Se comparte el siguiente escrito.
El fuerte Recabarren o fuerte Temuco fue fundado cerca del final del proceso de invasión bélica del estado chileno al Wallmapu (territorio ancestral Mapuche), el 24 de febrero de 1881, por orden del Ministro Manuel Recabarren, conformado por el Ejército de Chile y algunos inmigrantes europeos.
La ciudad de Temuco fue delineada por el ingeniero alemán Teodoro Schmidt Weichsel. Ya en 1893 Temuco tenía más de 10.000 habitantes y ferrocarril. En 1910 residían varios bancos, siete periódicos (uno en alemán), hoteles, fábrica de cerveza, casinos, entre otras infraestructuras.
Un relato histórico de los inicios de la Ciudad de Temuco, es el de Francisco Solano Asta-Buruaga y Cienfuegos, señalado en el Diccionario Geográfico de la República de Chile de 1897: “Temuco.-—Ciudad capital del departamento de su nombre y de la provincia de Cautín. Contiene una población de 3,445 almas. Está situada en los 38° 46′ Lat. y 72º 38′ Lon. en la orilla norte ó derecha del río Cautín, entre la cual y la ciudad corre un brazo angosto de ese río que forma al lado sur de esta una pequeña isla prolongada de este á oeste. El pueblo se divide en manzanas de 100 metros por costado separadas por calles anchas de N. á S. y de E. á O., conteniendo dos plazas y un fuerte con cuarteles militares, una iglesia, liceo de segunda enseñanza y escuelas primarias gratuitas, oficinas de registro civil, correo y telégrafo, &c.; su caserío es medianamente compacto y de regular aspecto. En su contorno se extienden campos fértiles y bosques de buenas maderas, y no carece de vistas pintorescas; por el N. deja vecinos los cerros de Nielol y enfrente, á la margen sur del río, se levanta el notable Cononhuenu, &c. Este pueblo trae su origen de un puesto militar que se asentó en estos parajes desiertos en febrero de 1881. Reunió luego un pequeño centro de población desde que en 5 de mayo del año siguiente se principió á construir su fuerte y en agosto inmediato se le dotó de un hospital, y continuando en crecientes mejoras ha adquirido el título de ciudad capital de su provincia, que le confirió la ley de 12 de marzo de 1887. Se comunica por ferrocarril con las provincias al N. de ella, y dista al S. de la ciudad de Traiguen y del pueblo de la Victoria 60 á 67 kilómetros y cerca de 30 hacia el SE. de la Nueva Imperial. Toma el nombre de un corto riachuelo que procede de Nielol y va morir en el Cautín inmediatamente al O. de ella, formado aquel del de un árbol del género de los mirtos (Eugenia temu) y de co, lo que significa agua del temo”.
Temuco y la resistencia Mapuche: El árbol de Temu, los Menoko, el Ñielol, el Konün wenu y la identidad territorial
El nombre de Temuco se debe al árbol de Temu característico en zonas de pantanos – humedales, conocido en idioma Mapuche como: Menoko.
Temu “es el nombre del árbol de la familia de las mirtáceas, nativos de Chile y el sudoeste de Argentina, Luma apiculata (Arrayán) y Blepharocalyx cruckschanksii, que tienen corteza de color rojizo o pardo y hojas de un color verde intenso. Sus flores permanecen entre fines de verano y principios de otoño, de color blanco y muy olorosas, producen néctar que las hacen atractivas para las abejas. Sus frutos son comestibles, de un sabor dulce y de color rojizo obscuro y negro. En la medicina tradicional mapuche es muy usado para curar algunas dolencias, pues se le atribuyen propiedades estimulantes, tónicas, diuréticas, anticatarrales y astringentes”, señala así el “Recetario Patagónico de Flores y Plantas Medicinales Nativas y Exóticas”, de la Licenciada en Biología: Marcelo R. Lauría Sorge. Enero de 2009.
Uno de las visiones Mapuche es de no tocar los menoko, por ser lugares de enorme significación para los equilibrios ecológicos, donde se concentran energías y además, donde se pueden obtener las mejores medicinas naturales. Para las ciencias, los Menoko o humedales, son purificadores de agua, retienen sedimentos y contaminantes, almacenan y recargan acuíferos, son fuente de alimento, fibras naturales y madera. Asimismo, actúan como esponja natural contra las inundaciones y la sequía, protegen y albergan una alta biodiversidad. Sin embargo, lo que era conocido milenariamente por la sabiduría Mapuche, fue desconocido por los “visionarios occidentales chilenos”, como el Ministro Recabarren y fundó una ciudad sobre los Menoko.
Hoy Temuco es una de las ciudades más contaminadas de Chile por la destrucción de ecosistemas, debido al espesor de las brumas propias de los humedales que, mezcladas con el humo de las casas y el smog del transporte, la hacen un ambiente letal.
Los humedales, estaban en medio de dos winkul (cerros). El Ñielol (Ngenlol) que sería un espíritu protector en la cavidad del cerro; y el Konün Wenu, un portal al mundo espiritual. Demás está decir que, para llegar a esas observaciones, transitaron cientos o miles de años de conocimiento y saber Mapuche, que son parte de un complejo religioso.
Hoy, el cerro Ñielol mantiene en buena parte de conservación el bosque nativo y en algunas de sus lugares ha vuelto a espacios de ejercicio religioso espiritual Mapuche. Uno de estos espacios que se mantienen en misterio sobre sus usos ancestrales según relatos orales, es el que se conoce hoy como la gruta de la virgen. Otro espacio, es donde están ubicados los llamados “Chemamüll”, en medio de dos de sus miradores (azkintuwe). El cerro Ñielol se salvó de la depredación, por la intermediación de un ciudadano de la elite temuquense: Luis Picasso Vallebuona. Sin embargo, el Konün wenu, desde los inicios fundacionales de Temuco y Padre las Casas, fue destinado al “sacrificio” con la tala de todo el bosque nativo y hoy, es un peladero en varias partes y en otras se levantaron plantaciones de pinos y eucaliptus que propician constantes focos incendiarios. También dentro de la memoria oral, se recuerdan espacios en el cerro con fines ceremoniales espirituales.
Por parte de la ciudad transita el río Cautín, cuyo origen proviene de la zona cordillerana en Curacautín. La ciudad se construyó dando la espalda a este importante afluente y en diversos lugares recibe botaderos de basura.
Temuco: Historias de masacres
La falsa y oficial historia de Temuco ha señalado: “En el cerro Ñielol se localiza La Patagua del Armisticio, que conmemora la realización de un parlamento llevado a cabo con representantes chilenos y mapuche para acordar la paz entre ambos pueblos en 1881, momento en el que los indígenas cedieron parte de sus terrenos para que los colonos edificaran la ciudad, declarándose el armisticio. Se inició así la historia de Temuco, que por idea del ministro Manuel Recabarren Rencoret, se creó como un fuerte para la ocupación de La Araucanía”.
Sin embargo, es importante decir también que desde la cosmovisión ancestral no se cederían espacios de menoko- humedales para su construcción y menos, lugares de enorme importancia espiritual como los cerros: Ñielol (Ngenlol) y Konün Wenu que son parte de un amplio complejo religioso que involucra a otros dos cerros, incluido el portawe.
Un antecedente poco conocido, es el repliegue Mapuche que hubo en el sector que se conoce como población Santa Rosa, en las inmediaciones del río Cautín, donde se preparaba un nuevo foco de resistencia en 1881. Allí hubo una matanza generada por el ejército chileno luego de haber atacado de noche. Se hablan de cientos de asesinados que provenían de zonas como Truf Truf, Konun Wenu y alrededores.
Desde la fundación hubo varios actos de resistencia Mapuche encabezados por nombres como: Romero, Sandoval , Cotar, Melivilu, Painevilu, Epunam, Millañir, que buscaban defender el territorio del Ñielol y el Konun wenu, con varias columnas que lograron rodear el fuerte. En ese proceso, el General que estuvo a cargo de las acciones bélicas para imponerse, desde marzo de 1881, fue el general Urrutia, responsable directo de la matanza de Santa Rosa. Al final del periodo, según los antecedentes históricos, el General escribía: “Esta situación (de inseguridad) existirá mientras los bárbaros con sus instintos de robo y de pillaje existan y se mantengan en territorio propio, poblado únicamente por ellos; y es mi opinión que sólo desaparecerá cuando desaparezcan ellos, confundidos en la población civilizada que mediante las facilidades que se le ofrezca, haya ido a llevar el trabajo a ese mismo territorio”.
Por otro lado, como una muestra de la crueldad, una de las comunidades Mapuche que sobrevivió y quedó absorbida por la expansión urbana, es la Comunidad Juan Currin, en el sector campos deportivos, quienes han señalado, que el cementerio de sus ancestros, quedó bajo edificios frente a los sitios que hoy tienen.
La ciudad de Temuco dio paso a su visión colonialista, eurocentrista, de tipo Alemán, construyendo una de las principales arterias para familias de Elite con el nombre de este País y arterias en sus inmediaciones con nombres de diversos países y lugares de Europa. La Ciudad y su segregación, tuvo dos espacios reducidos para el tránsito de la vida rural: El sector Cementerio (Hoy calles que llevan desde inicios de Pedro de Valdivia y Carrera); y el sector Feria Pinto o estación de ferrorarriles y barrio Tucapel, que se mantiene hasta el día de hoy con el tránsito de numerosas familias de comunidades Mapuche y sectores campesinos.
La Ciudad de Temuco se fundó sobre el ecocidio de humedales, con la depredación de un lugar sagrado como el cerro Konün Wenu, con la sangre de miles de vidas Mapuche, con el sacrilegio de cementerios, con la espalda al majestuoso río Cautín, con la pérdida de identidades y con calles y lugares públicos que celebran nombres de genocidas como: Urrutia, Trizano y Recabarren.
Por Alfredo Seguel