El primer ministro griego Alexis Tsipras denunció este martes la “responsabilidad criminal” del FMI por la situación de Grecia, al borde de un impago de deuda, y buscó apoyo interno al recibir a dirigentes de los partidos de oposición. Dos días después de otro fracaso de las negociaciones entre Atenas y sus acreedores, Tsipras arremetió con dureza contra éstos, en una reunión ante el grupo parlamentario de su formación de izquierda radical, Syriza.
“Ha llegado el momento de que las propuestas del FMI (en las negociaciones) sean juzgadas no solamente por nosotros sino por Europa (…)” dijo.
Tsipras atribuyó a este organismo multilateral una “responsabilidad criminal” por las medidas de austeridad impuestas en Grecia, y que sumieron al país en seis años de recesión.
El primer ministro griego atacó asimismo a las “instituciones” en general, que incluye a los otros acreedores de Grecia (UE y Banco Central Europeo), además del FMI.
“La insistencia de las instituciones en proseguir un programa que ha fracasado (…) forma parte de una motivación política (…) para humillar a un pueblo entero que ha sufrido en los últimos cinco años”, aseguró.
Los acreedores “parecen querer enviar un mensaje a Grecia y a los pueblos europeos de que un mandato popular no puede cambiar las cosas”, añadió Tsipras, aludiendo a la victoria electoral de Syriza en enero pasado.
En su duro alegato, el primer ministro también los acusó de “querer hacer una demostración de fuerza destinada a acabar con cualquier intento de poner fin a la austeridad”.
Pocas horas antes, sin embargo, un dirigente de la oposición había indicado que Tsipras parecía dispuesto a hacer “gestos” hacia los acreedores internacionales.
Tsipras recibió sucesivamente el martes por la mañana a Stavros Theodorakis, líder del pequeño partido de centroizquierda To Potami, a Fofi Gennimata, nueva presidenta del Pasok (socialista) y a Dora Bakoyannis, número dos del principal partido de oposición, la Nueva Democracia (derecha) presidida por el exprimer ministro Antonis Samaras.
Las dos mujeres –cuyos partidos participaron en la precedente coalición derecha-socialista en el poder– instaron a Tsipras a evitar una ruptura de las negociaciones que pudiera provocar una salida de Grecia del euro.
Pero Theodorakis trajo algo de esperanza a una reanudación de las negociaciones al relatar que Tsipras le había dicho estar dispuesto a hacer “dos o tres gestos” hacia los acreedores, lo que podría reactivar las conversaciones.
Según indicaron a la AFP varias fuentes, los jefes de Estado y de gobierno del bloque europeo podrían reunirse de manera extraordinaria este fin de semana en Bruselas, con el objetivo de buscar el acuerdo sobre Grecia.
Esta cumbre es “posible”, afirmó una fuente conocedora de las negociaciones con Grecia y se llevaría a cabo “probablemente” el domingo, después de la reunión de ministros de Finanzas de la zona euro (Eurogrupo) que se celebra el jueves en Luxemburgo.
En todo caso, el ministro griego de Finanzas, Yanis Varoufakis, dijo que Grecia no presentará una nueva lista de reformas en la próxima reunión del Eurogrupo, en entrevista publicada este martes por el diario alemán Bild.
Varoufakis dijo además que las negociaciones del fin de semana pasado en Bruselas fracasaron porque los negociadores de las instituciones no tenían un mandato claro.
“Nos dijeron que no tenían mandato para negociaciones profundas sobre nuestras propuestas y nuestras medidas para resolver” la crisis. “Por esa razón no hubo resultados”, dijo el ministro.
Un acuerdo es indispensable para que Grecia –casi sin liquidez– pueda recibir de sus acreedores el último tramo de 7 mil 200 millones de euros correspondientes al plan de rescate internacional de 2012.
Según un especialista interrogado por la AFP, Grecia no tiene liquidez suficiente para pagar este mes, al mismo tiempo, salarios y pensiones y los 1.500 millones de euros debidos al FMI que llegan a vencimiento el 30 de junio.