El director y conductor de Radio Bío Bío, Tomás Mosciatti, realizó un análisis sobre la tercera alternativa electoral que comienza a dibujarse con miras a la elección presidencia y parlamentaria el presente año, el Frente Amplio (FA).
En su tradicional columna semanal, Mosciatti realizó un interesante análisis respecto de los elementos que considera relevantes de la forma que va tomando el Frente Amplio a partir de las definiciones para noviembre, los que van desde elementos electorales, hasta ideológicos y de apoyos.
Reconoció vocación de poder y arraigo en movimientos sociales, pero también control de la agenda y encuestas. Subrayó las implicancias que pudiera tener el FA en las expectativas electorales de la Nueva Mayoría.
Vocación de Poder
Mosciatti llamó a «mirar el Frente Amplio» porque allí estaría el mayor reducto de jóvenes del país con «vocación de poder». Ello sería un elemento determinante en el contexto de unas próximas elecciones aún indeterminadas en que la votación de esta entente sería «decisiva para la segunda vuelta». En ese sentido, el analista acude a ejemplificar lo sucedido en las presidenciales del año 2009, ocasión en la que al candidato Enríquez-Ominami se le apuntó de haber «permitido la victoria de Piñera al no jugarse el 20% obtenido», relevando que «todas las alternativas que han aparecido por la izquierda de la Concertación han fracasado».
Parecen antiguos reclamando más Estado
Mosciatti se refirió a que el FA ha cerrado la puerta tanto al PRO y MEO por sus vínculos con SQM y a Alejandro Navarro, del partido PAIS, «porque no quieren nada con la vieja política». A ello, agrega la determinación de «no llamarse de izquierda porque la consideran una dicotomía superada», agregando que «no quieren nada con la revolución o el Che Guevara», indica.
A partir de ello apunta su propia lectura de la estrategia frenteamplista al señalar que «dicen estar en contra del sistema pero quieren cambiarlo desde dentro, corroerlo desde su interior». Por este motivo, quedaría «explicitar la gran discusión de la política: los que están con el modelo y quienes están en contra y quieren reemplazarlo».
Sin embargo, a partir de ello dibuja una crítica: los jóvenes frenteamplistas «parecen antiguos reclamando más Estado, el que conocemos, del Registro Civil que hace un paro y te deja sin ir de viaje. El Estado que entrega pensiones millonarias a Myriam Olate y no sabe qué hacer con TVN».
Amagar a Guillier
Mosciatti se detiene en apuntar que el Frente Amplio exhibe un «amplio apoyo en las universidades», desde donde se miraría al Partido Comunista como «a la derecha». Agrega que hay vínculo con movimientos sociales y que son un factor de preocupación porque porque piensan y tienen intelectuales». De este modo, destaca que «influyen en agenda pública y movilizan la calle».
Por otro lado, apunta que «dicen estar contra abusos y corrupción y falta de participación», que son temas «comunes a todos».
Junto con ello, señala que mantendrían arraigo en las encuestas y medios de comunicación, motivo por el cual «sus dos candidatos son conocidos» y «Beatríz Sánchez ya está marcando bastante en las últimas encuestas». En un contexto de «debacle de la Nueva Mayoría, rechazo a Bachelet y el Gobierno, la esquizofrenia PS, la orfandad de conducción y propuestas en PPD, y la confusión DC que dice no haber leído el programa», la presidencial del FA -proyecta- «puede amagar las posibilidades de Guillier».