El Departamento de Estado norteamericano confirmó la autenticidad de un documento que proyecta para marzo de 2017 la “remoción” de Bashar Al Assad como presidente de Siria, según publicara el miércoles Associated Press. La Casa Blanca, sin embargo, negó que el escrito representara la política oficial del gobierno estadounidense.
El documento, redactado por funcionarios diplomáticos, habla de un proceso político de 18 meses que partiría con las conversaciones de Viena en febrero, culminando con la renuncia de Assad el próximo año y la llegada de un nuevo movimiento gobernante.
Se detalla que en abril de este año se formará un “comité de seguridad”, integrado por miembros del actual gobierno sirio y grupos de oposición, mientras que en mayo el parlamento sería disuelto, tomando una autoridad interina las riendas de la nación, con la misión de redactar una nueva constitución y aprobar una serie de reformas políticas.
Los sirios votarían entonces la Carta Fundamental en un referéndum fijado para enero de 2017 y, dos meses después, según el documento, Assad “renunciará a la presidencia y su círculo interno se retirará”.
En conferencia de prensa, John Kirby, vocero del Departamento de Estado, puso paños fríos señalando que la información correspondía a un documento de trabajo escrito por funcionarios de menor importancia. “Esa clase de trabajo se realiza aquí todo el tiempo”, dijo, agregando que sólo se dibujó una línea de tiempo eventual para el desarrollo de los acontecimientos políticos de Siria.
“Todos estos son objetivos. Nuestra esperanza es que todo el proceso de los 18 meses, se inicie en este mes”, puntualizó Kirby, reconociendo que la política estadounidense en Siria no ha cambiado. En palabras del secretario de Estado John Kerry, indicó, “el momento exacto de la salida (de Assad) no es algo que nos tenga obsesionados”.
Justamente en diciembre, el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó una resolución que promovía la creación de una “gobernación inclusiva y no sectaria” en Siria en el transcurso de 18 meses, tal cual aparece mencionado en el documento diplomático filtrado.
Siria ha estado envuelta en un sangriento conflicto desde 2011, atacada por grupos rebeldes armados que son respaldados por Turquía, Arabia Saudita y Catar. La guerra ya contabiliza un total de 250 mil fallecidos y millones de refugiados en otros países, destaca RT.
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