Funcionarios de alto nivel del Departamento de Justicia de Estados Unidos presionaron al FBI para echar abajo una investigación contra la Fundación Clinton, reveló el periódico The Wall Street Journal.
Según fuentes del matutino, persecutores de la oficina de distrito de Nueva York, liderada por la hoy fiscal general Loreta Lynch, impidieron que agentes del buró inmiscuidos en una indagatoria sobre las cuentas de la organización filantrópica analizaran correos electrónicos entregados por dos abogados de Clinton en el contexto de las pesquisas por el manejo indebido de la correspondencia privada de la ex secretaria de Estado.
Se argumentó que en base a tratos hechos por los juristas Cheryl Mills y Heather Samuelson con la cartera de Justicia, los aparatos que contenían los correos debían ser usados limitadamente por los investigadores para el proceso específico del uso de e-mails.
El mes pasado provocó molestia en congresistas republicanos el anuncio de que los equipos entregados por Mills y Samuelson habían sido destruidos por el FBI.
The Journal afirma que en el caso de la Fundación Clinton, el Departamento de Justicia también negó autorizaciones para efectuar citaciones y entrevistas formales a testigos, oponiéndose a que un gran jurado sopesara la evidencia recopilada por el organismo.
Es más, en agosto, un alto funcionario de Justicia habría llamado telefónicamente al subdirector del FBI, Andrew McCabe, para manifestar su rechazo por la insistencia de los agentes en proseguir la investigación.
Es importante indicar que la esposa del subdirector McCabe recibió cerca de $470 mil dólares en donaciones del ex gobernador Terry McAuliffe, un estrecho colaborador de la candidata presidencial Hillary Clinton, para su campaña senatorial por Virginia.
En el marco de las indagatorias sobre la fundación, el FBI en Los Angeles pidió acceder a registros bancarios de la entidad cuando en un caso distinto de corrupción apareció mencionado McAuliffe, quien previamente perteneció a la directiva de la Fundación Clinton.