Los ecos de las elecciones del pasado domingo 19 aún resuenan y desde distintos sectores valoran lo que hasta ahora se consigna como «sorprendentes resultados» del Frente Amplio, tanto en la elección presidencial como en la parlamentaria.
Al millón 300 mil votos obtenidos por Beatriz Sánchez, que le entrega la llave para definir la segunda vuelta entre Sebastián Piñera y Alejandro Guillier, se suman los 20 diputados del conglomerado, lo que sextuplica su representación en el Congreso.
El Partido Humanista logró elegir a 5 candidatos, lo que significa su retorno al Parlamento después de 25 años, tras la muerte en 1992 de su histórica dirigenta Laura Rodríguez. Uno de los parlamentarios electos es el ex candidato presidencial Tomás Hirsch, quién será representante del distrito 11 (Las Condes, Vitacura, Lo Barnechea, Vitacura, Peñalolén y La Reina).
Hirsch, en conversación con El Ciudadano, dice que es un hecho «tremendamente significativo» volver al Parlamento en el mismo distrito de la difunta líder humanista y que además significa ocupar «un espacio en el bastión de la derecha y en el único distrito en que la Nueva Mayoría no logró escaños».
Al mismo tiempo, de cara a la segunda vuelta presidencial, Hirsch establece que como la «Concertación no ha sido capaz de parar a la derecha, somos nosotros desde el Frente Amplio los únicos paces de pararla», aunque recalca que «no seremos parte de un gobierno que no sea del FA, no seremos parte de un gobierno de la Nueva Mayoría».
Además el diputado electo cree que el la nueva bancada frenteamplista debe asumir su responsabilidad ya que «la gente espera de nosotros otra forma de hacer política, de cara a la gente y de espalda al Parlamento».
¿Cómo se saborea y proyecta las cifras obtenidas por el Frente Amplio?
Está claro que el Frente Amplio representa el sentir mayoritario de las chilenas y chilenos que aspiran a realizar cambios importantes y profundos en nuestro país, con el diagnóstico que hicimos sobre la necesidad de reformas estructurales estábamos captando el sentimiento de una inmensa mayoría. Con ese respaldo, tenemos una bancada parlamentaria dispuesta a trabajar para que esas demandas se conviertan en proyectos de ley y, al mismo tiempo, tenemos el liderazgo de Beatriz Sánchez, que interpreta ese sentimiento de hastío de la política tradicional, ese sentimiento de una necesidad de hablar con transparencia y cercanía.
La votación de la candidatura presidencial, los 20 diputados y los 20 Cores es una responsabilidad, ¿cómo se asume?
De varias maneras. En primer lugar, ni la Concertación ni la Nueva Mayoría fueron capaces de parar a la derecha sino que todo lo contrario, entregándole el gobierno una vez y casi repitiendo en esta oportunidad, somos nosotros desde el Frente Amplio los únicos paces de pararla. Este sentimiento cruza a una mayoría importante de chilenos, el evitar que la derecha cavernaria llegue al gobierno nuevamente. En segundo lugar, no seremos parte de un gobierno que no sea del FA, no seremos parte de un gobierno de la Nueva Mayoría sino que corresponde ahora impulsar nuestros proyectos, trabajar con los territorios, con la organizaciones sociales para llevar adelante las transformaciones que Chile requiere.
¿Cuál crees será el rol de los parlamentarios frenteamplistas en este período?
Con 20 diputados vamos a ser relevantes y vamos a poder determinar cuales son los proyectos que terminarán en ley y en que condiciones se concretan. Al mismo tiempo, la gente espera de nosotros otra forma de hacer política, de cara a la gente y de espalda al Parlamento. Hay que recuperar el modo de hacer política que se vincule con la ciudadanía, que es lo opuesto a lo que ocurre hoy.
Hablas de detener a la derecha pero sin ser parte de un gobierno de la Nueva Mayoría, ¿son las bases las que deben decidir?
Exactamente. Aquí no se trata de bajar una línea como acostumbran los partidos tradicionales, no vamos desde la dirigencia partidaria decir lo que se debe hacer. Son seis los puntos que se deben tener claro en este tema: primero, la gran mayoría de los chilenos no quiere a la derecha; segundo, quienes votaron por el Frente Amplio definitivamente no quieren a la derecha en el gobierno; tercero, no somos dueños de los votos de nadie; cuarto, no vamos a participar de un gobierno de la Nueva Mayoría de ninguna manera; quinto, los humanistas creemos que no tenemos que pedirle nada a la Nueva Mayoría porque no les creemos nada, ellos no han hecho ninguna autocrítica; sexto, tenemos un programa y hay que impulsarlo, seremos oposición constructiva y programática. Dicho esto, entendemos perfectamente que mucha gente quiera parar a Sebastián Piñera por lo peligroso que es tener a una extrema derecha en el gobierno y que fruto de eso voten por Alejandro Guillier, no porque les guste o se esté de acuerdo con su programa, sino que asumimos la responsabilidad de evitar que Piñera y sus secuaces vuelvan a La Moneda.
¿El desafío del Frente Amplio es crecer en el margen de votantes que no participaron?
El FA estaba en condiciones de llegar a segunda vuelta, de no ser por la manipulación de las encuestas que afectó las posibilidades de Beatriz Sánchez, ahora estaríamos preparándonos para la segunda vuelta y, probablemente, para ser gobierno. Con este resultado queda clarísimo que el Frente Amplio disputará el gobierno en cuatro años más. Por eso es tan importante que la bancada frenteamplista desarrolle un trabajo que la distinga de los políticos tradicionales que se han vendido a los grupos económicos, que se cambian de distritos por no tener como responder a sus electores, ese el gran desafío como bancada. Junto con eso debemos profundizar el trabajo territorial y crear los espacios con las organizaciones sociales para convertirnos en una dupla entre el equipo parlamentario y el movimiento social.
Que el trabajo de estos 10 meses empiece a concretarse…
Exacto, no nos olvidemos que el Frente Amplio es muy nuevo y que ha dado a luz una posibilidad maravillosa. Hoy estamos muy contentos y se ha plasmado una tesis que los humanistas levantamos desde el primer día: siempre dijimos que todas las orgánicas tuvieran representación parlamentaria y que de ese modo había que plantear la negociación de los cupos, lo que se refleja en los resultados. Esa diversidad que hay en el interior del Frente Amplio es un aporte para la bancada, para el Parlamento y para el país.