Hace 22 años, Erica Salinas se enfrentó a la terapia electroconvulsiva –mejor conocida como electroshock–, a varias violaciones y hasta la privaron de comer para “quitarle lo lesbiana”. Hoy se define como una mujer sobreviviente de las llamadas terapias de conversión, aunque cuando tenía 17 años se enfrentaba una tortura para cambiar su preferencia sexual.
A Erica le robaron muchos años de su vida, le arrebataron su juventud y el tiempo para conocerse en realidad, física y mentalmente; como cualquier otro joven de 17 años qué pasa por esta etapa.
Tenía 17 años y ella no sabía qué fue lo que estaba viviendo, tuvieron que pasar muchos años para que pudiera entender lo que sufrió en las terapias de conversión.
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Llegó a la terapia porque pertenecía a un grupo religioso, de esos donde los jóvenes van, cantan y hablan del Señor. Un día fue a confesarse y le reveló al padre su secreto:
- Se sentía atraída por otras mujeres.
Su sacerdote la regañó, le dijo que “esto no estaba bien”, le impuso penitencias más duras y la llevó a buscar apoyo con médicos para “que le gustaran los hombres”.
Ahí inició su “terapia de conversión”, con citas con los psicólogos que empleaban el electroshock. Otro día con el ginecólogo, que le recetó “ingerir estrógenos” en cantidades altas «para que adquiriera la feminidad que le hacía falta” y actos íntimos con varios hombres.
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Nueve años después despertó y entendió que no se trataba de una enfermedad que tiene cura y escapó de todo. Ella dice que se dio cuenta que lo que ocurrió con ella y con muchos otros, fue un delito.
“El daño que se hace en estas torturas es borrar tu identidad, es borrar quien eres”.
Erica Salinas
Erica Salinas indicó que durante su proceso en el centro de conversión, luchó contra ella misma para cambiar sus preferencias sexuales y para –según– ser “normal”.
La iniciativa
Erica Salinas llegó al Congreso de Puebla por la invitación que le hizo el diputado de Morena, Carlos Evangelista, para presentar el cortometraje que narra el caso “Para: Sara”.
En la presentación, el legislador recordó que presentó hace unos días la iniciativa para hacer modificaciones al Código Civil de Puebla para que se sancione con cárcel de uno a tres años y con multas de 50 a 200 unidades de medidas de actualización (UMA) contra quienes promuevan las terapias de reconversión.
Confió en que sus compañeros aprueben la reforma para sancionar a quienes ofrezcan terapias de conversión a los integrantes de la comunidad LGBT+ y garantizó los derechos de la ciudadanía.