La denominada Flotilla de la Libertad III, que partió el pasado jueves hacia la Franja de Gaza con el objetivo de romper el bloqueo impuesto por Israel desde hace ocho años a los palestinos y entregar ayuda humanitaria, ha sido interceptada por el ejército israelí antes de cumplir su cometido y estando todavía en aguas internacionales, lo que vulnera el derecho internacional. En concreto, el navío interceptado, según lo informado por la organización Rumbo a Gaza, ha sido el principal, el Marianne, en el que viajaban 18 personas, entre las que se encuentra el diputado árabe israelí Basel Gatas. En tanto, el resto de veleros que lo acompañaban, Juliano II, Rachel y Vittorio, se habrían retirado, según lo informado por la misma plataforma.
«Después de agotar todos los canales diplomáticos el gobierno israelí ordenó a la Marina que redirigiera el barco para impedir la ruptura del bloqueo naval», informó el Ejército en un comunicado. «De acuerdo con la ley internacional, la Marina israelí advirtió al barco varias veces de que cambiase el rumbo. Tras su rechazo, la Marina visitó y exploró el barco en aguas internacionales para impedir su intención de romper el bloqueo marítimo de la Franja de Gaza. Las fuerzas informaron de que no fue necesario el uso de la fuerza y que el proceso transcurrió sin incidentes», añade la nota militar. El barco está siendo ahora conducido al puerto de Ashdod, en el suroeste de Israel, donde se espera que llegue entre las próximas 12 y 24 horas.
Netayanhu, primer ministro israelí, alabó la labor de su ejército: «Me gustaría felicitar a los marineros y comandantes de la armada israelí por su decidida y eficiente acción en detener a los pasajeros del barco que ha tratado de alcanzar la costa de Gaza en contravención a la ley». Cabe señalar que horas antes de su llegada medios israelíes habían anunciado que los activistas a bordo de la flotilla serían interceptados por la Marina y que se les entregaría una carta firmada por Netanyahu, en la que éste les señala que se «han equivocado de rumbo. Quizás tenían intención de viajar a un lugar no muy lejos de aquí: Siria, donde el régimen de Asad está asesinando a su propia gente a diario con el apoyo del régimen asesino de Irán».
La nave transporta paneles solares y ayuda médica a Gaza, mientras que los tres veleros que lo acompañan llevan «parlamentarios, representantes de movimientos sociales y periodistas que den testimonio de la flotilla y ayuden a atraer la atención mundial, no solo sobre la piratería israelí contra el activismo internacional pro derechos humanos, sino en los más de ocho años de sufrimiento y destrozo que el bloqueo está causando en Gaza», asegura una nota de la organización Rumbo a Gaza.
Cabe recordar que ya en 2010, en una expedición similar, los comandos israelíes dieron el asalto en aguas internacionales a seis navíos civiles, entre ellos, el barco turco Mavi Marmara. En el asalto murieron 10 turcos.
Apoyo
Ante los hechos, la organización Rumbo a Gaza ha convocado una manifestación para mañana martes a las 19 horas frente al Ministerio de Asuntos Exteriores israelí, para protestar por el bloqueo del navío, que transportaba ayuda humanitaria de primera necesidad para los habitantes de Gaza, quienes sobreviven en medio de una economía devastada por el bloqueo y los daños causados por la operación ‘Margen Protector’, que dejó más de 2.000 palestinos muertos, en su mayoría civiles, el pasado mes de Julio de 2014.
«A Israel no le basta con castigar colectivamente a 1,8 millones de seres humanos en el campo de concentración de Gaza con la complicidad egipcia», asegura Rumbo a Gaza en un comunicado que ha difundido este lunes con motivo del abordaje. «No solo se ha adueñado de las aguas territoriales palestinas, sino que ha extendido su bloqueo en el Mediterráneo hasta 100 millas náuticas», añade.
Manuel Espinar, uno de los portavoces del movimiento a Gaza señaló que lo más grave de lo ocurrido es que «una vez más, Israel no ha cumplido con las normas de la ley internacional. Asaltar un barco pacífico y civil en aguas internacionales» a una distancia de 100 millas náuticas constituye «una vulneración del derecho internacional». «Queremos denunciar la complicidad de nuestros gobiernos, es un escándalo, una vergüenza que se permita la piratería en aguas internacionales de esta manera», denunció el activista. Desde Rumbo a Gaza piden «a la comunidad internacional que se vigile y exija la libertad inmediata de estos activistas y que se garantice que nada suceda a los ciudadanos israelíes que han tenido el valor de decir que no todos los israelíes opinan igual», sostuvo.