Hace unos días vivimos el proceso electoral más relevante en la postdictadura chilena. Y es que, pese a la baja participación producto, tanto de la desinformación del gobierno, como del abstencionismo de castigo a los partidos de la “transición a la democracia”, las candidaturas independientes se abrieron camino en el cuadro político nacional, inaugurando con ello un nuevo ciclo que habrá que analizar en detalle con el transcurso de los días. Sin embargo, en este ciclo abierto de transformaciones profundas, también emergieron nuevos procesos locales que van teniendo alcances nacionales al germinar como proyectos alternativos al modelo.
Con una destacada trayectoria de dos décadas como abogada feminista y sindicalista en la región del Biobío, y luego de un exitoso programa comunal participativo sistematizado sobre la base de encuentros ciudadanos y más de 2.500 encuestas a las familias del territorio, Ana Albornoz derrotó al pacto transicional de los últimos treinta años en las elecciones de este fin de semana, siendo electa alcaldesa por primera vez en 395 años desde la fundación de Santa Juana, comuna que se convierte entonces en el primer municipio libertario en la historia de Chile.
Con sobresalientes roles junto al Sindicato de Trabajadoras de Casa Particular (SINTRACAP), la Federación Nacional de Trabajadoras de Casa Particular (FESINTRACAP) y la Plurisindical del Biobío, entre otras, la vocera y miembra de la Comisión Política de Izquierda Libertaria, para su candidatura independiente fuera de pacto obtuvo una contundente mayoría de un 44,22% por sobre las candidaturas de la DC y la UDI, no solo sepultando 20 años de gobierno de la concertación en la comuna, sino que, abriendo un proceso de cambio y sentidas esperanzas populares en el sector rural de la región junto a las comunidades campesinas, trabajadores y mujeres de la comuna.
“Me siento muy orgullosa. Como abogada tributaria de un feminismo sindical, con experiencias de trabajo en el área de las campesinas y de las trabajadoras de casa particular, entendí que las mujeres no sólo teníamos que tomar las decisiones al interior de la casa -que si las tomamos- sino también las decisiones públicas. Me di cuenta que no queríamos hablar tanto del rol que tenemos como cuidadoras -que si lo tenemos-, sino también plantear que es necesario que las mujeres asumamos el liderazgo de las decisiones importantes, de las decisiones que suceden en lo público y en materias tan relevantes como nuestra salud, nuestra educación, en las decisiones económicas y en el diseño de nuestras comunas, para que estas sean más amables para nuestras vidas y las de nuestras familias y comunidades. Si bien siempre hemos estado postergadas y es muy difícil para una mujer poder aportar a eso, hoy las mujeres con candidaturas feministas hemos obtenido una alta votación, lo que demuestra que nuestras sociedades están cambiando y yo creo que, desde Santa Juana, compartimos una alternativa de enfoque y desarrollo al resto de las comunas rurales del país”.
Este hecho no es menor considerando además que, la comuna ubicada en el valle de Catiray y en el borderío del Biobío, es un asentamiento colonial español de casi 400 años con una marcada cultura del latifundio, por lo que la hija de profesores y campesinos, ha logrado interpretar como mujer y representar como joven política, los profundos anhelos de las comunidades del territorio.
“La gente generalmente piensa que Santa Juana es una comuna conservadora como el resto de comunas rurales de Chile, pero se olvida que la gente de Santa Juana somos históricamente gente luchadora. Y se olvida que las mujeres somos quienes hemos asumido los desafíos y permitido que nuestros jóvenes puedan estudiar, que hemos dado la cara solventando a nuestras familias, incluso con la crisis vivida por esta pandemia y por el malgobierno. Somos mujeres luchadoras como todas las mujeres populares de la región del Biobío, y creo que el esfuerzo que se hizo en la campaña por una candidatura independiente, fue ampliamente reconocido y hecho suyo por toda nuestra gente del campo y la ciudad. Yo me siento orgullosa de haber sido elegida por las y los trabajadores de mi comuna y a ellos me debo en este proceso que juntas iniciamos”.
Habiendo sido en el pasado dirigenta de distintas organizaciones sociales de base de la comuna, entre ellas, la Vicepresidenta del Centro de alumnos del Liceo C-48 de Santa Juana, Presidenta de la Agrupación Social y Cultural PROSERAC, Presidenta del Centro General de Madres, Padres y Apoderados de la Escuela N°1 Clorinda Avello de Santa Juana, Presidenta del Club Deportivo Santa Juana Corre y miembro de la Agrupación de Amigos y Familiares de Enfermos de Cáncer, entre otros; la flamante alcaldesa de Santa Juana tiene un amplio recorrido inserto en el tejido popular en la comuna y de la región del Biobío, que le permiten proyectar un gobierno comunal que propicie la vida social sobre la base de una democracia directa y una economía de proximidad.
“En nuestra sociedad actual, compartimos el diagnóstico crítico de una situación de atomización e individualismo que prácticamente no tiene precedente en la historia humana. El neoliberalismo nos dividió. Y en el espacio cotidiano que compartimos día a día, las prácticas de cooperación, de apoyo mutuo, de solidaridad, de simple hospitalidad y de ética se han reducido de manera alarmante. Este esfuerzo colectivo, este impulso libertario a un nuevo municipalismo, viene a concretar la necesidad humana más básica, que es la de prefigurar hoy la sociedad que queremos para nuestro futuro. Iniciamos ahora un camino desde la base, sin prisa y sin pausa, por construir una vida digna para todo nuestro pueblo”.
El Ciudadano