Durante varios meses un selecto grupo de la unidad élite de la Marina estadounidense se entrenó arduamente sin saber exactamente cuál sería la misión. El hermetismo de sus superiores no les daba muchas pistas. Solo hasta el último momento se enteraron que el objetivo era el terrorista más buscado de EE.UU., informa la cadena Fox News.
«Mientras más nos preparábamos, más nos dábamos cuenta que sería un viaje sin billete de regreso. Fuimos pero sin la esperanza de regresar vivos a casa», dijo el exinfante de marina Robert O’Neill en una entrevista con la citada cadena.
La semana pasada medios norteamericanos revelaron que O’Neill, de 38 años de edad, fue el soldado que terminó con la vida de Bin Laden el 1 de mayo de 2011 en su escondite en Pakistán.
«Pensamos que sería la última misión de nuestras vidas, pensamos que volaríamos con todo y casa o que seríamos capturados y pasaríamos el resto de nuestras cortas vidas en una prisión pakistaní», agregó.
Además, en la entrevista el exinfante de marina hizo hincapié en que su escuadrón habría sido capaz de capturar con vida al líder terrorista si hubieran recibido estas órdenes, pero las indicaciones fueron otras.
«Realmente queríamos matarlo», admitió, debido a que «él era el motivo de la guerra, la razón por la que nos encontrábamos allí, y estábamos decididos a acabar con él», agregó.
O’Neill se retiró del Ejército tras 16 años de servicio, y ha decidido revelar los detalles de esa operación militar secreta debido a que tras su retiro no cuenta ni siquiera con un seguro médico.