El día domingo se realizaron las segundas primarias legales, ocasión en que debutó electoralmente el Frente Amplio (FA), alcanzando alrededor de 320 mil votos. La entente en que confluyen 12 organizaciones de origen estudiantil, con pobladores y otros, escogió a quien es hoy su candidata presidencial legal, Beatriz Sánchez.
Entonces, llega la hora de los balances y las proyecciones. Son muchas las diferencias cuando toca hablar de ajustes y mirada al futuro. Pero parten de una base común: construir un Frente Amplio más democrático, desde un piso real de votación, pero que a todas luces es insuficiente y que apuestan por desbordar.
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Balance: insuficientes, pero con un piso real
El diagnóstico inicial es más o menos similar. El FA conoció su peso electoral real y será el punto de partida para proyectar la primera vuelta presidencial. «El Frente Amplio, yo creo que logra instalarse como una fuerza prometedora dentro del escenario político chileno”, señaló, por ejemplo, el alcalde de Valparaíso y miembro del Movimiento Autonomista, Jorge Sharp. Coincide con lo señalado por el fundador de Revolución Democrática (RD) y candidato a diputado por La Florida, Miguel Crispi, en diálogo con La Tercera.
Crispi destaca la constitución de una “alternativa a la ciudadanía, apostando a la disputa electoral, social y política”.
El epílogo de este argumento lo enuncia el coordinador de la campaña de Beatríz Sánchez, el también RD Sebastián Depolo. Hay que crecer y “llegar a más lugares de Chile”, pese a la dificultad que implica “movilizar el desencanto”. El diputado Giorgio Jackson especifica que “para poder pasar a segunda vuelta tenemos que cuadruplicar los votos que obtuvimos”.
Un matiz introduce el actual presidente de RD, Rodrigo Echecopar, quien agrega que una carencia de la actual etapa es que hubo insuficiente “claridad en nuestras posturas políticas”. Se refiere a que “el Frente Amplio no nació porque tenemos ideas que no se le habían ocurrido a otras fuerzas en el pasado”, pero destacó que ellas se toman en la medida en que se hace política “codo a codo con la ciudadanía” y no “de la mano de los poderosos”, según declaró a El Ciudadano.
Si bien la actual vocera y presidenta del Partido Poder, Karina Oliva, comparte la evaluación, agrega que “si nos seguimos encerrando en las federaciones de estudiantes, evidentemente va a haber un fracaso”, señaló a El Ciudadano.
Desde el que fuera el comando de Alberto Mayol, Esteban Silva -parte del movimiento Socialista Allendista, que oficialmente no participa del Frente Amplio- comparte el principio, pero matiza: el resultado del FA “es una cifra cercana a sus activos y eso es lo que le constituye”. Como “techo” sería “todavía insuficiente”, en cambio -agrega- “debe constituirse como punto de partida”. Para ello, “debe haber un ajuste política de envergadura” remata Silva.
Francisco Figueroa, Coordinador Nacional de Izquierda Autónoma y candidato a diputado por el distrito que agrupa desde Santiago hasta San Joaquín, aporta también con paños fríos: “La grandilocuencia no sólo es insuficiente, se ha demostrado contraproducente”, declara en su balance a El Ciudadano.
Una mirada adentro de la «bolsa de gatos»
La crítica planteada por Figueroa apunta a ambas candidaturas del FA. Apunta que ha habido cortoplacismo por dos vías: la de “sacrificar la identidad y programa propio para ampliar la base electoral, confundiendo amplitud con ambigüedad, problema que predominó en la candidatura de Beatriz Sánchez”. Por otro lado, agrega, “adoptar una línea de ‘todo vale’ para posicionarse en la disputa interna y un foco en una versión estática de la izquierda, problema que prevaleció en la precandidatura de Alberto Mayol”. En la impresión del dirigente “por anga o por manga, en la antesala de la primaria presidencial predominó lo electoral como fin”.
Un enfoque distinto plantea Miguel Crispi, quien apunta el imperativo de “mantener y fortalecer la unidad -en la diversidad- de las distintas identidades que lo componen”. En particular, se refiere al rol que deben desempeñar “el liderazgo de la ganadora de nuestra primaria, Beatriz Sánchez, y de Alberto Mayol”.
El presidente del Partido Igualdad, Guillermo González, en conversación con El Ciudadano apuntó que si bien comparte la buena evaluación del resultado de la primaria, también es crítico de cómo ha funcionado hasta el día de hoy la alianza, que rehuye de los espacios democráticos a la hora de intervenir públicamente.
Se refiere a “las rencillas que hay entre los dirigentes estudiantiles: Jackson, Boric, Figueroa, etc. que a ratos pasan a llevar a otras organizaciones. A veces hablan individualmente y pareciera que están representando a todos”. Y resalta dos aspectos: la línea política internacional, “sobre todo porque se refieren a procesos inconclusos”, dice, refiriéndose a las valoraciones sobre las situaciones de los países latinoamericanos. El segundo, dejarse pautear por la prensa: “responden incluso cuando les preguntan boludeces”, afirmó.
Miguel Crispi se concentra en la nueva fase, en la cual “el Frente Amplio deberá encontrar un equilibrio virtuoso que le permita al comando presidencial mantener su eficiencia, y a la vez darle espacio y poder”.
Esteban Silva apunta a este respecto que “es fundamental incorporar al FA a las fuerzas que no han sido incorporadas: el Socialismo Allendista, Ukamau, la Izquierda Cristiana. Al mismo tiempo, incorporar a los candidatos parlamentarios de esas fuerzas a la misma plantilla parlamentaria”.
Para Karina Oliva, falta incorporar otros dos elementos al análisis. No se trata solamente de un problema de tiempo, sino que -dice- “nos falta aprender para trabajar en conjunto”, cuestión que aportaría a remediar el “quedar encapsulados en un solo sector político y social”.
En particular, Oliva resalta que en el comando presidencial de esta fase “no pueden encerrarse uno o dos partidos”. Pero es optimista, al considerar que “no debiera pasar, porque mostramos que hay unidad y capacidad de trabajo. el comando se va a transformar, van a tomar protagonismo los actores del Frente Amplio, incorporar a quienes apoyaron a Alberto (Mayol)”.
¿Gobierno o alternativa de cambio?
Mirando fuera de los muros de la joven agrupación, se expresan mayores diferencias. La coordinadora del comando de Beatriz Sánchez y, que anteriormente mantuvo diversos vínculos con el actual Gobierno, Claudia Sanhueza, resalta la necesidad de mostrar a la ciudadanía cómo gobernar. En conversación con radio ADN la economista planteó que «el desafío es mostrarle al país el proyecto político del Frente Amplio, de cómo se van a hacer las cosas». Resaltó que, en todo caso, «todavía no hay un programa (…) va a haber que mostrar ese proyecto y explicarlo». «Finalmente, la ciudadanía no nos conoce y tiene razones para, en un principio decir, bueno, quiénes son, cómo van a gobernar», afirmó.
Coincide Crispi. Por un lado, señala el deber de “ser capaces de comprobar que somos la mejor expresión de las demandas sociales” y, por otro lado, “la mejor alternativa para ser gobierno”.
La candidata por el mismo distrito por el Movimiento Autonomista y asesora parlamentaria del diputado Gabriel Boric, Andrea Salazar, criticó esta aproximación de Crispi al debate. Señaló a través de una columna en La Tercera que el Frente Amplio no puede dejar de plantearse un antagonismo con la Nueva Mayoría.
Salazar apunta que “no es que los problemas estén afuera, ellos mismos (la Concertación) son el problema. Si omitimos esta diferencia, como lo hace Miguel Crispi (…) alentamos el ‘todos contra la derecha’ expiando las culpas de los administradores del modelo, afirmando así que el Frente Amplio es una continuidad o una representación del ideario de Michelle Bachelet”. Explícitamente, desahucia “la tesis de una alianza progresista desde el PPD hacia la izquierda, como hace poco más de un año el mismo Crispi lo propuso”.
Corregir para la primera vuelta y plantear la segunda
Francisco Figueroa plantea que hay que “corregir el rumbo”, descartando que ello se pueda solucionar solo a través de asesores de discurso o ajustando la estrategia electoral: “es un debate que debemos protagonizar las fuerzas políticas y sociales que componemos el Frente Amplio, dándolo franca, directa y abiertamente”, señaló.
A nivel de contenidos, subrayó que “es importante tomar e impulsar definiciones nítidas de cambio en la concepción de Estado y modelo de desarrollo vigentes, para encarar la demanda social por redistribución del poder y la riqueza”.
Rodrigo Echecopar resume de este modo la consigna para la actual etapa: “tener vocación de mayoría sin renunciar a nuestras ideas”.
Esteban Silva, jefe del comando de Alberto Mayol, también se detuvo en la envergadura de los desafíos que por delante tiene la alianza de izquierda. Considera que “para proponer una sustitución del modelo neoliberal” la candidatura de Beatriz Sánchez debe incorporar el programa de su contendor: “es central, pues los votos no son mecánicamente transferibles”, argumenta, y apuesta por fortalecer la calidad de las propuestas, como instaurar el concepto de propiedad social y nacionalizar SQM, por ejemplo.
Preocupación expresa el líder de Igualdad, Guillermo González, por la tensión que pudiera generarse para la segunda vuelta en caso de no conseguir los votos necesarios. “Hemos pedido posturas claras al respecto. Nosotros por Guillier no votamos ni en primera ni segunda ni curados”. Apuesta por tomar la decisión “desde los territorios” y, en caso de realizarse una consulta como lo ha sugerido el diputado Giorgio Jackson, “que se consulte a las bases de todo el FA, pero pronto”.
Y concluye el presidente de Igualdad: “esto no se hace sin lucha callejera, no se hace haciendo guiño a la Nueva Mayoría y sus descontentos, sino de cara, frente alto y colocando el pecho a la corrupción y los partidos del poder, con lucha callejera”. En ese sentido, plantea mayor articulación con los movimientos de educación, NO+AFP, pobladores en general, Movimiento de Pobladores en Lucha, Ukamau, etc. “El Frente Amplio no puede ser una apuesta socialdemócrata. Falta lucha callejera y confrontación del modelo”, sostiene González.