Recientemente se desarrolló en Ecuador un Foro Internacional para debatir sobre el socialismo en el continente, organizado por el Instituto Ecuatoriano de Altos Estudios Nacionales titulado: «Los nuevos retos de América Latina, socialismo y Sumak Kawsay». En el encuentro estuvieron presentes destacados líderes de la izquierda del continente y pensadores del ideario socialista entre ellos: Marcos Roitman, catedrático de la Universidad Complutense de Madrid; Marta Harnecker, del Centro Internacional Miranda, de Caracas; Francois Houtart del CETRI de Bélgica entre otros. Por El Salvador y el FMLN participaron su Coordinador General Medardo González, Nidia Díaz (Diputada del PARLACEN) y Sigfrido Reyes (Vicepresidente de la Asamblea Legislativa). El Independiente habló con Sigfrido Reyes para tener más detalles sobre este interesante debate.
A continuación fragmentos de la entrevista:
El Independiente: ¿En qué consistió el Foro Internacional?
Sigfrido: En el mundo y particularmente en América Latina, hay ahora un debate muy vigoroso y apasionado de los contenidos que debe tener un nuevo socialismo; los distintos partidos, organizaciones, movimientos y los pensadores que se adhieren a la concepción socialista del sistema económico social estamos en una reflexión bien profunda sobre qué rasgos debe tener un socialismo en las condiciones actuales.
Este nuevo socialismo se está empujando ahora con mucho vigor y que ya en algunos países, particularmente de Sur América, se plantea como el sistema a construir después de haber demostrado que el neoliberalismo, como expresión radical del capitalismo, no resuelve los problemas de la humanidad, sino más bien los agrava; entonces se necesita plantearse qué tipo de socialismo queremos para América Latina.
¿Cuáles son las bases teóricas sobre las cuáles ha comenzado ese debate?
Partimos de que no se pueden repetir errores que costaron demasiado caro y que en algún momento han desacreditado las historias y el ideario socialista y que le han servido a la derecha para atacar las ideas del socialismo.
Partimos en un primer lugar de un concepto de socialismo donde conviven diferentes formas de propiedad, donde puedan coexistir mecanismos de mercado de propiedad privada, pero al mismo tiempo hay un fuerte componente de la propiedad social, que no es necesariamente propiedad estatal, sino propiedad social en el sentido más autentico de la palabra: cooperativas, colectivos de trabajadores que manejan las empresas y las unidades de producción.
Partimos también de un concepto de socialismo que persigue el bienestar del ser humano sin entrar en contradicción con la sostenibilidad del planeta.
¿En qué consiste el concepto de Sumak Kawsay?
Sumak Kawsay tiene una visión fundamentada en una cosmovisión de los antiguos pueblos originarios de la zona andina. Es una expresión quechua que significa: «Vivir en plenitud, vivir en armonía» -en armonía con los seres humanos, en armonía con la naturaleza, en armonía consigo mismo y en armonía con los seres superiores que forman parte de la espiritualidad de estos pueblos.
Sumak Kawsay es la forma de vivir bien, de vivir en plenitud; pero no vivir bien medido en cuánto se consume, que es el concepto capitalista, sino más bien en si tienes paz y tienes tranquilidad, tienes armonía con los distintos componentes que conforman tu entorno tanto material como espiritual; esa es la cosmovisión que es recogida ahora por los pensadores socialistas en distintos países particularmente del sur, pero que tiene un gran sentido filosófico.
Este socialismo que ahora se discute, debe tener muy presente las condiciones de sostenibilidad de vida en el planeta; no solamente estamos hablando de satisfacer las necesidades materiales y derechos del ser humano -que en todo caso tienen una extraordinaria importancia-, pero también la naturaleza tiene derechos, eso es algo que incluso está recogiéndose en los nuevos modelos constitucionales.
En el caso de Ecuador, la nueva Constitución ecuatoriana habla de los derechos de los ciudadanos, de los ecuatorianos, de los derechos universales que cualquier ciudadano debe de tener si está en el Ecuador, habla de una ciudadanía universal, pero también habla de los derechos de la naturaleza que deben de ser respetados, que tienen que ser entendidos por el ser humano para no terminar destruyendo la naturaleza y con ello destruyendo las condiciones de vida.
Hay un elemento sustancial en este nuevo paradigma del socialismo: la ciudadanía; la recuperación de lo público y de la política de los ciudadanos. La política ha estado secuestrada por élites, se ha convertido para muchos ciudadanos en una palabra sucia. Y los mismos medios de la derecha y de los ideólogos de la derecha tratan de distanciar a los ciudadanos de la política; en esta visión la participación ciudadana, el involucramiento ciudadano en la política y en los asuntos públicos, se vuelve central.
No puede haber un socialismo dirigido por élites, por planificadores que no rindan cuentas, que no toman en cuenta la opinión ciudadana que están fuera del control ciudadano. Estamos hablando de niveles de evolución democrática, que van más allá de los esquemas conservadores y tradicionales donde las derechas han tratado de mantener el concepto de democracia y de ciudadanía.
¿En El Salvador cómo se da ese debate en el FMLN?
El FMLN forma parte de esa corriente moderna que busca dotarse de un nuevo instrumental teórico, político, filosófico para hacer una buena política en El Salvador y para hacer posible lo que está establecido en nuestro ideario de transformar El Salvador. En la medida que el pueblo lo pida, lo demande, hablaremos de una transformación socialista para el país, manteniendo esos conceptos en la economía, en el funcionamiento de la política, en la relación de la naturaleza.
Nosotros somos parte de este debate a nivel latinoamericano; siempre hemos insistido en que nuestras ideas del socialismo tienen que ser originales, salvadoreñas; no tienen que ser copia de nada, porque cada país tiene sus circunstancias, su historia y sus condiciones muy propias.
Pero tenemos que ser parte de ese debate, también ir introduciendo ese debate a la sociedad salvadoreña, porque hasta ahora la derecha tradicional, sus ideólogos y sus medios de comunicación, han satanizado estas ideas y conceptos; los convierten en un anatema que ni siquiera se puede discutir sobre ellos, porque de antemano están condenados y hay una terrible desinformación respecto a lo que es este nuevo pensamiento socialista. Lo buscan desacreditar, atacar, sin explicar de qué se trata, presentándolo como lo que no es.
En fin, nos parece que la sociedad salvadoreña en la medida que vaya democratizándose va a tener que irse abriendo a este debate público; la derecha no puede mantener fosilizado el desarrollo político de El Salvador; la derecha no puede pretender que la evolución de la historia se petrifique. Yo puedo decir que ellos tienen todo el derecho de tener sus cabezas pétreas, y su pensamiento petrificado, pero no le pueden imponer a la sociedad salvadoreña un pensamiento único, que es el pensamiento que hasta ahora ha sido dominante.
Parte de este mismo desarrollo democrático del país, implica debatir, plantear ideas, modelos, por supuesto en el marco de la democracia, porque al final es el pueblo, el ciudadano, quien tiene que ir dándole su voto de confianza a estas ideas u otras que se le presenten que puedan ser las que el ciudadano avale.
Medardo González, en sus primeras palabras en el año, dijo que el 2010 iba a ser para el FMLN un año del debate y de la acumulación de fuerzas, ¿en esa lógica podríamos esperar debates sobre esa temática?
Sin duda que lo va haber, porque el FMLN es un cuerpo vivo, es un cuerpo pensante; pensamos que este tiene que ser un debate que trascienda a lo que es el mismo FMLN, tiene que ser un debate académico, en las universidades, en círculos de pensamiento, en los medios de comunicación; tiene que ser un debate abierto y transparente. Sin prejuicios, ni rigideces; estamos convencidos de que el mundo y El Salvador, necesita avanzar a modos post capitalistas, pero el cómo y el diseño mismo demanda de una gran participación de la gente.
Lo que estamos observando en países como Ecuador, Bolivia y en la misma Venezuela, la sociedad entera está involucrada en este debate, en la medida que los procesos políticos han ido consolidándose, algunas de las ideas centrales de estos debates -y que son adoptadas por el pueblo-, van quedando reflejadas en los nuevos ordenamientos constitucionales. No es al revés, no se reforman las constituciones para luego imponer un debate; las reformas vienen de amplísimos debates, consulta ciudadana, referendo ciudadano, donde al final sale lo que el pueblo quiere que salga, porque el pueblo es finalmente el soberano.
Acá la derecha de El Salvador quiere imponer que son las élites económicas y políticas el soberano, negándosele a la gente a opinar e involucrarse en los procesos políticos y de participación ciudadana. En otros países si está viendo que se le está dando vigor al pensamiento y concepto de que el pueblo es el soberano, y cuando el soberano habla hay que ser consecuente con ese mandato de los ciudadanos.
Ese es parte del atraso político de la derecha, que quiere mantener todavía a El Salvador en ese atraso político, en una discusión provinciana, que la mayoría de países y de la humanidad superó hace mucho tiempo; por eso a la derecha le escandaliza que se pueda discutir la posibilidad de hacer reformas constitucionales, a la derecha le escandaliza y le horroriza que a la gente se le dé participación en los espacios públicos.
En El Diario de Hoy habla: «Que la Chusma crucificó a Cristo»
Para el dueño de ese periódico que a la vez es editorialista, el pueblo es chusma y sólo él con su élite tienen derecho a decidir, porque a juicio de él, son los únicos que piensas, los únicos que tienen opiniones. Ese es un concepto sumamente reaccionario que nosotros rechazamos de tajo.
Fuente: querole.blogspot.com