Luego que el pasado viernes el ministro del Interior, Mario Fernández –en su calidad de vicepresidente de la República– firmara el decreto de destitución de la rectora de la Universidad de Aysén, Roxana Pey, y de que el documento fuera ingresado durante la jornada a la Contraloría para su toma de razón, y de esta forma concretar la salida de la autoridad universitaria, lejos de aquietarse las aguas en la región de los fiordos, la situación podría complicarse, en especial, para el Gobierno.
En efecto, desde el viernes 29 la Contraloría tiene 15 días hábiles para pronunciarse. El problema es que el próximo 6 de agosto serán promulgados los estatutos de la naciente Casa de Estudios, y de acuerdo a la ley, solo en ese momento la Presidenta podrá, ‘por motivos fundados, remover al rector’.
Cabe recordar que la ministra de Educación, Adriana Delpiano, le había pedido la renuncia a la rectora Pey, decisión que se encontró con la férrea resistencia de la académica, quien se negó a dejar su cargo, explicando que mientras no sea notificada por Contraloría continuará frente al proyecto que le encomendó la Presidenta Bachelet, y que de hacerlo ahora implicaría exponerse a ser acusada de abandono de deberes.
“Por el respeto al carácter del cargo de rectora de una universidad estatal y a la autonomía que estas tienen, por los fundamentos esgrimidos en la referida solicitud, por mi compromiso con la región de Aysén y la construcción de su propia universidad, y por mis convicciones respecto de la reforma del sistema de educación chileno, me veo imposibilitada de acceder a tal solicitud”, aseguró Roxana Pey a través de una declaración pública.
Según se explicó desde Educación, la solicitud de renuncia se basa en una eventual falta de alineamiento de la gestión de Pey con los planteamientos efectuados por el gobierno en materia de educación superior.
En su declaración, la rectora sostiene que los planteamientos del Mineduc aluden a la propuesta de estatuto de la Universidad de Aysén, la demanda de financiamiento institucional para su instalación, así como para otorgar gratuidad a sus futuros estudiantes y a la propuesta de flexibilización de los mecanismos de acceso que hemos extendido al Consejo de Rectores.
En este sentido, Pey declara que sostiene “la legitimidad y necesidad de todos y cada uno de los planteamientos que he venido haciendo en materia de educación en general y en estos tres aspectos que considero indispensables para la adecuada instalación de la Universidad de Aysén”.
“Sobre la política de educación –agrega– he sostenido la necesidad de terminar de inmediato con el esquema mercantil impulsado por el Estado, que es la principal causa de la crisis del sistema educacional chileno. En el Estatuto propuesto, se reconoce el carácter de comunidad de la institución que se encarna en la estructura y el gobierno universitario, buscando la autonomía y la posibilidad de autodeterminación para profundizar la participación y la democracia interna, así como la apertura a la sociedad regional en la forma del Consejo Social, que ya está en funcionamiento”.
Respecto al financiamiento, la autoridad académica afirma que “hemos insistido en la evidente necesidad de respetar los montos comprometidos por la ley que crea la Universidad y la oportunidad de su entrega, los que permiten la implementación inicial de una obra de esta magnitud con la calidad que la estratégica Región de Aysén merece y necesita, y sin recurrir al pago de aranceles por parte de los estudiantes”.
Por último, Roxana Pey, cuyo decreto de destitución se haya en pleno proceso en la Contraloría, concluye que “hemos trabajado con el Cruch y el Demre, desde la perspectiva técnica y formal, una flexibilización de los mecanismos de acceso que nos permita realizar una admisión de estudiantes más inclusiva, atendiendo la realidad de la Región y el mandato que nos hace la ley que crea la Universidad de Aysén de propenden a la incorporación de estudiantes provenientes de la región considerando las necesidades específicas, a través, por ejemplo, de programas de acceso especial”.
Consultado por El Ciudadano, el senador independiente Antonio Horvath entregó su opinión respecto a la situación que afecta a la naciente institución. “Me he comunicado con el ministerio de Educación y entiendo que ha habido una diferencia profunda entre lo que la rectora y el equipo de ella, que ha conformado en la zona, ha enviado al Mineduc para lo que son las carreras universitarias que se quieren implementar en la región”, sostuvo el legislador.
“Aquí hay dos vertientes –comenta Antonio Horvath a través del teléfono desde Coyhaique–, una es que es una rectora designada desde el centro del país y ahora se le pide la renuncia del mismo centro del país, esto demuestra que la regionalización no está funcionando del todo bien y, en segundo lugar, el hecho que ellos (el equipo de Pey) hayan postulado diez carreras tradicionales para realizar en la Universidad de Aysén; yo francamente lo veo inviable”.
¿Por qué piensa que las carreras son inviables para Aysén?
A los jóvenes no les están ofreciendo nada nuevo, no es atractivo; la región de Aysén tiene pocos alumnos y, por tanto, tiene que tener una universidad que atraiga alumnos, investigadores y profesores de otras partes del país y del extranjero, tal como yo concretamente impulsé mediante un acuerdo que se firmó en Alemania entre el gobierno (chileno) y la Universidad Técnica de Berlín para que esa entidad apoye el proceso de formación de la Universidad de Aysén, y le dé de inmediato un rango de excelencia internacional.
“Creo que esas oportunidades no se han aprovechado. Para decirlo en términos simples –explica Horvath–, la región de Aysén es un laboratorio natural donde se pueden desarrollar carreras como Ingeniería en Biodiversidad, Ingeniería en Energías renovables no convencionales; con Biodiversidad se abarca Agronomía, Biología Marina, Ingeniería Forestal, todo de un solo viaje que le da un rango y un atractivo para que un alumno de Arica, de Santiago decida venir a estudiar acá. Esto es lo que le falta a la Universidad de Aysén”.
¿Cuáles serían las carreras tradicionales que ofrecería la nueva universidad?
Me refiero a Trabajo Social, Ingeniería Forestal, Enfermería, yo no la encuentro malo, pero me pregunto dónde está la identidad regional; Aysén es una zona nueva, incluso, en virtud del convenio suscrito con la Universidad Técnica de Berlín, hay un delegado que está dispuesto a venirse a la región de Aysén, él es un pionero a nivel mundial de la innovación, es director de la Organización Focus del Instituto Fraunhofer, además de ser un prestigiado académico de la Universidad de Berlín, quien junto a otros colaboradores crearon un Instituto Internacional de Innovación en Aysén. Pienso que son oportunidades que no se están aprovechando.
¿Qué rol le cabe a la rectora Roxana Pey en todo lo que usted menciona?
Como digo, son oportunidades que se están desaprovechando en tanto constituyen instancias que se pueden vincular con la Universidad de Aysén. La rectora ha hecho un trabajo que es valorable para tener gratuidad, tener una visión social para esta universidad en Aysén, que hay que aprovecharlo íntegramente, pero por otro lado hay que darle un rumbo, yo nodo diría ambicioso, sino más relevante: menos carreras, pero más novedosas y con mayor proyección desde Aysén para su gente y para el resto del país.
Independiente del punto de vista regionalista que usted plantea respecto a la formulación de la oferta académica de la Universidad de Aysén, ¿qué opinión le merceden las críticas de la rectora Pey en relación a la mantención del CAE y de la PSU, por considerar que “reproducen brechas y perpetúan inequidades”?
Yo estoy de acuerdo con ello, yo soy uno de los que sustenta y he votado en consecuencia desde hace muchos años, con motivo de la ley general de educación, de que la gratuidad es posible; las personas que tiene para pagar la universidad o están dispuestas a endeudarse tienen que hacerlo vía impuestos. El alumno que llega a clases tiene que tener demostrada la capacidad, el entusiasmo en el caso que traiga una brecha social, pero no tiene por qué diferenciarse de un compañero al que le están pagando los estudios. Eso perpetúa la inequidad. La fórmula puede parecer simple, pero es gradual: el que tiene paga impuestos y el alumno entra en igualdad de condiciones que el resto.
¿Y respecto a la PSU?
No podemos tener universidades con puntaje de ingreso de 400 puntos porque eso es un negocio; no hay ninguna garantía futura que esos alumnos puedan ejercer su profesión en plenitud; tampoco estoy discriminando con la PSU, es un modo de decirlo porque para eso existen los sistemas que permiten resolver las brechas en tercer y cuarto medio.
Volviendo a la situación de la rectora de la Universidad de Aysén, su colega de la Universidad de Chile, Ennio Vivaldi sostuvo que la remoción de Pey en democracia le recuerda otra época, en clara alusión a los tiempos de la dictadura, cuando las universidades estatales fueron dirigidas por rectores delegados, que eran generales o almirantes, ¿qué piensa usted?
Siento un gran respeto por Ennio Vivaldi, además yo soy ex alumno de esa Casa de Estudios, y ellos son los padrinos de la Universidad de Aysén; la Universidad de Chile está orientando el trabajo de la nueva universidad, igual que la Universidad de O’Higgins, sin embargo, yo estoy de acuerdo en el fondo de lo que plantea, pero esa universidad todavía está en un proceso de formación. La próxima semana (esta) vamos a sostener una reunión con el ministerio de Educación porque ellos me dicen que han consultado en forma previa, a mí no me consultaron nada, pero que sí lo han hecho con la autoridad regional; seguramente han hablado con la gente de la Universidad de Chile, todo eso lo vamos a investigar. El trabajo de la rectora Roxana Pey no puede perderse ni dejarse de valorar. Ella incluso se compró casa acá, hay un compromiso suyo con la región. Yo sería un poco más considerado en el sentido de ofrecerle seguir trabajando en este o en otro proyecto, pero no dejarla a la deriva.
En el caso que se confirmara la salida de la rectora, ¿usted tiene en carpeta algún nombre para darle continuidad al proyecto de formación de la Universidad de Aysén?
Yo creo que hay gente en regiones, en el extranjero. Una universidad, como lo dice su nombre, es universal, tiene una raíz regional, pero tiene que abrirse al mundo, y en este sentido, no tengo ningún prejuicio; el tema es que /la persona que ocupe el cargo) empiece a trabajar y se proyecte con todo el potencial que tiene la Patagonia y, en especial, la región de Aysén. En eso hay que ser clarito: no estaba sucediendo, pese a que teníamos las oportunidades abiertas, por ejemplo, a través del convenio con la Universidad de Berlín, o con el Instituto Internacional de Innovación, que agrupa a las máximas organizaciones y personajes que son verdaderos gurúes de la innovación. Eso tenemos que hacerlo acá, en la región de Aysén.