Vocero educacional de Beatriz Sánchez por revés en fin del CAE: «Condonar la deuda educativa es una responsabilidad pública»

El también militante de Izquierda Autónoma se refiere a la decisión del Ejecutivo de no presentar el proyecto de ley que pondría fin y reemplazaría el Crédito con Aval Estatal. Junto con ello, el sociólogo aborda la coyuntura política más relevante que se aproxima, las elecciones y una eventual segunda vuelta: "El Frente Amplio gana si habla claro sobre sacar al mercado de los derechos, no por ser jóvenes".

Vocero educacional de Beatriz Sánchez por revés en fin del CAE: «Condonar la deuda educativa es una responsabilidad pública»

Autor: Javier Paredes

El pasado 7 de noviembre el Gobierno, a través de su ministra de Educación, Adriana Delpiano, presentaría el proyecto de ley que pondría fin y reemplazaría el Crédito con Aval Estatal (CAE). No lo hizo, aduciendo una exagerada carga laboral. Además, señaló que debía tener una mayor coordinación con el equipo del Ministerio de Hacienda, conducido por Nicolás Eyzaguirre. El propio Eyzaguirre se desempeñó como el primer titular de la cartera educacional.

Una semana antes, el Frente Amplio, a través de su candidata Beatriz Sánchez y el vocero educacional, Víctor Orellana, acogían y hacían propia la demanda de la organización Deuda Educativa: condonar las deudas vigentes contraídas por estudiar.

Orellana, quien además se desempeña como director de la Fundación Nodo XXI y es miembro del Centro de Investigación Avanzada de Educación (CIAE) de la Universidad de Chile, conversó con El Ciudadano haciendo un balance de las reformas educacionales del presente gobierno.

Pero Víctor no es un técnico. Es un dirigente político. Durante su paso por la carrera de sociología fue secretario general de la Fech, y le tocó ser dirigente en la calle el año en que se aprobó el propio CAE. Hoy, además, forma parte de Izquierda Autónoma. Y no escabulle los temas políticos, como las dificultades de su propia coalición y los escenarios que le tocará enfrentar, por ejemplo, ante una segunda vuelta en las elecciones presidenciales.

“Hay un mercado educativo más consolidado que en 2011”

El Gobierno incumplió la promesa de presentar una alternativa para eliminar el Crédito con Aval Estatal; la Universidad Autónoma es la mayor beneficiaria de la gratuidad; y de parte de los profesores no hay aplausos por la reforma docente. ¿Qué balance hacen de la reforma educacional de Bachelet?

Hoy, gratuidad incluida, hay menos educación pública, hay más endeudados y -lo digo responsablemente- un mercado educativo más consolidado que en 2011.

Creo que hubo buenas intenciones en el Gobierno, pero la mentalidad neoliberal es tremendamente firme en la política y en la tecnocracia. Cabe recordar que el neoliberalismo chileno fue escrito con retórica progresista. Por eso, cuando hay que ser “radicales”, esa mentalidad piensa en cárceles para prohibir el lucro antes que en expandir las escuelas públicas. Falta imaginación y, a veces, son los jóvenes graduados en el extranjero los más “ultras” en esta mentalidad. Se critica a (José Joaquín) Brunner, pero se piensa desde sus categorías.

Este es un tema polémico para el Frente Amplio y aún no hay un análisis común, más allá de que nuestra reforma sería distinta. Estamos trabajando en ello.

Desde Fundación Nodo XXI -en esto no hablo como vocero de Beatriz- tenemos un balance crítico de la reforma de Bachelet. Lo del CAE no es casualidad. En lo medular, la reforma de Bachelet se basó en el Estado subsidiario para obligar al mercado educacional, mediante “vouchers” y regulaciones, a ser un poco menos injusto. Al imponer esa perspectiva, se evitó reconstruir la educación pública, es decir, desmercantilizar la educación.

El Frente Amplio propuso la condonación del CAE. ¿Es eso responsable financieramente?

Condonar la deuda educativa era una responsabilidad pública. El CAE es un problema que no originaron los militares ni Piñera: lo hizo el “socialista” Lagos y el PPD, es decir, quienes hoy están con los candidatos Alejandro Guillier y Carolina Goic. Son ellos mismos los que ahora nos dicen que somos irresponsables por la condonación. Amigos, ¡estamos arreglando la embarrada que ustedes dejaron!

La deuda es la pobreza de este tiempo, la de la mayoría. Al lanzar la idea de la condonación, Beatriz señala muy firmemente que el FA tiene oreja para oír a esa sociedad, y la voluntad de recuperar su nexo con la política. Por eso Deuda Educativa la ha proclamado la “candidata de los endeudados”. En el siglo XXI, en Chile, para mí es decir que Beatriz es la candidata del pueblo.

Hay gente que responsabiliza a Izquierda Autónoma de este anuncio, como si nosotros hubiéramos impuesto medidas más de izquierda. No es así. El compromiso del programa de Beatriz con la educación pública es un consenso valioso de la discusión colectiva, no la agenda de un movimiento en particular.

Lo que dificulta el diálogo no son esas diferencias, sino que haya gente que te diga ‘mejor no discutamos‘ «

Educación es un asunto particularmente polémico dentro del Frente Amplio. De hecho, mientras Revolución Democrática estaba en la cartera en 2014, ustedes pedían la renuncia al ministro Nicolás Eyzaguirre, por considerarlo un obstáculo para la reforma. ¿Qué dificultades les ha representado que existan estas dos posiciones dentro del FA?

Es cierto que hemos tenido diferencias, pero nuestro deber es llegar a una síntesis con todos. La falta de diálogo ha implicado, en parte, que no hayamos podido imponer una reforma distinta en la discusión pública. Estamos obligados a aprender de los errores.

Creo que compañeros como Gonzalo Muñoz o Javiera Parada, que estuvieron muy comprometidos con la “colaboración crítica” al actual Gobierno, aportan al diálogo porque sostienen una posición política coherente, aunque discrepo de ella.

Lo que más dificulta ese diálogo no son esas diferencias, sino que haya gente que te diga “mejor no discutamos, pongamos una frase que nos deje contentos a todos”. Al final, por evadir un debate, terminas en una construcción débil, que no es capaz de defenderse. Es el zigzagueo el que dificulta el debate.

Creo que el programa educacional y los anuncios en educación de Beatriz Sánchez representan una de las identidades de nuestra campaña y uno de los acercamientos más importantes que han tenido las fuerzas que componen el Frente Amplio. No son producto de ningún caudillo.

Víctor Orellana

El Frente Amplio ha recibido ataques a dos bandas recientemente: de parte del rector de la Universidad Diego Portales, Carlos Peña, y de Daniel Jadue, alcalde de la comuna de Recoleta y militante del Partido Comunista…

Cuando Carlos Peña critica al FA lo hace justamente señalando que no sabemos leer ese nuevo Chile, y cuando el alcalde Daniel Jadue nos dice “mafiosos”, apela a que en realidad no somos los más limpios. Ellos lanzan ataques que nos cuesta enfrentar, y que explican en cierta medida cómo personajes como Guillier o incluso MEO se han ido encumbrando en las encuestas. Ya no podemos atajar esos ataques con las “manos limpias”. Hay que hacer política. Cuando lanzamos la propuesta de condonación, tomamos la iniciativa, y fueron los que defienden al mercado en la educación los que quedaron mal.

Vamos al parlamento a luchar por la expresión de la sociedad, no a sentirnos sus ‘representantes’ 

Más allá de que estén en campaña y se jueguen los próximos días en que su candidata pase a segunda vuelta, el escenario más probable es que no lo logre. ¿Cómo se proyecta el Frente Amplio hacia un eventual gobierno de Piñera?

La Nueva Mayoría hará oposición al interior de las instituciones. Agitará “la calle”, para luego, tal como ya hizo, usarla de base para volver al Estado y vivir de él. Intentará decir que toda la oposición es lo mismo, tal como ha adelantado Guido Girardi, al decir que él no tiene diferencias con el FA. Van a apostar por subsumir al FA en lo que ellos llaman “centro-izquierda”, y a partir de su “unidad”, recuperar el Estado.

 

Tenemos grandes diferencias con Girardi, y no por izquierdistas, sino simplemente por demócratas. Nuestro problema no es la alianza entre el “centro” y la “izquierda” dentro de la política existente. El problema es ir más allá de ella: hacer que la sociedad endeudada irrumpa en la estructura de poder de la sociedad.

Queremos expresar y acompañar de manera directa a la sociedad en su accionar, de tal modo de no aceptar la representación de la vieja política. Hemos de cultivar la acción directa, más que el parlamentarismo. Vamos al parlamento a luchar por la expresión de la sociedad, no a sentirnos sus “representantes”. Esto no excluye la posibilidad de alianzas amplias con fuerzas políticas de una eventual oposición a Piñera, sino que determina en torno a qué se organizan. Esa es la disputa que tenemos en frente.

“Gobernemos o no, sólo recuperando el vínculo entre sociedad y política podremos cambiar el país de Jaime Guzmán”

¿Y si es el Frente Amplio el que se proyecta a una segunda vuelta y queda sobre sus hombros la responsabilidad de construir una iniciativa de Gobierno?

No basta un decreto de Beatriz Sánchez para terminar con las AFP, ni siquiera un voto mayoritario en el parlamento, aunque sumáramos a la Nueva Mayoría. Sería ingenuo creerlo. Hay que torcer una tremenda estructura de poder, que atraviesa la sociedad de punta a cabo.

Eso lo haremos sólo si juntamos fuerza con No+AFP, y construimos contrapoderes que permitan sostener estos avances en el seno de la sociedad. Hay que edificar una fuerza social, cultural y política muy densa para desterrar el neoliberalismo, y eso solo es posible con gente organizada. En cualquiera de los dos casos, gobernemos o no, no hay atajos. Sólo recuperando el vínculo entre sociedad y política podremos imponer cambios, y salir de una vez por todas del país de Jaime Guzmán.

¿Cómo se construye eso en el presente, teniendo en cuenta que las elecciones son este domingo?

El Frente Amplio gana hablando claro de sacar al mercado de los derechos, no por ser jóvenes. Si seguimos machacando que “somos lo nuevo” y que no robamos, aunque sea cierto, no nos alcanza.

Estamos obligados a poner nuestros propios ejes sobre la mesa, en todos los escenarios: ahora, y en una hipotética segunda vuelta. Es decir, hay que salir a hacer goles, y no sólo estar a la defensiva. Y ese ataque es comprometernos con los puntos que la vieja política jamás hará suyos. Agudizar sus propias contradicciones, en lugar que ellos nos dividan a nosotros. Lo más importante es que en las semanas que vienen el FA tenga una postura unitaria y, ojalá, sea una postura que construya acción política conjunta, y no sólo “libertad de acción”. Eso sería un retroceso.


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