Cuando los verdugos pasan a estar en el banquillo de los acusados es natural que pidan clemencia. A esa estrategia recurrió este jueves el expresidente y dictador peruano, Alberto Fujimori, en su primera declaración después de que la justicia revocara el indulto humanitario que le concedieron el año pasado.
En un video que se grabó en la clínica a la que ingresó por una «descompensación» el miércoles, cuando se anunció la anulación del beneficio, rogó al presidente Martín Vizcarra y a la justicia de su país que no lo «condenen a muerte».
«Quiero pedirle al Presidente de la República y a los miembros del Poder Judicial, una sola cosa: por favor no me maten. Si regreso a prisión mi corazón no lo va a soportar, está demasiado débil para pasar por lo mismo; no me condenen a muerte, ya no doy más», afirmó.
A las autoridades y políticos de la nación suramericana les dijo que no lo usen como «arma política», porque ya no tiene fuerza para resistirlo.
La orden judicial que revocó el beneficio otorgado el 24 de diciembre de 2017 por el entonces Jefe de Estado, Pedro Pablo Kuczynski, se conoció el miércoles pasado y la emitió el magistrado Hugo Núñez Julca, del juzgado de Investigación Preparatoria.
En ella se ordena el reingreso a prisión de Fujimori para seguir cumpliendo su condena de 25 años de prisión, por ser autor mediato de delitos de lesa humanidad durante las matanzas de Barrios Altos y La Cantuta, cometidas por el grupo militar encubierto Colina en 1991 y 1992, reseñó EFE.
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