Ésta no es una cita electoral como cualquier otra. Los comicios están planteados en clave plebiscitaria para definir la relación que Cataluña quiere mantener con el Estado Español.
Se espera un alto índice de participación. De hecho, los primeros datos indican que a las 13:30h (hora española), más del 35% del censo había votado, más de 5 puntos por encima de los últimos comicios regionales de 2012, los que por ahora han registrado la participación más alta.
A partir de las 15h (hora chilena) empezará el escrutinio electoral que revelará cuál es la voluntad del pueblo catalán.
Mientras los resultados no llegan, este periódico ha conversado con el periodista y analista político, Sergi Picazo, sobre las cuestiones claves que giran alrededor de la cita que se celebra hoy en Cataluña.
Para comprender el marco en el que el proceso catalán ha tenido lugar, es imprescindible hablar de la crisis social que ha marcado intensamente la crisis nacional durante los últimos años. Cataluña tiene hoy día más de 500.000 cesantes, casi 124.000 hogares sin ingresos y más de 230.000 hogares con todos los adultos sin trabajo. “La situación ha llegado a tal punto que Cataluña ha perdido población por primera vez desde que hay estadísticas que recogen estos datos”, señala Sergi Picazo. Y agrega: “La población catalana disminuyó en 40.000 personas en 2013”.
El independentismo en la región ha crecido de forma exponencial. El Barómetro del Centro de Estudios de Opinión del Gobierno de Cataluña indicaba, el primer trimestre de 2013, que un 54,7% de los catalanes votaría sí en un referéndum por la independencia, 20 puntos porcentuales más que en el 2006.
Un aumento que, según explica Picazo con palabras del catedrático de Ciencia Política de la Universidad Pompeu Fabra, Vicenç Navarro, es promovido por el “carácter opresivo y asfixiante del nacionalismo españolista que existe en el Estado central español”.
Para el analista, otra reflexión fundamental que ha impulsado el proceso soberanista tiene que ver con el sistema de partidos políticos catalanes aparecidos en la transición a la democracia: “Ha desaparecido”, asegura. Las principales siglas independentistas –Convergència Democràtica, CDC (liberal) y hasta hoy al frente del Gobierno catalán, y Esquerra Republicana, ERC (izquierda)– han hipotecado sus marcas para crear una nueva lista, Junts pel Sí (Juntos por el Sí), que incluye también representantes de la sociedad civil. Además, “todas las personas que encabezan las listas son nuevas respecto a las elecciones de 2012”.
En el caso de Junts pel Sí, esto no es un hecho menor. Su lista la abre Raül Romeva, líder de izquierdas hasta hace poco en el Parlamento Europeo y con trayectoria en los movimientos sociales. Sin embargo, el acuerdo entre las fuerzas políticas de la coalición establece que, si ganan, quien será investido como presidente será nuevamente Artur Mas (CDC), que ocupa la 4ª posición de la lista. Sin embargo, por no ocupar la primera posición, el presidente no ha participado en ningún debate televisivo. “No ha dado la cara en campaña. No ha respondido sobre la corrupción que afectó a su partido, los recortes en salud o educación ni sobre algunas privatizaciones”, espetó el periodista. “En 2010 su partido [CDC] tenía 62 diputados. Convocó elecciones y se quedó en 50. Siguió gobernando y, cuando las encuestas le daban sólo entre 35 y 40 diputados, el peor resultado de la historia de su partido, supo hacer un giro extraordinario, captar el apoyo de las organizaciones sociales y forzar ERC –su gran rival para los próximos años– a aliarse”, explica. “Es un superviviente político”, añade.
Según Picazo, “Mas es, a parte de Merkel, probablemente el único dirigente político de peso del Sur de Europa que ha sobrevivido a la aplicación de las políticas de austeridad durante la Gran Recesión”.
El resultado electoral de hoy no sólo determinará si Cataluña quiere o no ser independiente. También marcará los ejes del debate público que definirán la próxima legislatura. “Todo el mundo piensa que, ya sea por el motivo nacional, el social, o ambos a la vez, estas elecciones son las más importantes de los últimos 30 años”, explica.
Las encuestas pronostican la victoria de las fuerzas independentistas, pero la composición mixta de la lista Junts pel Sí (liberales, izquierda y sociedad civil), sumado al papel clave que podría obtener el partido de la izquierda anticapitalista independentista, la Candidatura de Unitat Popular (CUP), abren varios interrogantes: “¿Quién tendrá la hegemonía del proceso hacia la independencia?, ¿Quién fabricará los consensos del futuro proceso constituyente? ¿Quién tendrá más fuerza para redactar los artículos de la Constitución? ¿El centro-derecha? ¿Una visión liberal de la economía? ¿La izquierda? ¿La extrema izquierda de la CUP?”, plantea Picazo.
Durante el proceso catalán, que ya hace más de tres años que está en marcha, “la unidad de la izquierda ha quedado resentida”, apunta. “Una parte de la izquierda no independentista, representada por la candidatura Catalunya Sí que es Pot (Cataluña Sí se Puede), considera que las elecciones catalanas están inmersas en un ciclo electoral más amplio. La ola terminaría con las elecciones españolas del próximo 20 de diciembre”, explica Picazo. Y añade: “Creen que la gran ventana de oportunidad de cambio político, a pesar de las últimas encuestas publicadas en los medios [que indican que el bipartidismo resistiría], pasa por el Congreso [de los Diputados de Madrid] y por terminar con el Partido Popular de Mariano Rajoy”.
Más allá de que sean o no la oportunidad para Cataluña, las próximas elecciones españolas serán cruciales para la región. Según los informes publicados por el Consejo de la Transición Nacional, el organismo encargado de asesorar jurídica y técnicamente al Gobierno catalán para llevar a cabo el proceso de transición nacional, “la mayoría de cuestiones como la deuda, la seguridad social, las pensiones, tratados, temas hidráulicos, gestión de infraestructuras, quedan para una negociación futura”, detalla Picazo. “Por lo tanto será fundamental saber quién gobernará el Estado”, concluye.
Meritxell Freixas