Yemen, ¿qué está pasando y por qué?

Yemen se ha convertido en noticia a consecuencia del avance de un grupo conocido como los Houthis que han tomado varias ciudades y han obligado al presidente a abandonar el país. Para tratar de evitar este avance, la coalición liderada por Arabia Saudí ha bombardeado territorio yemení matando a decenas de personas, entre ellas niños. ¿Por qué interviene Arabia Saudí en el conflicto? ¿Qué tiene que ver Irán en todo esto? ¿Estados Unidos y Rusia dicen algo al respecto?

Yemen, ¿qué está pasando y por qué?

Autor: Marta Ubeda

bombardeos Yemen

En los últimos meses Yemen se ha convertido en noticia a consecuencia de una serie de bombardeos propiciados por aviones de la coalición árabe que lidera Arabia Saudí para tratar de frenar el avance del grupo de los Houthis sobre Yemen.

Para comprender bien qué esta sucediendo en Yemen y por qué, es necesario explicar algunos detalles importantes. El primero es que la situación política en Yemen era bastante inestable debido a los enfrentamientos entre diferentes tribus. En el año 2011, tras las protestas surgidas con la Primavera Árabe, el presidente Ali Abdullah Saleh fue derrocado y el general Abdo Rabu Mansur Hadi tomó el control del gobierno de Yemen hasta que hace unas semanas los houthis -o los hutíes- llegaron hasta Saná. El grupo insurgente obligó al presidente a huir de Saná y Adén -las dos principales ciudades de Yemen- y buscar refugio en Riad, la capital de Arabia Saudí, donde permanece actualmente.

Los Houthis es un grupo zaydí conocido originariamente como Ansarullah, que se traduce al castellano como Partidarios de Dios. Su principal propósito es mejorar las condiciones de vida de la minoría zaydí -un tercio de la población de Yemen- que siguen una rama del chiísmo dentro de la religión islámica. Este grupo, iniciado como movimiento social, se politizó a partir de la invasión estadounidense en Irak en el año 2003, y se militarizó recientemente para defender a la población zaydí en Yemen demostrando ser un grupo fuerte y armado capaz de controlar las principales ciudades del país.

Hasta este punto el conflicto está muy claro: la minoría chiíta en Yemen se ha organizado y militarizado ocupando varias ciudades del país y obligando al presidente a refugiarse en Arabia Saudí. La pregunta es, ¿por qué Arabia Saudí ha intervenido en un conflicto que parece interno? La respuesta es clara: el negocio del oro negro.

Mapa Golfo PérsicoYemen, situado en el estrecho de Bab el-Mandeb, es un lugar estratégico para el transporte del petróleo global, y desde sus puertos parten los superpetroleros de los países del Golfo Pérsico cargados de crudo hacia Oriente y Occidente. Por este motivo, para Arabia Saudí y otros países del Golfo Pérsico es de vital importancia que se mantengan intactas las relaciones comerciales con Yemen, ya que de ellas depende gran parte de su negocio con el petróleo, un negocio muy grande teniendo en cuenta que son los mayores exportadores de petróleo del mundo.

El problema radica en que si el avance de los Houthis continúa y se consiguen hacer con el control total del país, las relaciones comerciales de Yemen con Arabia Saudí y otros países del Golfo Pérsico se verían seriamente afectadas, motivo por el que estos países han intervenido militarmente en Yemen.

Pero como es normal en los conflictos de Oriente Próximo, la religión también ha supuesto un motivo de fricción. Arabia Saudí es un país con mayoría suní, y denuncia que los Houthis -chiíes- están siendo apoyados por Irán, cuyo presidente es el chií Hassan Rouhani. Y aquí reaparece un viejo conflicto entre Arabia Saudí e Irán.

Hace unos meses, el presidente de Irán se refirió a la política petrolera de Arabia Saudí como «una traición al mundo musulmán«. «Arabia Saudí está yendo contra los intereses de la región, el mundo musulmán y los musulmanes… Irán y su gente no olvidarán estas conspiraciones y la traición al mundo musulmán«, sostuvo Rouhani en declaraciones a abcNews.

Protestas Yemen

Irán ha mostrado su apoyo a los hutíes en Yemen y exige el cese inmediato de los ataques y bombardeos contra este grupo, por lo que el avance de los hutíes en Yemen ha sido interpretado como una especie de venganza de Irán por la política impuesta por Arabia Saudí en la OPEP.

Arabia Saudí, por otro lado, cuenta con el apoyo de Estados Unidos y de otros países como Egipto, Jordania, Marruecos, Sudán y Pakistán -el único no árabe-; además de sus socios del Consejo de Cooperación del Golfo -CCG- con excepción de Omán. El vocero del Departamento de Estado norteamericano, Jeff Rathke, declaró que EEUU ayudaba públicamente a Arabia Saudi: «Entendemos sus preocupaciones y apoyamos su esfuerzo«.

Irán por su parte cuenta con el apoyo del presidente ruso Vladimir Putin, que ha pedido conjuntamente el cese inmediato de las hostilidades en Yemen y ha llamado a multiplicar los esfuerzos de la comunidad internacional para conseguir una solución pacífica.

El líder de los Huthis, Abdelmalek al Huthi, condenó el ataque de Arabia Saudí sobre los territorios yemenís como «una agresión despreciable«: «¿Qué esperan que hagamos? ¿Rendirnos? ¿Anunciar nuestra derrota y actuar como cobardes? Nunca«, aseguró el líder houtí durante un discurso televisado.

Yemen, por lo tanto, es el escenario de una batalla en la que hay en juego importantes intereses económicos y comerciales para países como Arabia Saudí y otros aliados occidentales, por lo que la opción de no intervenir y dejar a los hutíes tomar el control de Yemen, por desgracia, es bastante improbable, lo que alargará y endurecerá el conflicto involucrando, como siempre, muertes de civiles inocentes.


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