Al menos 19 personas han muerto y 50 han resultado heridas tras las explosiones que afectaron la noche del lunes al estadio Manchester Arena, en el norte de Inglaterra, informó la policía británica.
El incidente, que se produjo cuando terminaba un concierto de la cantante estadounidense Ariana Grande, está siendo tratado como un posible ataque terrorista «hasta que la policía confirme las causas del suceso», señalaron las fuerzas de seguridad de Manchester.
Los servicios de emergencia junto con numerosas ambulancias se han desplazado a los alrededores del estadio, donde se concentraban unas 20.000 personas para escuchar a la artista estadounidense. En tanto, los servicios de trenes han sido suspendidos en la estación Victoria en Manchester, que está junto al estadio, y todas las líneas han sido cortadas tras el suceso.
Los testigos que asistían al concierto d Ariana Grande describieron a los medios locales escenas de pánico tras detonar una «enorme explosión». «Todo el mundo estaba gritando y corriendo, el suelo estaba repleto de abrigos y teléfonos móviles. La gente simplemente lo arrojaba todo», relató a la BBC Robert Tempkin, de 22 años.
En ese sentido, un portavoz del estadio Manchester Arena afirmó que la explosión se produjo «fuera del recinto», con capacidad para 21.000 personas, «cuando la gente estaba abandonando el espectáculo».
Al cierre de esta nota, la policía británica informó que se ha llevado a cabo una «explosión controlada» en las inmediaciones del estadio, donde se había encontrado un objeto sospechoso, que finalmente resultó ser un paquete con ropa abandonada.
La explosión controlada se produjo en los jardines de Cathedral Gardens, frente a la estación de tren de Victoria y al recinto deportivo donde ocurrieron los hechos.
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