Decir NO ha sido un tema en la vida de Jaime de Aguirre. “Es terrible para una persona que tiene por costumbre hacer música, encontrarse de repente con que hay que decir NO positivamente”, decía en 1988 como expositor de un seminario que luego dio vida al libro “La campaña del NO vista por sus creadores” (Editorial Melquiades). En ese entonces, el ahora director ejecutivo de Chilevisión había pasado a la historia por ser el creador del jingle del plebiscito que acabaría con la dictadura. Ese que anunciaba la venida de la alegría y que invitaba a los chilenos “a decir que NO”.
Pero esos eran otros tiempos y si es que a De Aguirre le llegó algo de la alegría, por estos días la perdió. El pasado viernes el director de CHV se pasó tres horas declarando ante los fiscales del caso Penta-SQM. El motivo es algo enredado, pero en palabras simples tiene que ver con una investigación a las facturas que en 2010 emitió su empresa –Inversiones La Música- a otras firmas, entre ellas Soquimich, y que terminaron embolsándole al mandamás de la estación televisiva más de 100 millones de pesos por concepto de “honorarios”. Según La Tercera, el propio De Aguirre reconoció ante los fiscales que su empleador, Bancard, entonces propietaria de CHV y cuyo dueño era Sebastián Piñera, le solicitó emitir boletas para distintas empresas para poder efectuarle un pago de $130 millones.
Sin embargo, este domingo en Tolerancia Cero el panelista Matías del Río profundizó aún más en la triangulación en la que está involucrado su jefe. El periodista explicó que tras recibir De Aguirre un pago desde Bancard, para lo cual debió emitir una primera factura, el ejecutivo fue llamado por teléfono días después para que esa operación fuese reversada. “Le piden a Jaime de Aguirre que devuelva la misma cantidad a quien le había pagado, con la instrucción de que debía hacer otras facturas para recibir el mismo pago pero desde otra vía”, continuó el panelista. Jaime de Aguirre “devuelve esa plata y recibe la instrucción de que el mismo monto ya no solo se lo facture a Bancard, sino que se lo facture a Soquimich, Aguas Andinas, Pampa Calichera y otra sociedad”, aseguró el periodista.
Del Río continuó diciendo que, de acuerdo a su reporteo, “en el entorno de Bancard y personas que me dan confianza, me dan por hecho que la plata con la cual le pagaron a Jaime de Aguirre, en la segunda parte, en la segunda vuelta por así decirlo, era plata de donaciones políticas de Soquimich”. El director de CHV, por su parte, negó esto en su declaración ante los fiscales, haciéndoles llegar las cartolas bancarias donde figurarían los montos ingresados y giros hechos en su cuenta, descartando de esa forma que los fondos se hayan utilizado en campañas políticas. La duda, en todo caso, es si no fue esta triangulación en la que está involucrado De Aguirre la forma que encontró Sebastián Piñera para “recuperar” parte de lo invertido en su camino hacia La Moneda.
Expuestos los frutos de su reporteo, Del Río calificó el que su jefe haya devuelto el primer pago y facturado nuevamente a las empresas mencionadas, entre ellas Soquimich, como “un grave error (…) inexcusable para una persona de su edad”.
¿NO?
Decirle NO a Piñera era también decirle que NO a la dictadura y a los civiles que la sostuvieron. Decirle que NO a Soquimich era también decirle que no al yerno de Pinochet y al saqueo de empresas que a punta de metralletas ideó el régimen. ¿Por qué no cantó NO esta vez Jaime de Aguirre? ¿De qué exclusiva “alegría” gozan aquellos como él, que hasta hicieron las paces con sus antiguos victimarios?
“Frente a un mensaje de oscuridad había uno claro, me refiero a la oscuridad de la dictadura. Frente a la mentira, había algo muy creíble, una canción que se podía cantar. Frente a la mentalidad enferma de la dictadura, había una canción sana, bien intencionada y simple, sobre todo simple”, disparaba De Aguirre en el mencionado seminario de 1988.
Sin embargo, para el 2010 ya habían pasado más de 20 años y De Aguirre, como muchos otros que se habían instalado al lado opuesto de la dictadura, ya no estaba para dar un NO como respuesta. Menos a Piñera y Bancard, con quien ya desde el año 2005 mantenía negocios a través de su empresa La Música. Sin ir más lejos, con ella asesoró al ex Presidente en la venta de Chilevisión.
Decir NO ha sido un tema en la vida de Jaime de Aguirre. Una canción que al parecer pasó de ser “simple” a una simple canción. El jingle más recordado de la historia de nuestro país que quedó en el olvido en la cabeza de su creador. “Yo, por lo menos, estoy dispuesto a seguir en la orquesta y que la orquesta siga tocando afinadamente en la misma tonalidad inicial, hasta que tengamos democracia en este país”, aseguraba a fines de los ´80. ¿Será que se aburrió de cantar y ahora, como dicen por ahí, por la plata baila el monito?
Por Daniel Labbé Yáñez