador Alfonso De Urresti destacó que sin lugar a dudas este es un sistema previsional basado en un concepto altamente individualista y economicista y que hoy es rechazado por la mayoría del país. “No es aceptable que la calidad de vida de la vejez de la mayoría de los chilenos quede hipotecada por un sistema altamente injusto. El 70% de las pensiones que entrega el sistema de AFP está bajo la línea del sueldo mínimo. Este hecho por sí mismo explica el legítimo descontento social, que se sostendrá en el tiempo y que requiere ser atendido políticamente”, expresó el congresista.
De Urresti destacó el hecho de que Chile hoy tiene condiciones de desarrollo que permiten generar un sistema de garantías para la vejez, que otorgue dignidad y seguridad a la tercera edad. “Es necesario que avancemos decididamente hacia un sistema previsional verdaderamente mixto y tripartito. Donde tengamos un área de subsidio estatal, pero también tengamos otra área, donde los chilenos que tenemos mejores salarios y más altas cotizaciones colaboremos solidariamente a mejorar la cotización de aquellos que tienen menores ingresos” declaró el legislador socialista.
Cabe destacar, que los fondos previsionales están concentrados en seis instituciones, cuyos controladores, con una excepción, son empresas extranjeras. “Después de la reforma del 2008 que creó la pensión básica solidaria e introdujo una mayor competencia, varias AFPs fueron vendidas por sus controladores a capitales extranjeros, incluyendo Hábitat, creada por la Cámara Chilena de la Construcción, que mantuvo el 50% de la propiedad. Sólo una es de chilenos, la AFP Modelo. Esto es un gran problema, pues se deja la seguridad social del país en manos de empresarios, sin posibilidad de que la ciudadanía y el Estado pueda tomar decisiones y resguardar el bien común de los chilenos”, enfatizó el parlamentario por Los Ríos.
Finalmente el senador De Urresti, expresó su solidaridad con las demandas del movimiento social y llamó a que estas se expresen de forma pacífica, para que las mismas sigan creciendo en adhesión ciudadana y logren encontrar eco en la discusión legislativa y no se desvíe la atención del problema de fondo que tiene nuestro sistema previsional.