La temperatura y el ambiente de la tarde de ayer no podían acompañar mejor a las aproximadamente 5.000 personas -según los convocantes- que decidieron salir a la calle para manifestar su más absoluto rechazo a cualquier tipo de violencia contra las mujeres.
Como cada 25 de noviembre, la Red Chilena contra las Violencia hacia las Mujeres emplazó a una movilización a nivel nacional para conmemorar el Día Internacional contra la Violencia Machista. Una oportunidad para dar un espacio público y compartido a la lucha feminista, a favor de los derechos de las mujeres y contra cualquier tipo de agresión hacia ellas.
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Si una característica se observó en la marcha de ayer, a diferencia de las movilizaciones de años anteriores, fue el notable aumento de la participación y la implicación no sólo de los movimientos sociales, sino también de ciudadanos y ciudadanas de todas las edades, especialmente hombres jóvenes. Así lo destacó la coordinadora de la Red Chilena contra la Violencia hacia las Mujeres, Soledad Rojas: “La marcha de ayer fue bastante multitudinaria en comparación con las de años anteriores. Había muchas identidades y grupos diferentes que se sumaron a la convocatoria y eso muestra que hay una mayor sensibilidad compromiso con el problema”.
Con cantos, voceos y música, las calles del centro de Santiago se convirtieron en una auténtica reivindicación festiva que impregnó la Alameda desde Plaza Italia hasta Los Héroes.
Mensajes como “Gobierno reaccionario, por un aborto libre, gratuito e igualitario”, “Derecho al propio cuerpo” o “Educación sexual para no abortar. Aborto legal para no morir”, dejaron claro que una de las principales exigencias de la ciudadanía en el momento actual es la legalización del derecho al aborto, que actualmente se encuentra en primer trámite parlamentario. Pero no es la única.
Los manifestantes también lanzaron mensajes contra la impasibilidad del Estado frente a las situaciones de violencia hacia la mujer y la impunidad de que gozan muchos de los agresores: “Verbal, sexual o institucional es violencia igual”, “Contra la impunidad del femicidio” o “El estado agresor deja libre al violador”, se leía en algunas de las pancartas. Apelaciones directas a las autoridades, gobernantes y legisladores que avalan y perpetúan un sistema patriarcal y discriminatorio.
Sin duda, el Estado chileno tiene mucho que hacer para dar respuesta a las consignas que hombres y mujeres gritaron ayer en las principales ciudades del país. Hacerlo o no, depende exclusivamente de la voluntad política de avanzar hacia una sociedad más igualitaria y que realmente priorice los derechos de las chilenas en la agenda política e institucional. Sólo así se podrá evitar que el machismo siga matando.
Meritxell Freixas
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