El pasado domingo se realizó la cuarta filtración de información relacionada con datos de planos y manuales de los reactores nucleares de Corea del Sur. Las filtraciones iniciadas el pasado 15 de diciembre se deben al hackeo sufrido por la empresa Korea Hydro and Nuclear Power Co Ltd (KHNP) que opera los 23 reactores nucleares comerciales de Corea del Sur.
El ataque cibernético fue firmado por el presidente del grupo antinuclear de Hawai que amenaza a través de su cuenta de twitter con continuar con las filtraciones hasta que se cierren, al menos, tres de las instalaciones nucleares antes de Navidad. «Si no veo los reactores cerrados para navidad no tendré más opción que publicar todos los datos -robados- y llevar a cabo una segunda ronda de destrucción«. El pirata informático también advirtió de que «los que residen cerca de los reactores deberían mantenerse alejados en los próximos meses«.
La empresa KHNP y el gobierno surcoreano aseguran que los atacantes no han logrado hacerse con información vital que pudiera poner en peligro la infraestructura del país, ya que los datos publicados no están relacionados con la tecnología principal de los reactores. En la información sustraída se incluyen datos sobre los sitemas de aire acondicionado y refrigeración de los reactores, lo que sí parece información importante para la seguridad de las centrales.
Las investigaciones oficiales no han logrado aún determinar quién o quiénes están detrás de los ataques. Algunos medios han sucumbido a la simpleza de los argumentos que llevan a colocar al vecino del norte en la lista de los posibles culpables, como ya sucedió en 2013 con el hackeo de entidades bancarias, web guberamentales y canales de televisión surcoreanos, o como lo acontecido recientemente con el caso del hackeo de Sony Pictures.
El FBI y EEUU acusaron directa y formalmente a Corea del Norte de formar parte de los ataques realizados a Sony Pictures Entretainment. La acusación está basada en que el modo de robar la información comprometida estaba estrechamente ligado al modus operandi de ataques anteriores cometidos por Corea del Norte, además de que varias de las direcciones IP apuntaban a sistemas norcoreanos o que las herramientas empleadas por los ciber-atacantes eran muy similares a las empleadas en los ataques norcoreanos a las entidades bancarias de Corea del Sur.
Al otro lado del conflicto, Corea del Norte defiende su inocencia ante las acusaciones de crímenes de hackeo a través de su agencia de noticias KCNA (Korean Central News Agency). Frente a la acusacion del FBI y Estado Unidos, KCNA alega que «el reconocimiento de EEUU de que el ataque fue un acto de Corea del Norte no es prueba científica sino insistencia artificial». «Todas las pruebas publicadas por FBI estan basadas en los infundados datos cientificos y disparates inventados, razon por la cual la misma declaracion de FBI no pasa de ser un nuevo documento inventado«.
Corea del Norte no se ha pronunciado en relación al hackeo sufrido por las centrales nucleares surcoreanas y las investigaciones oficiales continuan trabajando para determinar el origen de la cuenta de twitter que ha reveledo ya cuatro filtraciones importantes sobre los reactores nucleares del país.
Las amenazas del pirata continúan y presionan con poder «revelar al mundo 100.000 páginas con datos» «Dices que esto no es material confidencial. Veremos si asumes vuestra responsabilidad si la información de planos originales, sistemas y programas son revelados a países que los quieren«, ha publicado en su cuenta de Twitter.