El presidente de EE.UU., Donald Trump, tildó de «corrupto» y «desestabilizador» al régimen cubano, y reiteró que el embargo económico que pesa sobre la isla no se levantará hasta que se produzcan las «necesarias» reformas. «No levantaremos las sanciones al Gobierno cubano hasta que haga reformas fundamentales», sostuvo Trump en su debut ante la Asamblea General de las Naciones Unidas.
Cuba fue uno de los países vapuleados por Trump, quien también criticó duramente al régimen del presidente venezolano, Nicolás Maduro, además de Irán y Correa del Norte.
Sobre la isla, ya en junio pasado, en un discurso en Miami, Trump había anunciado la «cancelación» de la política de su antecesor, Barack Obama, hacia Cuba, que propició la normalización de las relaciones bilaterales y la reapertura de las embajadas en Washington y La Habana. Los principales cambios ordenados por Trump son una prohibición para que las empresas de EE.UU. hagan negocios con compañías cubanas de propiedad o controladas por las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) de Cuba y restricciones a los viajes de ciudadanos estadounidenses a la isla.
«Haremos cumplir el embargo», dijo entonces Trump, y este martes insistió en esa misma idea ante la ONU.
Sobre Venezuela, Trump afirmó que el país está «al borde del colapso total» y dijo que su gobierno está listo para adoptar nuevas medidas si el presidente Nicolás Maduro «persiste en su camino para imponer un gobierno autoritario», declarando además que «como un vecino responsable y amigo», así como otras naciones que no identificó, EE.UU. tiene un objetivo en cuanto a Venezuela y sus habitantes.
La «amenaza nuclear» de Irán y Corea del Norte
Después de referirse a los países latinoamericanos, Trump se enfocó en los que denominó como «una grave amenaza para la paz mundial»: Irán y Corea del Norte.
Sobre el primero, dijo que el acuerdo nuclear alcanzado por su país y otras potencias -Francia, Reino Unido, Alemania, Rusia y China- con Irán en 2015, era «una vergüenza» que su Gobierno podría abandonar si sospecha que «proporciona una tapadera para una eventual construcción de un programa nuclear» iraní.
«Ese acuerdo es una vergüenza para Estados Unidos y no creo que ustedes hayan oído mi última palabra al respecto», dijo Trump, añadiendo que «no podemos permitir que un régimen asesino siga con sus actividades desestabilizadoras mientras construye peligrosos misiles, y no podemos cumplir con un acuerdo si proporciona una tapadera para una eventual construcción de un programa nuclear», expresó.
El mandatario insistió en que el pacto multilateral es «una de las peores transacciones» en las que jamás se ha implicado Estados Unidos.
Finalmente, y en lo que constituyó su amenaza más dura, el empresario advirtió que no habrá otra opción que «destruir totalmente» a Corea del Norte si el régimen de Pyongyang continúa «amenazando a su país y a sus aliados».
«Es hora de que Corea del Norte se dé cuenta de que la desnuclearización es su único futuro aceptable», dijo Trump, quien incluso se dio el gusto de ridiculizar al líder norcoreano, Kim Jong-un: «El hombre cohete está en una misión suicida para él y su régimen».
El mandatario estadounidense insistió en la parte final de su discurso que las pruebas nucleares y de misiles balísticos de Corea del Norte «amenazan al mundo entero», exigiendo «unidad» para aislar al régimen de Pyongyang.
La llegada de Trump a la Asamblea General de las Naciones Unidas no pasó inadvertida. En los alrededores del edificio de la ONU, en Nueva York, cientos de personas coparon las calles protestando por la retórica del odio del mandatario, y por las políticas impulsadas en su gobierno, marcadas por el recorte financiero de varias iniciativas sociales.