El proyecto de las «40 horas» laborales ya ha sido promulgado y ello emociona a la ministra Camila Vallejo quien señala en entrevista a El Ciudadano «Es de esos proyectos que te toca la fibra, te toca el corazón».
El proyecto que reducirá la jornada laboral, no ha estado exento de críticas, debido a que su implementación será progresiva, entre otros. No obstante ya hay más de 500 empresas que lo están implementando siendo beneficiados, trabajadores y trabajadoras.
«Ya hay más de 500 empresas que han implementado las 40 horas, se han adelantado a la ley y lo han hecho de acuerdo empleadores con trabajadores y los resultados han sido positivo del punto de vista de la calidad de vida, de la disposición de los trabajadores y trabajo en la empresa y también de la productividad de la empresa», señaló.
Por Bruno Sommer
–Ministra, secretaria general de Gobierno, Camila Vallejo. Un gusto tenerla aquí en Entrevista Ciudadana.
-Muchas gracias por la invitación.
-Ministra, quiero iniciar preguntándole por triunfo en el Parlamento de las 40 horas, la vimos muy emocionada. Quiero preguntarle ¿qué significa este triunfo a nivel personal para usted?
-Bueno, el proyecto de las 40 horas es de esos proyectos que te toca la fibra, te toca el corazón, porque está muy pensado y así lo pensamos cuando lo presentamos en beneficiar a los trabajadores, a la familia. Es un proyecto para poder darle mayores garantías de realización a los trabajadores y trabajadoras y a su comunidad y a sus familias.
Entonces, todo el proceso que ha vivido o todas las batallas que tuvimos que dar, todas las dificultades que tuvimos que superar para poder llegar a este momento y entregarle un triunfo a nuestra gente, un motivo de felicidad a nuestra gente. Obviamente que es emocionante y emocionante, no solo por lo que personalmente uno le tocó vivir. No en todos estos seis años, un mes, tres días de tiempo que estuvo en el Congreso, sino porque me tocó ver a mucha gente involucrada, muchos trabajadores, pobladores, pobladora, tanta gente con la que uno conversaba y decía por favor, que avancen las 40 horas, quiero estar más tiempo con mi hijo, quiero poder descansar más.
Además te decían como que no estamos viviendo solo para trabajar y que el trabajo tiene que servir para vivir mejor, ¿no? Entonces, obviamente que es emocionante y emocionante ver en ese momento a dirigentes sindicales, a trabajadoras dirigiendo a sindicales emocionarse por la aprobación final de este proyecto.
-Ministra usted dijo “La política demostró que puede estar a la altura de los desafíos que le plantea el pueblo de Chile”. ¿Por qué para este tema, si fue posible obtener un acuerdo y para otros no?
-Bueno, ¿hay muchos factores, no? En las 40 horas sí, una batalla en primer lugar, ciudadana ha contado con la persistencia y la perseverancia de los trabajadores y trabajadoras, que han contado con el respaldo de un gobierno que antes no lo tenían. Ha logrado, a través del diálogo, involucrar actores que antes estaban en la vereda del frente.
Ha estado precedida también por un cambio cultural que se dio gracias también a que empresas y el 90% de las pymes se adelantaron a las 40 horas y demostraran que es posible. Eso generó un cambio cultural también.
-Y hay empresas que ya están implementando las 40 horas..
-El diseño de las 40 horas que empezamos a entregar a primer semestre del año pasado, por idea de la de la exministra del Interior Izkia Siches, empezamos entregar el sello con el Ministerio del Trabajo y ya hay más de 500 empresas que han implementado las 40 horas, se han adelantado a la ley y lo han hecho de acuerdo empleadores con trabajadores y los resultados han sido positivo del punto de vista de la calidad de vida, de la disposición de los trabajadores y trabajo en la empresa y también de la productividad de la empresa.
Y lo más interesante es que el 90% de esas empresas son pymes, en contraposición a lo que es el sentido común, que es que las pymes tienen más dificultades. Bueno, ahí la voluntad inicial de adelantarse y anticiparse a las 40 horas vino de el mundo de las PYME. Entonces eso produjo también un cambio cultural y fue lo que permitió que a nivel político en el Congreso, a pesar de la diferencia de las tensiones que existen permanentemente en el Parlamento, cierto se diera este paso, junto al liderazgo de la ministra Jara, y del subsecretario Boccardo que también contribuyó.
Y creo que el debate que empujamos logró por sobre todas las cosas y un acuerdo razonable, siempre poner en el centro a los trabajadores y trabajadoras sus realidades, sus sectores productivos, su realidad familiares. Y eso permitió que viera la luz.
-¿La implementación va a ser progresiva?. De qué forma sí lo puede clarificar
-Cuando presentamos el proyecto, era un proyecto más simple, era la base para poder trabajar a través del diálogo, para incorporarle cosas, etcétera, pero ya en el primer trámite se había incorporado una gradualidad de cinco años. La gradualidad no es de ahora, venía con gradualidad, pero solo para las pymes, porque en ese entonces las pymes dijeron cuesta un poquito más, necesitamos un poquito más de tiempo.
Ok, vamos con los cinco años. Y después el debate se dijo como no podemos hacer esta diferencia entre trabajadores de pymes y grandes empresas, vamos a aplicarle a todos la misma gradualidad. Entonces, lo que pasó con la gradualidad cinco años es que se incorporaron el resto de las empresas.
El primer año es una hora, una hora menos. Ahora a los dos años siguientes son otras dos horas y a el quinto año son 5. ¿Pero esto es un mínimo, cierto? Son como un piso, todas la empresas se pueden adelantar y nosotros confiamos y creemos que muchos van a querer adelantarse por distintas razones, incluso hasta puede ser de competencia, ¿no?
Lo importante es que vamos a ir acompañando todo el proceso en las regiones de las empresas, que tengan la voluntad. A algunos les beneficia ordenar antes la jornada a las 40 hora en vez de estar una hora un año después, sino que empezar a prepararse de manera más rápida en esta redistribución de los tiempos a 40 horas, para poder estar con una certidumbre hacia adelante.
Entonces, como ya han habido empresas que se han querido adelantar, nosotros creemos que tras la promulgación que va a ser pronto de la ley, muchas otras más empresas van a querer dar el paso anticipado, a poder sumarse. Pero son cinco años en total, como plazo máximo.
–¿Y qué le dice usted al mundo sindical? Algunos están disconformes con las 40 ahora y dicen no, esto es flexibilidad laboral ya que empresas van a poder obligar a que las personas trabajen 52 horas sumando horas extras…
-A ver, obviamente uno puede hoy revisar con detalle del proyecto. A algunos empresarios no le gustan algunas cosas, algunos sindicatos puede que no le guste otras, pero al final de cuentas hay que ver el conjunto del proyecto y un proyecto que tuvo que esperar seis años. Entonces era importante sacarlo y ese hacerlo realidad implica una conversación, implica poder establecer criterios comunes, si no, simplemente no sale el proyecto.
El proyecto obviamente no iba a salir tal cual como ingresó. Eso es parte de la democracia.
-Ingresan de una forma, salen de otra.
-A nuestro juicio, de todas formas son importantes los avances. Hoy día el mundo del trabajo ha visto cómo se incorporan más mujeres al mundo laboral y también al mundo sindical, a la dirigencia sindical y la realidad también de las mujeres trabajadoras, mujeres madre que ha demandado ciertos criterios de ajuste de jornada, por ejemplo, las bandas horarias. Estos son requerimientos que nos plantean las madres trabajadoras, dirigentes sindicales, incluso hoy día, ya también que además los hombres que han tenido que asumir corresponsabilidad, en lo que son las tareas de cuidado.
Esto permite compatibilizar, por ejemplo, la entrada al colegio de los niños. Los hijos con la salida, porque la jornada escolar básicamente se han ido ajustando a las jornadas laborales, pero bueno, ahí son criterios de pequeñas flexibilidades que siempre tienen que ser con acuerdo a los trabajadores y trabajadoras.
Antes la oposición lo que planteaba era una anual sesión de la jornada ordinaria, que era una flexibilización tremenda. Obviamente que no era una buena idea. A nuestro juicio, en algunos casos se planteaba como la semestralización de las jornadas ordinaria, lo que significaba promediar en semestres y por lo tanto posiblemente podría llevar a sobrecargas en ciertos meses, en ciertas semanas mucho mayores a propósito del promedio, contabilizando más una semana.
En este caso se establece en promedio solo en el mes o sea, nunca en un mes se va a poder superar las 40 horas semanales si es que no hay acuerdo con los trabajadores y particularmente con los sindicatos.
-Un empleador no va a poder obligar al trabajador a trabajar más de 40, no.
-Con los trabajadores, si no hay sindicato, lo que se puede acordar es que una semana, por ejemplo, mantenga las 45 como existe ahora, pero en la otra semana tiene que ser 35 para que entre las dos semanas sean 40 horas. En el caso de los 52 horas es solo cuando el sindicato lo permite, es decir, solo cuando hay acuerdo del sindicato.
Por eso se incorpora el criterio como de la titularidad sindical.
-Es la importancia de buenos dirigentes sindicales para que no negocien el aumento de horas y se mantengan las 40 horas.
-Claro, es que depende. Hoy en día hay mucho padre y madre trabajadora que son separados y tienen que compartir, hay distintas realidades. Por ejemplo, se diga sabe que aquí la mayoría queremos que una semana, 45 o un poco más, pero la otra es mucho más relajada porque quiero estar con mi hijo, que se yo, eso siempre tiene que ser acordado con el sindicato.
Entonces algunos han criticado diciendo que los sindicatos son muy débiles, por eso darle más fuerza a los sindicatos para fortalecer los tenemos, darle valor a la titularidad sindical. Entonces justamente esta incorporación de la titularidad sindical para esos pactos de jornada es una forma también de incentivar la sindicalización, que el sindicato pese más en algunas definiciones al interior de las empresas.
Pero lo importante, insisto, es que ahí igual están los tope y la compensación va la semana siguiente, en acuerdo con los trabajadores, pero no en dos meses.
Por Bruno Sommer
El Ciudadano