Corría 1862 en el Valle del Cauca de Colombia cuando Casilda, una afrodescendiente esclava, ocupó sus conocimientos de magia, brujería y medicina para envenenar a patrones y amos blancos y así liberar a los que, como ella, vivían sometidos bajo el régimen de la esclavitud.
Es es la historia que inspira el nombre de la primera librería feminista de Chile: Los Caminos de Casilda. Ubicada en la calle Maipú 349, en la Casona Azul de Yungay, dentro del acogedor Kfe de la Vuelta, el lugar está coordinado por tres mujeres que decidieron abrir un espacio dedicado exclusivamente a vender «literatura feminista y de feminismos».
«Nos dimos cuenta que el feminismo no tiene un espacio bibliográfico importante en Chile, ni siquiera en catálogos de universidades o librerías importantes; los textos que hay son puntuales, y la producción es escasa», explica a El Ciudadano Cyntia González, una de las impulsoras del proyecto. Y continúa: «En el café ya teníamos algunos libros sobre el tema y llegaban muchas mujeres -acompañadas o solas- a leerlos. Ahí apareció la idea de acompañar el café con una librería«.
Las tres emprendedoras del proyecto -Cyntia Gonzáles, Karen Zúñiga y Karen Torrente- tienen en común un fuerte vínculo profesional con el ámbito social y la experiencia de participar en organizaciones y proyectos feministas. Por eso decidieron convertir su militancia y lucha personal en un espacio de desarrollo creativo y profesional, en el que puedan participar muchas otras mujeres: «Creemos que si bien muchas llevan varios años organizadas y trabajando como activistas del movimiento, otras quieren aprender, deconstruir lo aprendido, y ser conscientes de las desigualdades que nos tocan vivir todos los días en todos los espacios», señala Karen Zúñiga.
Temas como la deconstrucción de la maternidad o el amor romántico son abordados en los talleres, conversatorios o charlas que las activistas ofrecen en el espacio del café como complemento de la librería: «Queremos que también sea un punto de encuentro, más allá de lo intelectual de la venta de libros, por eso cualquier idea que fortalezca la mirada de los feminismos nos parece maravillosa porque nos ayuda a potenciarlo», asegura González.
Las jóvenes insisten en subrayar la palabra feminismos en referencia a la «increíble diversidad en torno al feminismo: de mujeres institucionales, de mujeres contraculturales, de mujeres que creen que la lucha contra el patriarcado es tan relevante como la lucha contra el capitalismo, mujeres más radicales, las lesbofeministas, etc.», explica Zúñiga. Su proyecto quiere incluirlas a todas a través de una mirada política que defienden y abanderan: «Es una apuesta valiente hablar de ‘feminismos’ y exponerlo tal cual y no, por ejemplo, denominarnos como una librería ‘con enfoque de género'», agrega su compañera.
¿Un espacio sin hombres?
A pesar de que tanto el Kfe de la Vuelta como la librería están abiertas a todo el público, las activistas señalan que, por ahora, las charlas, talleres y actividades que giran alrededor del proyecto son sólo dirigidos a las mujeres: «Las tres nos encotramos en una fase de aprendizaje que estamos viviendo principalmente en nuestras relaciones con otras mujeres», asegura Karen Zúñiga. Y añade: «La decostrucción de una cultura cuesta toda una vida y -políticamente- quiero emplear este tiempo en mí y en otras mujeres más que en los hombres. Creo que ellos tienen que tener sus propios espacios, además de todos los privilegios para tenerlos».
Ambas hacen hincapié en que la librería «no es un espacio separatista» y destacan que «muchos de los textos vendidos también los han comprado hombres», pero afirman que es «una práctica liberadora ponernos ese límite». «Si lo pusiéramos en términos de clases sociales, es como si las personas de las poblaciones tuvieran que invitar a las que tienen dinero para sensibilizarse sobre el poder que tienen. Ya no basta con todo lo que tienen, que además la gente de la población va a tener que organizar un espacio para ellos», ejemplifica Cyntia González.
Empezar a crecer
El pequeño rincón bibliográfico dedicado al movimiento feminista abrió las puertas el pasado mes de agosto. Por ahora, el balance que hacen las impulsoras es «tremendamente positivo» y destacan el «entusiasmo de las mujeres al comprar el libro, sabiendo lo difícil que es adquirirlo acá porque es caro».
Entre los temas que más interés despiertan entre el público femenino está la ginecología natural -indica Zúñiga- lo que, según ella, «da pistas de que hay mujeres que tienen ganas de relacionarse de una forma diferente entre ellas y con su propio cuerpo».
Los Caminos de Casilda se inaugurará de forma oficial el próximo viernes 20 de enero en un evento que pretende dar a conocer la iniciativa para que «el espacio crezca, se ocupe y se hagan cosas entretenidas», apunta.
Las tres mujeres impulsoras tienen todas sus redes y energías puestas en hacer rodar el ecosistema propio que han creado en este rincón del barrio Yungay. Compartir e intercambiar conocimientos, experiencias y enseñanzas entre mujeres es lo que las empujó a adentrarse en un mundo de letras escritas en femeninos -tantos como existan- para que, como Casilda, en las paredes de la Casona Azul, sean las mujeres las protagonistas de sus saberes y aprendizajes.
Meritxell Freixas
@MeritxellFr